El Pensamiento Mágico
En su definición más simple, un mago es la persona que practica magia, pero echando mano de la sicología, en particular de los arquetipos de Jung. Nos encontramos con que el mago corresponde a una representación de nosotros mismos alcanzando un estado superior de consciencia; un estado en donde nos encontramos en absoluto control de nosotros mismos y por lo tanto, no es el mundo quien nos transforma, sino que somos nosotros quienes transformamos al mundo.
El mago representa la innovación y la inventiva, así como la canalización y materialización de una energía superior propósitos creativos.
Como sus rasgos claves están la aceptación de su gran poder, su enfoque y concentración, y finalmente sus claras intenciones.
Los magos, por siglos, se han enfrentado a las más grandes adversidades. Su manera de sortearlas ha sido precisamente lo que les ha permitido ser percibidos como seres con poderes que trascienden lo común.
El analizar a todo personaje mágico que ha hecho aparición en el cine deja entrever otro rasgo plenamente reconocido por Jung: el mago no tiene miedo de actuar, y es esto justamente lo que le proporciona el poder de lograr grandes cosas, pues destila una increíble confianza en sí mismo y por lo tanto no teme asumir riesgos para enfrentarse a la adversidad. Es su obsesión por comprender lo que le rodea, lo que le permite atreverse en sus búsquedas y experimentos; y es su increíble habilidad de enfocarse en aquello que llama su atención lo que le proporciona la inspiración necesaria para llevar a cabo sus increíbles proezas.
El mago es el más poderoso ejemplo de quien puede alterar su realidad y la de los demás a través de voluntad y creatividad, llevando precisamente a la realidad aquello que apenas se concibe mentalmente.
Es así que el mejor de los líderes es en sí un mago que bien conoce sus habilidades y las de su equipo, y no para de aprender y desarrollarlas. Y del modo en que en el mundo del ilusionismo, hay magos con cartas, magos de grandes ilusiones, magos mentalistas, etcétera, en el mundo corporativo, también hay magos: magos de los números, de la ingeniería, magos de la innovación y de las ventas. Todos ellos, líderes de su conocimiento y con habilidades que solo ellos, como verdaderos líderes, podrían reconocer y permitir desarrollar.
¿Es usted un mago? Por supuesto que sí: ¡Todos somos magos de nuestra vida! Y contamos con talentos y habilidades que nos permiten, a los ojos de los demás, hacer posible lo aparentemente imposible. Más de una vez, usted ha hecho frente a una situación que bien podría considerarse, compleja, y usted se hizo a una estrategia, a veces desarrollada sobre la marcha, y salió adelante. ¿Contó con suerte? Antes, cuando la gente tenía fe en lograr algo y lo alcanzaba lo llamaba magia, hoy día, dicha fe parece haberse perdido, al punto que cuando las cosas se dan, se califican de casualidad. Pero para hacer magia solo es necesario definir exactamente lo que se quiere; y luego, definir cómo vamos a desarrollarlo y proceder a ejecutarlo. Eso es contar con una estrategia y ponerla en acción. Eso es lo que hace un mago con su vida o con su empresa. ¿Usted es un mago de qué? ¿Con qué Magos se relaciona? ¿Practica usted el pensamiento mágico?
Esas preguntas son metafóricas, y usted les encontrará sentido conforme avance en este texto, pero primero, aprendamos un juego de magia que nos servirá para comprender qué es el pensamiento mágico.