La investigación del comportamiento animal tiende a confirmar las ideas de Alexander George Coghill (1872-1941), un biólogo que dedicó cuarenta años a estudiar el desarrollo y la conducta animal, llegó a la conclusión de que el movimiento estaba coordinado e integrado por la «pauta total» de cabeza, cuello y torso, que se imponía a la «pauta parcial» de las extremidades. En una carta a Alexander, observó: «Estoy... sorprendido de ver cómo usted, hace años, descubrió en la fisiología y la psicología humanas el mismo principio que yo he detectado en la conducta de los vertebrados inferiores». El biólogo Rudolf Magnus (1873-1927) demostró que la relación de cabeza, cuello y torso era el Zentralapparat (mecanismo central) para la orientación de un animal en su medio ambiente. Asimismo, distinguió dos tipos básicos y complementarios de reacciones animales, que denominó reflejos«de actitud» y «de corrección». Cuando un gato ve un ratón, vuelve la cabeza hacia él y, en un acto reflejo, su cuerpo se prepara para atacar. Éste es un reflejo de actitud. Es como si la cabeza del gato impusiera una actitud específica al resto del cuerpo. Si el ratón desaparece de su vista, el gato vuelve a un estado equilibrado de reposo, mediante un reflejo de corrección en el cual el papel predominante corresponde también a la relación de cabeza, cuello y torso. Magnus añadía que:
![]() |
La pauta de sobresalto es una reacción normal e instintiva ante el miedo. Sin embargo, demasiado a menudo se convierte en modelo de nuestra postura cotidiana, por lo que hemos de aprender conscientemente a recuperar el «estado de reposo equilibrado» |
Es posible imponer a la totalidad del cuerpo distintas actitudes adaptadas cambiando únicamente la posición de la cabeza... El mecanismo como un todo actúa de tal forma que la cabeza dirige y el cuerpo sigue.