Asombro S.A.
–¿D-Dónde estoy?–.
–Veo que eres muy puntual, eso nos gusta aquí. Mucho gusto, mi nombre es Mágika y soy la encargada de guiarte en tu visita por nuestras instalaciones.
Sin saber cómo había llegado allí, me encontraba en una cómoda sala de espera y esta señorita, con cierto aire oriental, no solo tenía un nombre curioso, sino que era extremadamente hermosa y amable.
–Permíteme ofrecerte algo de tomar. Es normal llegar algo sediento después de ese viaje. ¿Alguna bebida en particular? puedes pedirme lo que quieras.
–Sólo agua por favor–, le dije.
–¿En verdad, solo agua?– contestó Mágika y llevando la mano a su diminuto bolso, sacó como por arte de magia, un vaso servido con agua, hielo, una rodaja de limón, servilleta y un pequeño plato para apoyarlo, y prosiguió:
–Por favor sígueme, tengo mucho que mostrarte y el tiempo es corto.
–Perdón... ¿Mágika, es tu nombre?, no sé dónde estoy, ni que hago aquí.– Le dije
–¡Oh, que indelicadeza la mía!, siempre olvido que nuestros visitantes llegan un poco desorientados a las instalaciones de Asombro S.A.
–¿Asombro S.A?
–Así es, allá afuera reconocen a nuestra organización por nuestros cosiámpiros. Cada uno de ellos cuidadosamente diseñado, producido, perfeccionado para cumplir un solo propósito: asombrar y generar emociones únicas en nuestro público, o cómo ustedes los llaman allá afuera... "clientes".
–¿Qué es un cosiámpiro?– Pregunté.
–Más tarde te muestro. Por ahora ven conmigo. Los de ventas ya van a comenzar su show y no te lo querrás perder.–
Mágika aceleró el paso, y conforme salíamos de la sala de espera, veía cómo la edificación se hacía cada vez más imponente.
Alrededor veía grupos de personas con mazos de cartas, monedas y otros objetos, aparentemente jugando entre sí.
Un par de conejos gigantes que bien podrían haber sido engordados con plutonio radioactivo –dado su exagerado tamaño–, también se nos cruzaron mientras avanzábamos al interior de la edificación, y casi cada cinco segundos se escuchaban risas, aplausos y expresiones de asombro desde los grupos de personas jugando con las barajas y los curiosos objetos.
–¿Qué hacen esas personas que parecen jugando a las cartas?– indagué.
–Esos son nuestros Magos– contestó Mágika y continuó:
–Creo que ustedes en sus organizaciones los llaman, "empleados", pero aquí en Asombro S.A. todos somos Magos: Tenemos Magos del servicio, Magos de las ventas, Magos de la innovación, Magos del mercadeo, y ahora mismo, todos están sacando conejos de sus sombreros, o en otras palabras, haciendo posible lo imposible...
–¿Están haciendo trucos?– le dije.
–¡Ja! No. No nos gusta la palabra truco. Nosotros hacemos magia y creamos efectos. Allí donde los ves, nuestros Magos están compartiendo con sus pares sus talentos. En este momento, están trabajando en nuevos cosiámpiros, uno más sorprendente que los anteriores de los que se han vendido enormes cantidades.
De nuevo el tal cosiámpiro:
–Mágika, ¿Qué es un cosiámpiro?
–Luego lo verás. Por ahora ven para que conozcas lo que hacen nuestros Magos.
Nos acercamos a una de las mesas e inmediatamente la persona que parecía ser el centro de atención, se refirió a mí:
–Para mí siguiente demostración, me gustaría que me prestaran una moneda. Caballero, supongo que usted es un invitado hoy en Asombro S.A., ¿Le gustaría ayudarme?
Miré a Mágika que con un gesto me indicaba que le prestara una moneda al hombre, así que metí mi mano al bolsillo y encontré solo una moneda, que le entregué inmediatamente. El hombre, procedió a remangarse y tomándola entre la punta de los dedos, explicó:
–¿Cuánto vale generar una emoción? La respuesta es simple: mucho menos de lo que parece...
Y tomando la moneda con la otra mano, esta... ¡se desvaneció!
Tenía que sumarme al aplauso. Estaba al frente de uno de estos Magos que mencionaba Mágika, que totalmente arremangado acaba de desaparecer aquella moneda por arte de magia. El mago prosiguió:
–Pero como bien sabemos, hacer que una organización quiera ver las cosas desde una perspectiva diferente, no suele ser fácil. Cuando la cultura organizacional no se encuentra alineada con la estrategia de la compañía, y los procesos arrastran a los clientes con ellos, la compañía estará destinada a fracasar. Y aun así, persistirán en hacer lo mismo una y otra vez, con lo que se estancarán en los mismos errores de siempre... y con ello, los mismos costos de siempre–. Y diciendo esto, procedió a reaparecer la moneda en su otra mano.
Apenas me recuperaba de la sorpresa. Acababa no solo de experimentar algo mágico a centímetros de distancia, sino que además sentía que las palabras del mago y su lección sobre el cambio de perspectiva me habían impactado positivamente.
Un timbre se escuchó en el recinto.
–¡Pronto! Esa es la tercera llamada, ya el show va a comenzar.– Me dijo Mágika y tomándome del brazo me sacó de entre el grupo de Magos en donde estábamos.
Ingresamos a un espectacular teatro con sus cortinas en sedosos tonos rojo con bordecillos dorados impecables, y una gruesa alfombra color vino tinto bajo nuestros pies, que daba la sensación de flotar al caminar sobre esta.
Procedimos a sentarnos en un palco con una vista perfecta del escenario, ya que Mágika me explicó que los invitados teníamos acceso a primera clase.
Las luces del teatro diezmaron y los reflectores se posaron sobre el centro del escenario en el que solo reposaba una silla, y un hombre, acompañado de una mujer tan hermosa como la misma Mágika, salió al frente e hizo una venia, y tras recibir un aplauso de bienvenida por todos los asistentes al teatro, con voz profunda y misteriosa se dirigió al público:
–¿Es acaso posible crear una sinergia tal entre dos individuos, al punto que su comunicación pueda llegar a ser casi telepática? Nosotros, hoy en Asombro S.A. queremos mostrarles que hacerlo... ¡Es posible!
La mujer procedió a sentarse en la silla y a vendarse los ojos, mientras que el hombre le pedía a la gente que sacaran a la vista de todos algunos objetos personales que llevaran consigo. Y lo que aconteció, no fue nada menos que espectacular:
La mujer sin visión aparente, lograba identificar uno a uno los objetos que los miembros del público sacaban delante de todos y que el hombre señalaba sin decir palabra alguna. Estaba asombrado, y Mágika me hablaba en voz baja:
–Estos son dos de nuestros mejores Mentalistas. Una vez a la semana, cada departamento hace una presentación de sus talentos ante el resto de nuestros Magos con el fin, no solo de pulir sus habilidades, sino de mantenernos al tanto de lo que hacen. Aquí, la mejora constante ¡es la constante!–.
–¿Qué es un Mentalista?– Pregunté.
–Nuestros Mentalistas tienen la misión de "adivinar y predecir" lo que quiere nuestro público, o como ustedes los llaman en sus organizaciones: "clientes". Nuestros Mentalistas practican el arte de leer el pensamiento.
–Eso suena increíble Mágika. ¿Cómo lo hacen?
–¡Es magia! Lograda tras años de práctica y perseverancia. Aquí siempre hemos pensado que las organizaciones más allá de Asombro S.A. siempre han contado con esa habilidad y no la aprovechan. Conocer lo que quieren los demás es tan fácil como preguntarles. Esta demostración, es un claro ejemplo de los milagros que pueden lograrse cuando las barreras de comunicación se echan abajo en una organización. Hay una integración tal entre las partes, que la comunicación resulta tan fluida e instantánea, que parece telepática.
El Mentalista, al notar mis susurros con Mágika, tomó prestados tres de los objetos del público: Un reloj, un billete y una pluma. Y dirigiéndose a mí, me preguntó desde el escenario:
–¿Caballero, cree usted que es posible adelantarse a lo que piensan los demás?–
El reflector del teatro se posó sobre mí, y con todas las miradas encima apenas pude murmurar palabra. El Mentalista desde el escenario continuó:
–Quiero que por favor nombre cualquiera de estos tres objetos, el que desee. ¿Escogerá usted acaso el reloj, el billete o la pluma?
–El reloj–. Contesté tras pensarlo por unos segundos.
–¡Excelente elección! Desde que lo vi ingresar al teatro sabía que usted era una persona a la que le gusta que las cosas marchen a tiempo y por eso, no tenía duda de que usted escogería precisamente el reloj...–
El Mentalista mandó la mano a su bolsillo y de este tomó un gran sobre marcado con un símbolo de interrogación, del cual sacó un enorme papel que llevaba impreso el mensaje: "Nuestro invitado de hoy en Asombro S.A. escogerá el reloj".
El aplauso tronó en el recinto, y la Mentalista mientras se quitaba la venda procedió a dirigirse al público al tiempo que unos asistentes del teatro ingresaban con un misterioso cofre al escenario:
–Damas y caballeros, en Asombro S.A. más importante que contar con una habilidad de comunicación casi telepática, es saber de antemano lo que pensará nuestro público, y así adelantarnos a sus necesidades. Sin embargo, no basta con entregar solo lo que nos piden, es necesario ir más allá. Es bien sabido que cuando una organización no escucha a sus clientes está destinada al fracaso, pero quien se limita a darles solo lo que éstos piden, también lo estará. Es así que hoy queremos, nuevamente adelantarnos al futuro y presentarles nuestro nuevo cosiámpiro...–.
Los reflectores del teatro se posaron sobre el cofre, mientras los Mentalistas lo abrían con una mística propia de estar a punto de revelar algo increíble.
–¡Ups! Tenemos que irnos, tengo más cosas que mostrarte– Interrumpió Mágika mientras me tomaba del brazo otra vez, y me halaba para abandonar el palco.
–¿Pero..., y el cosiámpiro?
–Luego podrás verlo. ¡Vamos!
Saliendo del teatro por un gran pasillo, alcancé a notar un gigantesco tablero de corcho del cual estaban sujetados pequeños paquetitos de cartas de barajas, ligeramente abiertos en abanico. Algunos de esos abanicos, tenían solo dos o tres cartas, y otros hasta una veintena, pero todas y cada una de esas ellas llevaba algo escrito. Mágika me explicó:
–Esta es una Subasta de Ideas. Nuestros Magos constantemente están desarrollando Métodos para mejorar nuestros efectos tanto al interior de Asombro S.A. como con nuestros cosiámpiros para nuestro público.
–¿Efectos, métodos? ¿Esta es una fábrica de trucos de magia entonces?
–¡No, es mucho más que eso! Te repito que aquí no hacemos trucos, creamos efectos y producimos emociones; y al hacerlo, pues el resultado no es menos que asombroso. Una gran diferencia de Asombro S.A con las organizaciones allá afuera, es que mientras ellas piensan en términos de productos y procesos, nosotros pensamos en efectos y métodos. Estos métodos deben ser invisibles para quien experimenta nuestra magia. Es así como conseguimos nuestros efectos– Contestó Mágika, y continuó:
–La mayoría de organizaciones cometen el error de involucrar a sus clientes en procesos que nada tienen que ver con ellos, generándoles frustración y desespero. Es lo que pasa cuando por ejemplo uno de sus "clientes" tiene que esperar días para obtener una respuesta a una reclamación, o se ve obligado a hacer mil vueltas que no debería. En Asombro S.A. nuestro público solo debe percibir el efecto, el resultado final, y este tiene que ser asombroso. Eso es parte de lo que denominamos la filosofía del Pensamiento Mágico: Para el público, el método debe ser invisible y el efecto es lo que importa.
Y refiriéndose al tablero de corcho con las cartas y los mensajes, prosiguió:
–Esta subasta es precisamente una colección de ideas de todo tipo aportadas por nuestros Magos. Cada abanico es una idea de algún efecto que quisiéramos lograr junto con métodos propuestos para llevarlo a cabo. Nuestros Magos pueden aportar métodos a aquellos efectos que consideren más impactantes y son libres de escoger en cuáles de estos quisieran trabajar y creen que pueden aportar más. Así, fomentamos lo que denominamos como pasión organizacional y garantizamos que nuestros mejores talentos den lo mejor de sí en aquellos proyectos que más les gusten. Nadie mejor que nuestros Magos para saber en qué áreas pueden sobresalir.– y continuó:
–La mayoría de organizaciones no escucha a sus empleados, a aquellos que están al frente de las cosas y por lo tanto saben cómo funcionan y están al tanto de los clientes. Crean buzones de sugerencias que jamás leen y desperdician ideas que pueden ser grandes éxitos. Nosotros sabemos que las mejores ideas llegan sin presión, y cuando nadie se las espera. Esta subasta de ideas permite que lo que se propone se madure y evalúe en su propio tiempo, y por ello termina siendo una excelente herramienta de innovación, y un perfecto complemento a cualquier tormenta de ideas.
¡Wow! Que perspectiva tan refrescante la que me estaba compartiendo Mágika. Otro concepto que por alguna razón encontraba práctico.
–Ahora, voy mostrarte nuestra principal materia prima– Mágika sonrió y abriendo un portón, la más impresionante biblioteca nos dio la bienvenida.
–Si hay algo que no dejaremos nunca de cultivar en Asombro S.A. es el conocimiento. Este, es la base de las más originales e innovadoras ideas y cosiámpiros. En la magia no hay malos efectos, como sí malos Magos. Cuando un efecto falla, es en realidad el mago que lo presenta el que está fallando y no ha cuidado sus ángulos. Del mismo modo, nosotros creemos que no hay malas ideas, solo contextos diferentes. Actualizamos constantemente nuestra biblioteca con todo libro que soliciten nuestros Magos. Si hay algo en lo que no escatimamos es precisamente en libros y conocimiento.
–¿Libros de magia supongo?–
–¡Libros de todo tipo, incluyendo videos y archivos digitales! Nuestros Magos son ávidos lectores y saben que la mejor inspiración viene precisamente de las fuentes más disparatadas. Aquí encontrarás obras clásicas y modernas, nuestros Magos suelen leer un clásico por cada cuatro a cinco textos nuevos, y nuestro catálogo se mantiene en expansión constante. Esta, es solo una de las 13 bibliotecas que por ahora existen en Asombro S.A.–
–¿Y eso no resulta siendo muy costoso?– Pregunté.
–¡Ja! Olvidaba que allá afuera consideran un gasto cualquier centavo invertido en lo que ustedes denominan "empleados". Aquí en cambio sabemos bien que un libro es la más redituable de las inversiones. Sin duda, puedo decirte que nuestras bibliotecas son el corazón de Asombro S.A. Y el mayor secreto detrás de nuestro éxito.
De pronto, una voz profunda y con eco llenó cada rincón de la biblioteca:
–Hola Mágika, veo que estás acompañada...
Me di cuenta que la voz la estaba escuchando dentro de mi cabeza y por eso nadie estaba siendo interrumpido en su lectura. ¡No había ningún interlocutor físico y las palabras retumbaban en mi mente!
–Hola Oz, este es nuestro invitado del día de hoy.– Le respondió Mágika a la voz telepática.
–Asegúrate de pasearlo por el Salón Houdini, a todos les encanta el Salón Houdini.– Dijo la voz profunda.
–Ese es Oz...– Me susurró Mágika.
–Por la voz de Oz, veo que es quien manda aquí.– dije.
–Sí y No. Oz no es un solo Mago: son varios, de hecho somos todos. En Asombro S.A. El liderazgo es colectivo, es una entidad. Oz solo nos guía en la dirección que todos queremos ir, pero procurando exigirnos de manera que nuestras habilidades jamás se estanquen y así jamás paremos de crecer en nuestros talentos y pasiones.
–¿Liderazgo colectivo? ¿Acaso eso no es una contradicción?– Era un hecho que no paraban mis preguntas a Mágika...
–Tal vez el concepto puede ser difícil de apreciar dado el lugar de dónde vienes en donde la gerencia suele ser una oficina en un último piso al que solo se puede llegar tras agendar con mínimo un mes de anticipación. Pero aquí, en Asombro S.A. Todos somos Oz, y si alguien necesita decir algo o escalarlo con un "superior" como suelen llamarlo ustedes, Oz como entidad siempre está disponible.
–Entiendo, ¡Oz es el nombre de su sindicato!
–¡Para nada!– replicó Mágika, –En Asombro S.A. nuestros Magos son nuestra prioridad número uno y por eso invertimos en ellos de manera que siempre estén a gusto. Oz habita en nuestras bibliotecas justamente porque es aquí donde guardamos nuestro conocimiento y alimentamos nuestra pasión organizacional. ¿Recuerdas la moneda que viste desaparecer antes? Toda moneda cuenta con dos caras, dos lados absolutamente opuestos. Si tu organización cuenta con un sindicato, tu organización cuenta con dos caras, que no solo no pueden verse, sino que buscarán imponerse una sobre la otra. Nuestra figura del liderazgo colectivo, logra desvanecer dicho paradigma–
No quedaba duda que Asombro S.A. y sus prácticas gerenciales tenían el nombre correcto.
–Mágika, todo esto que me estás diciendo suena demasiado fantástico y surrealista. Apenas puedo creer que una organización pueda ser posible como Asombro S.A.– Le dije, y Mágika con su deliciosa sonrisa continuó:
–Eso es parte de la razón por la que estás aquí. Recuero a un famoso escritor llamado Arthur que vino una vez a visitarnos, y que concluyó que cuando algo es lo suficientemente avanzado, termina siendo apreciado como magia. El punto es que si quieres alcanzar la luna, tienes que apuntar a las estrellas... nosotros hoy, te estamos mostrando las estrellas. Eso es precisamente contar con un norte que no importa cuán lejos esté, seguirlo te proporcionará orden y alineación.
Otro concepto que hacia clic en mi mente.
–Oz mencionó un salón, ¿Houdini?, ¿qué es? ¿Un salón de escape?– Le señalé mientras recordaba al afamado ilusionista y maestro del escapismo.
–Así es. El Salón Houdini es donde nuestros Magos de la innovación encuentran formas de escapar a cualquier paradigma o suposición y metodología predispuesta. Es justamente allí, donde la labor de sacar conejos de sombreros es la orden del día.–
–¿Trabajan sacando conejos de sombreros?
–Sacar un conejo de un sombrero es hacer realidad una idea. El sombrero representa la mente donde dicha idea se concibe, el conejo es la materialización de esa idea. Ven y te muestro.
Dirigiéndonos a la salida de la edificación donde estábamos, Mágika abrió la puerta y apareció todo un Boulevard de construcciones y edificios que nada tenían que envidiarle a un sitio como Las Vegas: Grandes edificaciones a lado y lado; escaleras eléctricas para los pasos peatonales, música en el aire, jardines y majestuosas fuentes de agua y fuego haciendo acrobacias por sí mismas, y estatuas de Magos famosos y otros no tanto complementaban el paisaje. Todo era exhilarante...
–Todo esto es Asombro S.A., cada una de estas construcciones es uno de nuestros departamentos. Es así como cada edificación hace alusión a un personaje relacionado con la actividad que allí buscamos desarrollar. – Comentó Mágika y continuó:
–Aquél es el Edificio Merlín. Nuestros Magos del servicio suelen reunirse allí a hacer su magia. Aquel otro, es el Edificio Nostradamus, que es donde nuestros Mentalistas se juntan a leer y adelantarse al pensamiento de nuestro público, o clientes...
–"¡Como les llamamos nosotros!"– La interrumpí con sarcasmo, mientras le guiñaba un ojo.
–¡Exacto! Aquel otro es el Edificio Copperfield; allí, nuestros Magos del mercadeo y ventas se congregan con el fin de asegurarse que cada uno de nuestros efectos terminen siendo apreciados de la manera más espectacular posible. La misión de los Magos cuando se reúnen en el edificio Copperfield es la de hacer una montaña a partir de un grano de arena y aquél...
–Un momento Mágika, ¿Hacer una montaña a partir de un grano de arena? No entiendo. Eso suena como a complicar las cosas.– Le interrumpí nuevamente.
–Lo que buscamos es que nuestros cosiámpiros logren el mayor efecto más espectacular posible.– Replicó
–Bueno, pero ¿acaso no es eso engañar al clien... ¡perdón! al público mostrándole algo más grande de lo que realmente es?– Volví a indagar con curiosidad.
–¡Ja! Ya entiendo a qué te refieres. No te confundas, las compañías diferentes a Asombro S.A. toman este principio de hacer una montaña a partir de un grano de arena y lo implementan al revés: Hacen que sus clientes vean las cosas más grandes de lo que realmente son, pero una vez ellos descubren que no son así, pues terminan frustrados y se sienten engañados. Esa aplicación es una garantía de decepción. Lo que nosotros hacemos es revertir la ecuación, queremos que nuestro público se haga a algo que terminará siendo finalmente mucho más grande de lo que esperaba. Piensa en el mago que hace aparecer un ave de sus propias manos. Ahí es cuando la magia ocurre: Cuando aparece la sorpresa, aquello que nadie se estaba esperando. Y nos aseguramos que dicha sorpresa sea positiva. Puedes hacer de cualquier cosiámpiro algo mágico cuando su valor para quien lo adquiere, va más allá de lo que se espera, cuando recibes una montaña en vez de un grano de arena en vez de recibir solo un grano de arena cuando te ofrecían la montaña.– Mágika me decía con propiedad mientras continuábamos hacia el edificio Houdini, al tiempo que notaba un monumento con la palabra "Servicio" escrita con la S invertida:
–¿Por qué esa escultura de "SERVICIO" tiene la S invertida?
–¡Sabia que lo notarías! Es inevitable. Cuando se hizo la escultura, por error terminamos montando la letra "S" de manera invertida. Pero al hacerlo, todos se percataban del mensaje que queríamos comunicar. Así que, en vez de mandar a solucionar un problema que no lo era tanto, más bien terminamos aprovechándolo y "Pintándolo de rojo" haciéndolo más que evidente. El resultado ha sido magnífico, pues nadie pasa por alto la escultura, y este monumento es ahora un símbolo de que nuestros servicios siempre pueden mejorarse. Cuando de asombro se trata, el servir ofrece una oportunidad inigualable para hacer magia. Ven, te propongo que tomemos un ligero desvío e ingresemos al Edificio Merlín antes de ir al Salón Houdini. ¿Te parece?
No creo que pudiera haberme negado a la invitación.
El interior del gran Edificio Merlín estaba lleno de espejos que creaban una sensación de espacio infinito y en el centro de la recepción, había una escultura de una lámpara de óleo, al mejor estilo de lámpara de Aladino y encendida.
–Buenos días Señorita Mágika, buenos días caballero. ¿En qué puedo servirles hoy?– Nos dijo en un tono exquisitamente amable un hombre maduro que parecía ser un botones del edificio.
–Marlo, este es nuestro invitado del día de hoy. Podrías contarle ¿por qué el Lobby del edificio Merlín está hecho con espejos?– Le pidió Mágika.
–Será todo un placer señorita Mágika–. Las maneras del Señor Marlo no tenían nada que envidiarle al más exquisito mayordomo de la realeza inglesa.
–Si usted notó la S invertida en nuestra escultura de servicio afuera, se habrá dado cuenta que todo en Asombro S.A. tiene una razón de ser. Los espejos, siempre han sido considerados mágicos y en el Edificio Merlín, son una herramienta para recordarnos que si queremos ser asombrosos allá afuera, tenemos que comenzar por nosotros mismos. Estos espejos permiten apreciar cómo lo estamos haciendo. De hecho, no hay mejor retroalimentación para un mago, que la que puede brindarle un espejo cuando pasa horas y horas al frente de éste puliendo sus movimientos.– Explicó Marlo, y continuó:
–Contar con múltiples espejos nos permite cuidar nuestros ángulos y observar desde tantas perspectivas como sea posible nuestros efectos con el fin de hacer nuestros métodos invisibles al público. Eso nos hace diferentes de otras compañías que suelen tener una visión sesgada de sus organizaciones: La propia. No tienen presente lo que en realidad ve su público. Esas empresas se hacen magia a sí mismos, no a sus clientes, y se engañan a sí mismas. Por cierto, ¿puedo ofrecerles algo de beber, tenemos un nuevo té que es nada menos que espectacular?–.
–Gracias Marlo. Así estoy bien– Le dije, en cambio Mágika no se negó a probarlo. El Señor Marlo era un fiel ejemplo de que el servicio estaba a la orden del día dentro del Edificio Merlín.
–¿Y cuál es la historia detrás de la lámpara? ¿Saldrá algún genio y me cumplirá tres deseos?–, pregunté con cierto sarcasmo volviendo mi atención sobre la dorada lámpara de óleo en el centro del salón.
–¡Así es! Nuestros Magos del servicio, buscan satisfacer cualquier deseo que puedan manifestarles.– Contestó Marlo.
–No me digas que no pueden decir "no"– repliqué incrédulamente.
–Ese es precisamente el efecto que quisiéramos crear. Alguien dijo alguna vez que, si bien no conocía el secreto del éxito, la clave para fracasar consiste en darle gusto a todo el mundo. Una organización debe mantener un balance correcto entre aquellas cosas a las que dice Sí, y muchas otras a las que dirá que No. Por ejemplo:
Si una organización tiene un norte claro sobre lo que quiere lograr, deberá decir no a todo aquello que lo desvíe de ese norte.
Si una organización en verdad reconoce que el cliente es rey, deberá –como cualquier súbdito– decirle Sí a sus peticiones.
Sin embargo, todos sabemos que hay reyes locos que abusan de su poder. Y por ende, ese par de afirmaciones se contradicen entre sí. Pero gracias al pensamiento mágico, donde el efecto es lo que importa, en Asombro S.A hemos encontrado como equilibrar ambos conceptos: En vez de buscar responder "sí" a todo, buscamos asumir una mentalidad de "Cómo sí". Esto es, ¿Cómo podemos satisfacer esa petición, pero manteniéndonos alineados con nuestra estrategia?
Nuestros Magos del servicio están empoderados de tal forma que en vez de dar una negativa a una solicitud, respondan en términos de "Cómo Sí". Esa es su magia: Si usted quiere algo de lo que carezcamos en este instante, nosotros en vez de decir que "no se puede" pensamos en "cómo hacer que sí se pueda" sin desalinearnos con el propósito de Asombro S.A. Por ejemplo, sí usted quiere ver aparecer un elefante rosado, yo sé que aquí en el edificio Merlín, el hacerlo se me sale de las manos, pero sé que nuestro trabajo es producir emociones asombrosas y sacar conejos de sombreros. Luego, dado que su petición está perfectamente alineada con el propósito de Asombro S.A. yo sé que si lo llevo al edificio Copperfield, allá podrá ver ese elefante rosado en todo su esplendor y ser asombrado.–
Marlo, acababa de dar en el clavo con la más mágica y sencilla estrategia de servicio que jamás hubiese escuchado. Y tras servirle un poco más de té a Mágika, preguntó:
–Y hablando de hacer aparecer elefantes rosados, podría preguntar ¿cuál es la especialidad de nuestro invitado?–
–¿Especialidad? Este...– balbuceé.
–Sí, ¿Cuál es su magia?–
–¿Yo? Oh... no, la verdad no soy mago. He visto mucha magia hoy, pero no cuento con ningún poder para hacer magia.
–Lo entiendo. Eso es algo que solemos escuchar mucho aquí en el Edificio Merlín cuando nos visitan personas que trabajan en el área de servicios en compañías diferentes a Asombro S.A: "Que no tienen ningún poder" y que sus, "clientes", ¿es como los llaman ustedes? Esperan que les resuelvan sus problemas e inquietudes como por arte de magia.
Marlo continuó y Mágika solo me observaba en una actitud, de mira y aprende...
–Si la gente siente que no puede hacer magia, es porque no se siente empoderada. Las organizaciones garantizan el fracaso de su equipo de servicio cuando le exigen a éste hacer magia, pero no le empoderan para tal propósito.
Todo lo anterior me era dicho con la dulzura de un sabio dirigiéndose a su pupilo para enseñarle algo. Marlo prosiguió:
–La verdad es que todos tenemos magia. Lo único que se necesita es un poco de empoderamiento. Recuerde, la respuesta no es "no", es "cómo sí" alineándose con la estrategia de la compañía. Voy a mostrarle, "cómo sí" usted tiene dicha magia, al tiempo que le permitiré asombrarse...
Marlo, tomó un mazo de cartas en una mesa de al lado y me pidió que hiciera cuatro montones aproximadamente iguales pero al azar. Y continuó:
–¿Sabe usted cuáles son las cuatro cartas de mayor valor en una baraja? Son los cuatro ases. Encontrar los cuatro ases en un mazo partido y mezclado libremente es algo que solo los mejores Magos pueden lograr. Yo no he tocado para nada esas cartas, y usted ha sido libre de partir y reorganizar las cartas. Por favor, ¿podría destaparlas?– Y destapando las cartas que reposaban sobre cada uno de los cuatro montones que yo mismo había partido y mezclado libremente, allí estaban precisamente... ¡los cuatro ases!
–Nunca dude de sus habilidades mi querido amigo. Usted cuenta con más talento del que se imagina. Apenas puedo imaginar qué tipo de cosiámpiros podría usted desarrollar con esa habilidad en su organización– Terminó Marlo, mientras le guiñaba un ojo a Mágika y en su compañía aplaudían mi proeza.
–¡Aun no sé qué es un cosiámpiro!– le contesté.
–¡Ah! Seguro Mágika le mostrará–, dijo Marlo sonriendo mientras hacía una venia.
–Es bueno saber que has aprendido algo de magia. Esa es la idea tras tu visita a Asombro S.A.– Me dijo Mágika, mientras nos despedíamos del Señor Marlo, quien nos acompañaba para salir del Edificio Merlín y volver a nuestro recorrido inicial.
Avanzamos por el boulevard hasta que llegamos a una edificación cúbica de impecable mármol blanco y en su interior, las barajas y los Magos haciendo efectos de magia no trucos–, continuaban siendo la constante. Sin embargo, algo me llamó la atención dentro del Salón Houdini, y era que los diferentes Magos vestían sombreros de colores y cada cierto tiempo, se escuchaba a un grupo vestido con el mismo color de sombreros, gritar en coro "¡Suposición!".
Mágika, se adelantó a responderme:
–En Asombro S.A. nuestro enemigo principal son las suposiciones. Para hacer lo imposible sabemos que debemos trascender el límite de lo posible. Las suposiciones hacen parte del mundo de los Peros y cuando de crear magia se trata, no tienen cabida.
–¿Entonces aquí nadie pone ningún pero nunca?
–Por supuesto, pero al interior del Salón Houdini, todo "pero" es inmediatamente señalado como una suposición, y es menester de los Magos encontrar cómo derribar cualquier suposición de una manera sorprendente.
–Ya veo–, repliqué y Mágika prosiguió:
–Las suposiciones jamás deben interferir en un efecto. Es precisamente el mostrar que cualquier cosa asumida o dada por hecho no lo es, lo que produce magia y asombro en nuestro público. Déjame mostrarte algo:
Mágika tomó una banda elástica de su bolso y uno de sus anillos. Y enhebrando el anillo en la banda, me mostró como este, gracias a la ley de la gravedad se deslizaba hacia abajo en la banda, mientras ella lo sujetaba en desnivel con cada mano.
–Es normal que el anillo se deslice por la banda hacia abajo si la sostienes en esa posición descendente. ¿Qué hay de extraño en eso?–Le dije.
–Lo extraño, es que TU asumes que la llamada ley de la gravedad no puede ser desafiada por un objeto tan sencillo como este anillo y que el anillo, no pueda "descender hacia arriba". Presta atención...
Mágika sostenía la banda elástica entre ambas manos a desnivel, con el anillo en la parte inferior, cuando este lentamente comenzó a ascender por el elástico, ¡sin ninguna ayuda aparente!
–Esto, es magia...– Me dijo. Y vaya que lo era.
El anillo ascendió por sí solo desafiando la gravedad y Mágika prosiguió a entregármelo para revisarlo y darme cuenta que no había nada de extraño en él.
–Esto es increíble Mágika. ¿Cómo lo haces?–
–¡Gracias! Un buen mago nunca revela sus secretos. Quédate con el efecto, que yo me encargo del método y así garantizo que mantengas tu capacidad de asombro y te centres en lo que tengo para mostrarte.
Mágika me agradeció asumiendo una pose de quien merece una ovación en el teatro y me fue necesario aplaudirle. Pero ahora, quería saber el porqué de los sombreros de colores.
–Tal vez has oído hablar de Walt Disney o Edward De Bono. Ellos, como muchos otros grandes genios de allá afuera, incluyendo a Einstein, Steve Jobs, Alva Edison y más, también pasaron en su momento por Asombro S.A. aunque tal vez no lo recuerden o no lo quieran admitir. En el Salón Houdini, estamos probando siempre mecanismos y juegos creativos con el fin de mantener la capacidad de innovar. Walt Disney, quien fuera el padre de Disneylandia, o el sitio más "mágico sobre la tierra" nos enseñó un método creativo que empleamos con frecuencia. Y Edward De Bono también nos comentó un acercamiento, que definió como pensamiento "lateral", tras ver nuestros sombreros de copa y nos compartió su método de los seis sombreros para pensar.
Mágika prosiguió:
–Estos Magos que ves vistiendo sombreros de colores, muy seguramente están aplicando el método de De Bono de los seis sombreros para pensar con el fin de acabar con suposiciones. En la magia y el asombro, el pensamiento lateral es clave. Si uno hace lo que todo el mundo, uno termina como todo el mundo. Aquí en Asombro S.A, solemos tomar con frecuencia el camino que nadie se atreve a recorrer. Para ser asombroso hay que dejar toda suposición a un lado y pensar "fuera de la caja".–, y prosiguió:
–Cuando los Magos se ponen uno de estos sombreros, se exigen pensar de una manera en particular. Un color representa emociones; otro, cualquier tipo de idea, otro sombrero sirve para hacer críticas y permite las suposiciones. Al emplear este método, todos los participantes son libres de expresar su posición frente a un efecto con toda la libertad del caso. En Asombro S.A. no hay malas ideas, todas son válidas. Si algo no tiene asidero en el momento, no es desechado pero sí guardado y madurado por medio de un ejercicio como la Subasta de Ideas. La clave radica en permitir el pensamiento divergente, o "loco" si así quieres llamarlo, sin que nadie lo critique; y luego, al momento de buscar el "como sí" hacerlo, y desarrollar métodos, echamos mano del pensamiento convergente, o "sensato".
En ese momento, uno de los Magos que se encontraba en el Salón Houdini se nos acercó.
–Hola, mi nombre es Vernon ¿Quieren ver algo asombroso?– preguntó.
No había parado de asombrarme ni un solo segundo durante mi estadía en Asombro S.A. pero igualmente deseaba ver algo más.
Vernon sacó de su bolsillo dos cartas: Un as negro y un dos rojo.
–Dicen que la mano es más rápida que la vista...– Dijo mientras se llevaba ambas cartas tras su espalda.
–Si tomo el dos rojo y lo guardo en el bolsillo...–Explicaba Vernon, mientras mostraba el dos y lo ponía en su bolsillo,–¿Qué carta estoy sujetando detrás?– Preguntó.
La respuesta era obvia, –El As negro, por supuesto–. Contesté.
–No mi querido amigo. El As Negro está en el bolsillo–, replicó mientras se llevaba la mano al bolsillo y sacaba el As negro.
–El dos rojo siempre ha estado detrás...– y sacando a la vista la carta que sostenía en la espalda procedió a mostrarme que se trataba del mismo dos rojo que minutos antes le había visto colocar dentro de su bolsillo.
–Hummm. Debes tener un par de cartas adicionales. Una detrás de tu espalda y otra en tu bolsillo y simplemente las cambias sin que nadie lo vea.– Le dije apostándole a mi sentido común.
Inmediatamente un grupo de Magos cercanos gritaron en coro dirigiéndose a nosotros: –¡Suposición!
–Es una teoría interesante–, contestó Vernon. –Pero nuestro trabajo aquí en Salón Houdini consiste precisamente en tirar abajo cualquier suposición...– Y tomando nuevamente las dos cartas procedió esta vez a colocar el As negro dentro de mi propio bolsillo, el cual yo sabía que estaba absolutamente vacío, y dejar el dos rojo cara abajo sobre su propia mano.
–Ahora que sabes que no hay ningún duplicado en tu traje, y las cartas no han perdido tu vista, ¿cuál está en tu bolsillo?–
–El As Negro– Contesté.
Los Magos cercanos gritaron al unísono nuevamente: –¡Suposición!
Vernon sacó la carta de mi bolsillo. Era el dos rojo. El as negro era la carta que se había quedado sosteniendo en su propia mano.
–¿Pero sí yo mismo vi que pusiste el As negro en mi bolsillo? ¿Cómo lo haces?– Pregunté.
–Es magia. ¿De algún modo te he hecho sentir manipulado, equivocado o engañado?– Replicó Vernon
– No. La verdad estoy asombrado.– Contesté.
–¡Exacto! Ese es el poder de la magia cuando logras hacer a un lado las suposiciones del público de una manera positiva, y transformar un grano de arena en una montaña – Dijo Vernon colocando nuevamente el As negro en mi bolsillo.
–Una tercera vez: ¿Qué carta está en tu bolsillo?–.
–Bueno si siempre ha sido la contraria a la que he dicho, esta vez diré que es el dos rojo...–
–¡Suposición!– gritaron nuevamente los Magos alrededor observándonos.
–No mi querido amigo, este sí es el As negro– dijo nuevamente Vernon retirando la carta de mi bolsillo y mostrándome que en esta ocasión no había cambiado; e inmediatamente, como si cambiara de opinión, la devolvió a mi bolsillo diciendo:
–Pero si quieres que sea el dos rojo, solo bastará chasquear los dedos y el As negro se transformará en el dos rojo...–
Y retirando nuevamente la carta que apenas había sacado de mi bolsillo, ésta ya se había transformado en el dos rojo.
–Si quieres escapar de un problema y ser creativo al afrontarlo, considera hacer a un lado cualquier suposición. Siempre que alguien te diga que algo no es posible, alguien eventualmente te demostrará lo contrario. El nunca asumir nada, es una excelente estrategia.–
Todos quienes estábamos en el Salón Houdini reventamos en aplauso rotundo para Vernon tras su magnífica demostración y su lección sobre cómo se hacían las cosas en el Salón Houdini y en Asombro S.A.
El tiempo se había ido literalmente volando. Y mi estadía en este misterioso lugar no había sido menos que pura diversión y aprendizaje. Me sentía como un niño en una confitería viendo a todos estos empleados –perdón–, ¡MAGOS! logrando efectos asombrosos por doquier.
–¡Ups! Ya casi tienes que regresar y aún quisiera enseñarte una cosa más– Me dijo Mágika mientras nuevamente me invitaba a apresurar el paso tras ella.
Salimos del Salón Houdini de vuelta al boulevard principal y caminamos al interior del edificio Nostradamus en donde encontramos un inmenso salón en forma de media luna con aproximadamente un centenar de puertas cerradas frente a nosotros. Sobre el techo un mensaje decía "Aléjate del espiritismo estratégico"; y en el centro del salón, una maquina tragamonedas al mejor estilo de feria itinerante: Dentro de una urna, un busto de un adivino con turbante y mirada sintética frente a una bola de cristal invitando a que alguien insertara una moneda para contarle su futuro.
–Bienvenido al cuarto de las múltiples salidas, un lugar mágico para tomar decisiones trascendentales. Este, es Zoltar, ¿Quisieras consultarle? ¡Vamos, prueba, ponle una moneda!– Me pidió Mágika, a quien se le notaba a leguas que sabía perfectamente mis intenciones y curiosidad frente al autómata dentro de la urna.
–No tengo ninguna moneda conmigo Mágika. La única que tenía la dejamos con tu amigo el mago que la desapareció en sus manos antes que me arrastraras al teatro.– Le dije.
–¡Ah! Fácil...– Y extendiendo su mano detrás de mi oreja y al mejor estilo de un abuelo que sorprende a su nieto, Mágika hizo aparecer una moneda, la cual de inmediato insertó en la máquina que una vez encendida comenzó a zumbar, mientras los ojos iluminados del tal Zoltar miraban a su propia bola de cristal.
La máquina arrojó un pequeño papel tras lo cual Zoltar se apagó y regresó a su sueño mecánico.
–¿Y bien, que dice?– preguntó Mágika
–Mágika, creo que Zoltar acaba de robarnos una moneda. Este papel está en blanco–. Le respondí, y Mágika asumiendo casi una actitud maternal, procedió a explicarme:
–¡Así es! Esa es la última lección que puedo dejarte ahora: La única forma que existe de predecir el futuro es creándolo. Solo tú puedes definir qué quieres y cómo proceder para obtenerlo, cualquier otro acercamiento no es más que espiritismo estratégico: esperar que la suerte y los azares de la vida se encarguen de las cosas. En un momento vamos a cruzar una de estas puertas, y dependiendo de tu decisión, tu vida va a cambiar. ¿Qué puerta vas a escoger?–
Mágika se tornó seria. No tenía idea de qué puerta escoger. Me acababa de decir que no dejara mis decisiones al azar y aquí estaba yo paralizado teniendo que escoger algo que según ella, ¿podría cambiar mi vida? No era justo...
Pasaron un par de minutos en silencio mientras yo miraba las puertas buscando alguna pista sobre cuál era la correcta. Todas eran iguales.
–¿Qué quieres en este instante?–Preguntó Mágika
–Tomar la salida correcta, supongo...– Contesté
–No. No entendiste mis pregunta, más que escoger una puerta, ¿qué es lo que quieres?– replicó
–Salir.
–Y si todas tus opciones son iguales y sabes claramente lo que quieres conseguir, ¿por qué caes en la parálisis del sobre-análisis?– Me dijo ella, con una sonrisa capaz de desarmar a cualquiera en un santiamén.
Abrí simplemente la puerta que tenía al frente. Y de nuevo, volvimos al gran Boulevard de Asombro S.A. Cuando miré hacia atrás, ¡Todas las 100 puertas daban hacia el mismo lugar! Mágika se burlaba de mí con una picarona sonrisa.
–Disculpa mi risa y si de algún modo te asusté. Cuando uno sabe de verdad que quiere, uno puede hacer que todos los caminos lleven a Roma. Cada instante de tu vida es una decisión. Cada instante de tu vida determina el siguiente. Mientras no afectes a nadie, y te aferres a tus principios éticos y morales, la decisión que tomes siempre será la correcta. Todo Plan B debe ser un medio alternativo, no un objetivo alternativo, eso es pensamiento mágico, puro método y efecto. No desviarse del objetivo, y ajustar medios de ser necesario. Por cierto, aquí llegaron a recogerte.
–¿Recogerme?, ¿Quién?
–Ya te darás cuenta. Por ahora, solo ten presente que si quieres convertirte en un mago, este mundo apenas se está abriendo para ti. Lleva estas lecciones a los tuyos y cuéntales sobre tu mágica experiencia en Asombro S.A. y cómo desde hoy pueden crear el mañana e ir un paso por delante. Nunca pierdas la capacidad de asombro. El asombro despierta la curiosidad, la curiosidad el conocimiento, el conocimiento la pasión y ésta, combinada con práctica y trabajo, es el camino del éxito. ¡Ah! Y la única forma de innovar, es haciendo frente a lo preestablecido. Aléjate del espiritismo estratégico y deshazte de cualquier suposición.
No sé por qué pero todas las palabras de Mágika tenían sentido para mí.
–Bueno, ya que hablas de curiosidad, todavía tengo una pregunta: ¿Qué es al fin un cosiámpiro?
–¡Casi lo olvidaba! déjame mostrarte uno...
Mágika se mandó la mano a su pequeñísimo bolso para sacar por fin el tal cosiámpiro y... en ese momento el despertador sonó.
Debí haberme quedado dormido anoche mientras revisaba los informes para mi reunión de hoy en donde debería rendir cuentas y explicar qué ideas implementar para hacer frente a la competencia. Y la verdad, no era para menos: estaba atiborrado de matrices, presupuestos y toda una cantidad de libros que constituían lo que hasta ahora había sido la planeación estratégica de donde trabajaba, la empresa ComoTodos Limitada.
Al volver en mí, noté al lado del despertador un libro con una nota:
"Haz de la magia un elemento estratégico, el mundo quiere ser sorprendido. ¡Sorpréndelos! –Mágika"
El libro contenía varias lecciones de las que había aprendido en Asombro S.A. junto con explicaciones de algunos de los efectos que había experimentado, incluyendo el de los cuatro ases que había realizado bajo el tutelaje de Marlo y el de las dos cartas de Vernon. Vaya sorpresa al descubrir que Vernon tenía toda la razón: Todo lo que supuse sobre cómo lo había hecho, estaba completamente equivocado.
Pero lo más interesante, era un gráfico al final, que mostraba precisamente como era el modelo estratégico de Asombro S.A.
¡Cuán equivocados habíamos estado en ComoTodos Limitada! Haciendo lo mismo, de lo mismo, sin buscar sorprender a nadie, y desperdiciando oportunidades de hacernos únicos, diferentes y apetecidos.
Ahora todo tenía sentido: El asombro es redituable, y Asombro S.A. era un mundo mágico y onírico, pero lleno de lecciones. Lecciones sencillas que podían ponerse en práctica inmediatamente.
Para mi reunión, sabía exactamente qué iba a decir.
Dejé mis informes a un lado, tomé una baraja de cartas y con este libro me fui a convencer a mis colegas de empoderarnos poniendo en práctica el pensamiento mágico: Hacernos únicos en vez de copiar a la competencia, centrarnos en nuestro talento, hacer invisibles nuestros métodos y enfocarnos en nuestros efectos, cuidar nuestros ángulos y nuestros secretos, ¡Asombrar al cliente y hacerle MAGIA!
¡Oh! Y aunque no tengo idea de qué es exactamente un cosiámpiro, sí sé que no es nada menos que asombroso.
***