12
ECIDES no tirarte a la piscina de la Academia
Espacial y te alejas del borde.
—¡Eh, ven aquí! —grita el sargento Padgett.
Señalas la piscina vacía y dices:
—No hay nada que me proteja y me haré daño.
Los otros novicios empiezan a reír disimuladamente. Algunos rompen la formación y se tapan la boca con la mano.
—¿De qué estás hablando? —pregunta el sargento Padgett, con los ojos desmesuradamente abiertos de asombro. Luego se echa a reír—. ¿De dónde has salido, de una cabaña de troncos del bosque que ni siquiera dispone de televisor?
Ahora los novicios ya se desternillan de risa. El sargento Padgett recupera rápidamente el dominio de sí mismo y te mira con toda seriedad.
—Esto no es una piscina, sino una fosa antigravedad. Y la única forma de hacerte daño en la fosa es si te pateas a ti mismo la cabeza. Te enviaré a un centro cerrado de instrucción submarina. Tal vez tengas las dotes necesarias para ser astronauta, pero yo no tengo tiempo para averiguarlo. Que se ocupe otro de ti.