17. La dama de la medianoche
La dama de la medianoche sentía su sangre hervir como no lo había hecho en años. Contra todo pronóstico, aquel que más amaba había vuelto con aquella que debía haber muerto hacía mucho tiempo.
Grito de rabia, sabiendo que nadie la oiría. Pero estaba preocupada. No podía hacer un ataque frontal, no cuando sabía que los miembros de aquella Hermanad eran cada vez más y más poderosos. Tenía que retirarse, pensar, encontrar la manera no solo de separarles, sino también de que aquella chica sufriera como ella lo había hecho. El que más amaba le había sido arrebatado durante demasiado tiempo, y encontraría la manera de que fuera suyo para siempre.