30.

No es necesario esperar hasta después de la muerte para experimentar el cielo y el infierno, lo podemos hacer en esta vida, dentro de nosotros. Cuando cometemos acciones perjudiciales, experimentamos ese fuego del infierno que es el deseo y la aversión. Cuando realizamos acciones provechosas, experimentamos el cielo de la paz interior. Así pues, no sólo en beneficio de los demás, sino también en el propio —para no hacernos daño— tenemos que abstenernos de las palabras y dé los actos perjudiciales.

Pero hay otra razón para acometer la práctica de sila: si queremos examinarnos y penetrar en lo más profundo de nuestra realidad, es imprescindible que la mente esté bien calmada y tranquila. Es imposible ver el fondo de un estanque cuando el agua está revuelta. La introspección requiere que la mente esté en calma, libre de agitación; cuando cometemos una acción perjudicial, la mente se inunda de desasosiego; cuando nos abstenemos de cualquier acción perjudicial —corporal o verbal—, es el momento en el que la mente tiene la oportunidad de sosegarse lo suficiente para que pueda producirse le introspección.

Todavía hay una razón más por la que sila es esencial: aquel que practica el Dhamma trabaja para llegar a la meta final, la extinción de todo sufrimiento. Mientras realiza esta tarea no puede enredarse en acciones que refuercen el mismo hábito mental que está intentando erradicar. Cualquier acción que dañe a otro forzosamente está causada y va acompañada por el deseo, la aversión y la ignorancia. La comisión de tales acciones significa dar un paso adelante y dos atrás en el camino, frustrando cualquier progreso en dirección a la meta.

Sila, pues, es necesaria para el bien de la sociedad y para el bien de cada uno de sus miembros, no sólo por el bienestar mundano de una persona, sino también por su progreso en el camino del Dhamma.

El campo del adiestramiento en sila está compuesto por tres de los factores del Noble Sendero Óctuple: Recta Palabra, Recta Acción y Recto Sustentamiento.

Recta Palabra

La palabra debe ser pura y provechosa. La pureza se obtiene eliminando la impureza. Comprendamos, pues, lo que es palabra impura y que incluye: contar mentiras, esto es, decir algo más o algo menos que la verdad estricta; andar con cuentos que conviertan a los amigos en enemigos; murmurar y calumniar; decir palabras ásperas que molesten a los otros y que no tienen ningún efecto beneficioso; el chismorreo ocioso, el parloteo sin sentido que hace perder el tiempo propio y el ajeno. La abstención de toda esta palabra impura hace que sólo quede la Recta Palabra.

Pero no debemos tomarlo sólo como un concepto negativo. El Buda explicó que quien practica la Recta Palabra:

Dice la verdad y es resuelto en la veracidad, fidedigno, formal, franco con los demás. Reconcilia a los enemistados y estimula a los unidos. Se deleita con la armonía, procura la armonía, se regocija en la armonía y crea armonía con sus palabras. Su verbo es gentil, grato al oído, amable, afectuoso, cortés, afable y agradable a muchos. Habla en el momento oportuno, se ajusta a los hechos, se ajusta a lo que es beneficioso, se ajusta al Dhamma y al Código de Conducta. Sus palabras son dignas de ser recordadas, oportunas, bien razonadas, bien elegidas y constructivas

La Vipassana. El arte de la meditación budista
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009_split_000.xhtml
sec_0009_split_001.xhtml
sec_0009_split_002.xhtml
sec_0009_split_003.xhtml
sec_0009_split_004.xhtml
sec_0009_split_005.xhtml
sec_0009_split_006.xhtml
sec_0009_split_007.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013_split_000.xhtml
sec_0013_split_001.xhtml
sec_0013_split_002.xhtml
sec_0013_split_003.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015_split_000.xhtml
sec_0015_split_001.xhtml
sec_0015_split_002.xhtml
sec_0015_split_003.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017_split_000.xhtml
sec_0017_split_001.xhtml
sec_0017_split_002.xhtml
sec_0017_split_003.xhtml
sec_0017_split_004.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019_split_000.xhtml
sec_0019_split_001.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021_split_000.xhtml
sec_0021_split_001.xhtml
sec_0021_split_002.xhtml
sec_0021_split_003.xhtml
sec_0021_split_004.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023_split_000.xhtml
sec_0023_split_001.xhtml
sec_0023_split_002.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025_split_000.xhtml
sec_0025_split_001.xhtml
sec_0025_split_002.xhtml
sec_0025_split_003.xhtml
sec_0025_split_004.xhtml
sec_0025_split_005.xhtml
sec_0025_split_006.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027_split_000.xhtml
sec_0027_split_001.xhtml
sec_0027_split_002.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029_split_000.xhtml
sec_0029_split_001.xhtml
sec_0029_split_002.xhtml
sec_0029_split_003.xhtml
sec_0029_split_004.xhtml
sec_0029_split_005.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_034.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_035.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_036.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_037.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_038.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_039.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_040.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_041.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_042.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_043.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_044.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_045.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_046.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_047.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_048.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_049.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_050.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_051.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_052.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_053.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_054.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_055.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_056.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_057.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_058.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_059.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_060.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_061.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_062.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_063.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_064.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_065.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_066.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_067.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_068.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_069.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_070.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_071.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_072.xhtml