83 ralentizaba los procesos inversionistas porque prefería asegurar que en todo momento los bancos contasen con suficiente liquidez, por si se enfrentaba una crisis repentina como la sucedida en 1929. El inspector temía que la audacia inversionista de Barletta —quien tenía una educación básica y era banquero con plenos poderes de decisión sin ser economista graduado— lo indujera a arriesgar más capital que el permitido por ley en un momento dado.
La palabra «piramidación»84 , usada en la nota de un inspector sobre las empresas asociadas al Banco Atlántico, no tiene la connotación actual. En el presente se emplea para describir los esquemas empleados por un timador como Bernard Madoff. Dicha nota es, en realidad, la única donde aparece ese término, entre varios centenares de hojas con los informes de las auditorías realizadas a esa entidad. En realidad, el auditor se refiere a que en el Banco Atlántico se ingresaban fondos de las empresas filiales y luego, sin alterar los principios bancarios, se reinvertían la mayor parte de dichos capitales para ampliar sus negocios, algo ensayado por la General Motors en sus empresas, pero novedoso en Cuba.85
Lo cierto es que esos mismos inspectores indicaron en la tercera y última auditoría86 realizada a esa entidad bancaria su conformidad con el modo en que se venían superando las debilidades administrativas que antes se le habían señalado.87 Esa última auditoría extendió una calificación de «sana» en política de créditos, «normal» en solvencia, «amplio» el capital de reserva y previsión, y no evaluó ninguna de las categorías analizadas con las calificaciones negativas del formulario: «peligroso, sub-normal, inaceptable o insuficiente».
V. Cirules versus La República de Cuba
Podría recurrirse a la fácil acción de descartar profesionalmente a este autor quien, por propia confesión, no es un historiador. Pero aunque no sea historiador, debe tomársele en serio y exigírsele el rigor que debe tener cualquiera que incursione en este campo, por respeto a sus lectores.
Comenzaré entonces por coincidir plenamente con el distinguido historiador y experto colombiano Eduardo Sáenz Rovner cuando afirmó en su libro The Cuban Connection (2008):
... (los) trabajos recientes publicados en Cuba sobre el narcotráfico, como los estudios de Enrique Cirules y Francisco Arias Fernández, presentan la isla antes de 1959 como un santuario de la corrupción oficial alimentada por el narcotráfico, al tiempo que aseguran que Batista apoyaba personalmente a los narcotraficantes. No obstante, no hay evidencia empírica que permita sostener la noción de que Batista ofreció semejante apoyo en los años cincuenta (....) los escritos de Cirules están llenos de afirmaciones y argumentos referidos al narcotráfico y los narcóticos que carecen de cualquier evidencia empírica y se derivan en última instancia de juicios políticos subjetivos.