A FRANCISCO PORrúa
PARÍS, 22 de julio de 1961
Mi querido amigo:
Espero que haya recibido mi carta de mediados de mayo mujer la echó al buzón sin darse cuenta de que el franqueo era insu' ficiente, por lo cual deduzco que le habrá hecho pagar a usted la dife rencia, y esto en el mejor de los casos, porque también puede haber ocurrido que la carta no haya llegado. Ahora encuentro una carta de Urgoiti a la que se agregan los contratos con Minotauro. Los firmo y devuelvo, completamente de acuerdo con el artículo 1, que es el único que he leído; los otros supongo que son los de rutina.
En el contrato se habla del libro con el título Historias de cronopios y famas, pero supongo que es un error del que lo redactó. Me interesa mucho que se diga "y de famas", que le da su ritmo especial, aparte de que quiere decir otra cosa.
Cuando iba visitando los dos o tres Postes Restantes que dejé indicados a Sudamericana y a usted, tenía la esperanza de encontrar noticias suyas, pero no fue así. En cambio Urgoiti me escribió con excelentes noticias sobre Los premios y los otros libros, que por lo visto se aprestan a invadir el suelo italiano. Lo he pasado muy bien en Italia, visitando las tumbas etruscas y explorando pueblos y ciudades que aún no conocía (Urbino, por ejemplo, que es una maravilla).
Me quedo en París hasta el 20 de agosto, y luego me voy a Copenhague y a Viena. ¿Tendré noticias suyas antes de esa fecha? Vamos, mande unas líneas para saber cómo se portan los microbios verdes y húmedos. No se imagina las ganas que tengo de ver pruebas del libro.
Esta carta es demasiado "matter of fact". Perdóneme, pero estoy tapado de correspondencia que se juntó durante dos meses. La próxima será una carta de amigo.
Con mis afectos a Sara, un gran abrazo de
Julio
P.D. Al dorso encontrará una perfecta copia de esta carta, resultante de haber puesto el carbónico al revés. Le ruego me la guarde cuidadosamente, si es posible en una carpeta encuadernada en cuero de Rusia. Al fin y al cabo un carbónico decente debería tener carbón de los dos lados, y todos viviríamos más tranquilos...