CAPÍTULO 36
Y ahí estaba yo, flotando, pensando para mis adentros: así que esto es morir como un Jedi y desvanecerme como mi abuelo —Corran Horn sonreía débilmente mientras se secaba el bacta con una toalla—. Y entonces me di cuenta de que, a pesar de la falta de sensibilidad, me estaba doliendo la mano. Y me di cuenta de que estaba dando tumbos, lo que no es muy apropiado cuando te has convertido en espíritu. Pero no podía abrir los ojos, así que me dejé llevar.
Luke negó con la cabeza.
—Y entonces descubriste que Ganner había vuelto y que te estaba elevando por encima de los slashrats para sacarte de la concha.
Corran asintió.
—Sí. Contrariando mis órdenes, ordenó a Trista que diera la vuelta al Escarceador, cortó el techo de la concha y, colgando desde la rampa, me subió. Si no lo hubiera hecho…
Mirax, la mujer de Corran, le alcanzó una túnica del armarito de la habitación del hospital.
—Si no lo hubiera hecho se habría tenido que enfrentar conmigo. Y menos mal que te metieron en el tanque de bacta del Escarceador. Si no, ese veneno te habría matado.
—Claro, pero imagínate su sorpresa si no hubiera funcionado —Corran se secó el pelo con la toalla—. Me meten ahí y cuando abren sólo encuentran jirones de ropa.
Mirax arqueó una ceja.
—¿Y eso qué tiene de gracioso exactamente?
—A mí me hubiera divertido.
—Parece que a los muertos les divierte cualquier cosa.
Luke asintió mirando a Mirax.
—Necesitamos saber si es verdad lo que dijo la doctora Pace sobre que ciertos Jedi se apropiaron de los artefactos. Te agradezco que lo estés investigando.
—Es un placer, Maestro Skywalker —Mirax frunció el ceño—. Las cosas que te he traído proceden evidentemente de la época anterior al Imperio. La actual corriente anti-Jedi ha devaluado el coleccionismo de ese material, pero el mercado de objetos imperiales aún está en auge. Por supuesto, olvidándose del buen gusto o de la lógica; pero, si los coleccionistas quisieran que los dejaran pelados, no se comportarían como nerfs.
—Hazme saber lo que averigües al respecto —Luke sabía que algunos Jedi eran muy diligentes en su afán por encontrar cosas que conectaran la Orden Jedi actual con la que el Emperador había destruido. Pero robar los recuerdos de la gente…—. Encontrar objetos que amplíen nuestro conocimiento sobre los Jedi es importante, pero hacerlo a costa de la gente y de la imagen de la Orden es algo que no nos podemos permitir.
Corran se echó la túnica verde por encima y se la ajustó a la cintura con una correa negra.
—Creo que la actitud correcta es que nosotros somos Jedi, y por lo tanto esas reliquias nos pertenecen. Da igual quién las encuentre. No estoy de acuerdo con ello, pero lo puedo entender.
—Yo también lo entiendo, Corran, pero tengo una opinión dividida. Creo que tener los objetos para estudiarlos es muy valioso, pero tampoco estoy seguro de que tengamos los recursos y la experiencia necesarios para sacarles el máximo partido —Luke se acarició la mandíbula—. La doctora Pace y sus alumnos tienen los conocimientos que hacen falta para sacarle todo el jugo al material. Creo que necesitaremos ayuda académica, por lo que habrá que convencer a algunos Jedi de que no son ladrones y que no nos van a quitar nuestros objetos.
Mirax se rió.
—¿No os parece un tanto irónico que la misión de Bimmiel acabara siendo un saqueo de objetos yuuzhan vong ante sus propias narices?
—Sí, también lo he pensado, Mirax —Luke juntó las yemas de los dedos—. La pequeña advertencia que dejaron a la entrada de ExGal incluía una calavera y una máquina destrozada, lo que me hace pensar que ambas cosas constituyen para ellos un aviso de muerte.
Corran se recostó en la cama del hospital y se puso unas almohadas en la espalda.
—Pero tampoco entiendo esa tecnofobia. Está claro que ellos generan biológicamente cosas que cumplen las mismas funciones que nuestras máquinas. La única diferencia es que las suyas están vivas.
—Es una diferencia significativa, Corran. Quizás en el pasado hubo una guerra que enfrentó a androides y a yuuzhan vong. Quizá los androides les masacraron y por eso desarrollaron ese odio patológico por las máquinas —el Maestro Jedi se sentó en una silla—. ¿Quién sabe? En cualquier caso, es probable que nos consideren malignos por el hecho de utilizar máquinas para casi todo.
—Si ésa es su actitud, les hubiera encantado ver a Jens analizando el cadáver yuuzhan vong con el digitalizador y el microscopio de escaneo —Corran entrecerró los ojos—. Pero no es eso lo que más me perturba, sino lo de los esclavos que vimos. Debían de proceder del Borde y de la Nueva República. No vi ninguno de los reptiloides que utilizaron en Dantooine.
—Pero estaban los seis yuuzhan vong que se colaron en el recinto e intentaron asesinar a los refugiados —Mirax se apoyó en el ventanal de transpariacero por el que se filtraba la luz—. No entiendo por qué hicieron eso si ya había un ejército designado para tomar el campamento.
Corran se encogió de hombros.
—Bueno, puede que actuaran como Ganner y dejaran de acatar las órdenes en busca de su propia gloria.
Luke arqueó una ceja.
—¿Piensas que Ganner volvió a buscarte por eso?
—Sí, en parte sí.
—Y no te gusta deberle nada, ¿verdad?
Corran puso un gesto amargo.
—No es tan malo como deberle algo a Booster, pero se lleva mal.
—Lo superarás —Mirax se hizo una coleta con la larga melena negra—. ¿Creéis que los yuuzhan vong lo hicieron por gloria personal o por otra cosa?
—Teniendo en cuenta lo mal que pelearon es obvio que no tenían experiencia —Luke suspiró—. Y, aun así, mataron a un noghri, lo que no es fácil. La investigación forense ha revelado que no tenían tantas cicatrices, tatuajes y huesos rotos como el cuerpo que trajimos de Bimmiel o como los otros especímenes que tenemos. Yo diría que o salieron por su cuenta o eran una avanzadilla.
Corran hizo un gesto con la mano.
—Y hay otra cosa que no sé si entiendo bien. Las estructuras de las que colgaron a los estudiantes… y de la que tenían suspendido a Jacen… estaban diseñadas para causar dolor. Ni mucho, ni poco, sólo dolor. Ambos hemos visto a los yuuzhan vong matando a sus esclavos sin piedad y, en mi caso, por placer y por algo más incluso. Las cicatrices, los tatuajes, los huesos rotos… puede que el hecho de acabar de salir de mi último tanque de terapia de bacta altere mi perspectiva de las cosas, pero, en mi opinión, dolor y diversión no tienen nada que ver.
—Puede que matar esclavos no sea una diversión para los yuuzhan vong, sino algo que algunos están más dispuestos a hacer que otros —Luke abrió los brazos—. Todos sabemos que hay algunos Jedi a los que les gusta usar la Fuerza más que a otros. Y por lo que respecta a lo de los huesos rotos y esas cosas, tú eres el que tiene un amigo que es rastreador gand. Sabes por lo que tuvo que pasar para conseguir ese rango. Puede que las heridas, los tatuajes y las cicatrices sean un símbolo para los yuuzhan vong.
Mirax alzó la mano.
—Teniendo en cuenta que me gano la vida comerciando con objetos de significado cultural, me da la impresión de que todos esos símbolos son externos. Las cicatrices y los tatuajes vale, pero ¿los huesos rotos? Especialmente cuando rompen la simetría. No tiene sentido.
Luke se encogió de hombros.
—No tendrá sentido para nosotros, pero sí para ellos. El dolor y la cicatrización podrían tener valores superiores en su cultura. Y el hecho de que tengan criaturas para infligir dolor me da la razón. No sé si sería así en Bimmiel, pero, en Belkadan, la estructura de la que pendía Jacen podría haber albergado a un yuuzhan vong sin problemas.
—Es verdad, ahora que lo dices.
El Maestro Jedi continuó.
—Creo que es importante darnos cuenta de que las acciones de Dubrillion y Dantooine estaban destinadas a probarnos y a entrenar a los soldados. Son muy inteligentes y lo tienen todo pensado. Leia me dijo que según la opinión de Lando del primer y el segundo ataque yuuzhan vong, los segundos estaban mucho mejor entrenados. Esto podría enseñarnos mucho sobre los ataques pasados y nos dará pistas sobre cómo será el tercero.
Corran suspiró.
—No me gustó el segundo ataque. La idea de un tercero, o de la continuación del segundo… no lo espero con impaciencia.
—Yo tampoco, pero pensar que van a retirarse para siempre después de esto sería tan estúpido como la creencia del Senado de que los yuuzhan vong no iban a volver tras el primer ataque.
—Lo sé, Luke, lo sé —Corran se abrazó el estómago—. Y yo estaré ahí, haciendo lo que me pidas. Es bueno saber que esta vez contaremos con el respaldo de la Nueva República.
—Estoy de acuerdo —Luke exhaló lentamente—. Y espero que sea suficiente, por el bien de la galaxia.