Nada más que ver

CERCA de la zona donde hoy está Bombay vivía un asceta, un hombre muy santo. Todos los que le conocían lo veneraban por la pureza de su mente, y muchos aseguraban que debía estar totalmente liberado. Como es natural, al oírse descrito en tan buenos términos, este hombre empezó a preguntarse si no estaría de verdad liberado. Pero como era una persona honesta, se examinó minuciosamente y vio que todavía había trazas de impureza en su mente. Con toda certeza que, mientras permanecieran las impurezas, no podía haber alcanzado el estado de santidad perfecta. Así que preguntaba a todos los que iban a presentarle sus respetos: «¿No hay nadie más en el mundo de quien se sepa que está plenamente liberado?»

—¡Oh, sí señor! —le contestaron—. Está el monje Gotama, llamado el Buda, que vive en la ciudad de Savatthi. Se sabe de él que está plenamente liberado y que enseña la técnica con la que se puede alcanzar la liberación.

—Debo ir a ver a ese hombre —decidió el asceta—. Debo aprender de él la forma de liberarme totalmente. Así que echó a andar desde Bombay cruzando toda la India central hasta que por fin llegó a Savatthi, que estaba en la India del Norte, lo que hoy es el estado de Uttar Pradesh. Al llegar a Savatthi, emprendió el camino al centro del Buda y preguntó dónde podría encontrarle.

—Ha salido —le contestó uno de los monjes—. Ha ido a la ciudad a mendigar su comida. Espere aquí y descanse de su viaje; volverá pronto.

—No, no puedo esperar. No tengo tiempo de esperar. Dígame en qué dirección ha ido y le seguiré.

—Muy bien, ya que insiste, ése es el camino que tomó. Puede tratar de encontrarlo en el camino, si gusta.

El asceta partió de nuevo sin esperar ni un momento y llegó al centro de la ciudad. Allí vio a un monje que iba de casa en casa pidiendo comida. La maravillosa atmósfera de paz y armonía que rodeaba a esa persona convenció al asceta de que debía ser el Buda, y, al preguntar a un transeúnte, supo que así era.

Y allí, en medio de la calle, el asceta se acercó al Buda, se inclinó y le agarró de los pies.

—Señor —dijo—, me han dicho que estáis plenamente liberado y que enseñáis un camino para obtener la liberación. Por favor, enseñadme esa técnica.

El Buda le dijo:

—Sí, enseño esa técnica y puedo enseñártela a ti. Pero éste no es el momento ni el lugar adecuados. Vete y espérame en mi centro de meditación. Volveré enseguida y te enseñaré la técnica.

—No, señor, no puedo esperar.

—¿Cómo? ¿Ni siquiera media hora?

—No, señor. ¡No puedo esperar! ¿Quién sabe? En media hora puedo haber muerto. En media hora podéis haber muerto vos. En media hora puede morir toda la fe que tengo en vos y entonces no podré aprender esta técnica. Señor, éste es el momento. ¡Por favor, enseñádmela ahora!

El Buda lo miró y vio: «Sí, a este hombre le queda poco tiempo. Morirá dentro de unos pocos minutos. Hay que darle el Dhamma aquí y ahora.» Pero ¿cómo enseñar el Dhamma de pie en mitad de la calle? Dijo muy pocas palabras, pero aquellas palabras contenían toda la enseñanza:

En lo que veas, debe haber nada más que lo visto; en lo que oigas, nada más que lo oído; en lo que huelas, saborees y toques, nada más que lo olido, lo saboreado, lo tocado; en tu cognición, nada más que la cognición.

Cuando se produce el contacto con cualquiera de las seis bases de la experiencia sensorial, no debe haber evaluación, ni percepción condicionada. En cuanto la percepción comienza a evaluar cualquier experiencia como buena o mala, se empieza a ver el mundo de una manera distorsionada a causa de las reacciones ciegas. Hay que aprender a parar las evaluaciones hechas sobre la base de las reacciones pasadas y a ser consciente, sin evaluar ni reaccionar para poder liberar la mente de todo condicionamiento.

El asceta era un hombre con una mente tan pura que esas pocas palabras de orientación fueron suficiente para él. Se sentó allí, a un lado del camino, y fijó su atención en la realidad interior. Sin evaluación, sin reacción. Sencillamente observó el proceso del cambio dentro de sí mismo y, en los pocos minutos que le quedaban de vida, llegó a la meta final, se liberó plenamente45.

La Vipassana. El arte de la meditación budista
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009_split_000.xhtml
sec_0009_split_001.xhtml
sec_0009_split_002.xhtml
sec_0009_split_003.xhtml
sec_0009_split_004.xhtml
sec_0009_split_005.xhtml
sec_0009_split_006.xhtml
sec_0009_split_007.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013_split_000.xhtml
sec_0013_split_001.xhtml
sec_0013_split_002.xhtml
sec_0013_split_003.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015_split_000.xhtml
sec_0015_split_001.xhtml
sec_0015_split_002.xhtml
sec_0015_split_003.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017_split_000.xhtml
sec_0017_split_001.xhtml
sec_0017_split_002.xhtml
sec_0017_split_003.xhtml
sec_0017_split_004.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019_split_000.xhtml
sec_0019_split_001.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021_split_000.xhtml
sec_0021_split_001.xhtml
sec_0021_split_002.xhtml
sec_0021_split_003.xhtml
sec_0021_split_004.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023_split_000.xhtml
sec_0023_split_001.xhtml
sec_0023_split_002.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025_split_000.xhtml
sec_0025_split_001.xhtml
sec_0025_split_002.xhtml
sec_0025_split_003.xhtml
sec_0025_split_004.xhtml
sec_0025_split_005.xhtml
sec_0025_split_006.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027_split_000.xhtml
sec_0027_split_001.xhtml
sec_0027_split_002.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029_split_000.xhtml
sec_0029_split_001.xhtml
sec_0029_split_002.xhtml
sec_0029_split_003.xhtml
sec_0029_split_004.xhtml
sec_0029_split_005.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_034.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_035.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_036.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_037.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_038.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_039.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_040.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_041.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_042.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_043.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_044.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_045.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_046.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_047.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_048.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_049.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_050.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_051.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_052.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_053.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_054.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_055.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_056.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_057.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_058.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_059.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_060.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_061.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_062.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_063.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_064.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_065.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_066.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_067.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_068.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_069.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_070.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_071.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_072.xhtml