A Lucienne C. de Duprat

CHIVILCOY, 31 de julio de 1940

Chère madame:

La llegada de una carta de Marcelle desató los remordimientos que se habían venido acumulando en mí. No le pediré perdón por mi retardo en responderle; de lo contrario, creo que tendría que iniciar así todas mis cartas. Mi castigo será lo que usted piensa a estas horas de mí; y le aseguro que, para mí, es un duro castigo, que espero no merecer más en el futuro.

Mi silencio no supone indiferencia hacia la tan bella carta que recibí de usted. Esa carta me acompañó cuatro veces a Buenos Aires, y otras tantas retornó conmigo a estas landas. Cada vez esperaba hallar la paz y el silencio que me dictarán la adecuada respuesta a tanta dulzura, a tanta íntima confidencia que emanaba de esas páginas como un perfume, como un sonido lejano pero clarísimo...

Hoy debo contestarle. Y no crea que me falta el clima adecuado. Es un día gris, hace frío: escenario de pintores holandeses. Luz fría pero cordial. Un gran silencio —¡raro!—en la calle. Aquí, un olor a libros, y una música suave, que mis discos me dan generosamente. Preparé lecciones; me siento contento con mis chicos de la escuela. Me quieren, y yo los quiero. Estudian mucho. Y eso me basta, hoy...; Yo sabía que usted guardaba consigo casas viejas, jardines, "capillas", y cosas, muchas cosas. ¿Cree que, de lo contrario, le habría hablado de mis casas? No crea que lo hago con frecuencia; a usted le ocurrirá, como a mí, sentir un pequeño e inofensivo egoísmo que lleva a callar todo ese mundo que es ya sueño y fantasma, a guardarlo para raras horas de confidencia. Por eso es que le agradezco tanto su gesto de responderme con sus propios recuerdos, recuerdos que han llegado intensamente a mí, a través de sus palabras tan finas.

Me habla usted de las casas de Francia, de los nogales, de los parques. ¿Qué será de todo eso? ¿Dónde estará hoy el alma de esa tierra que tanto queremos? En unos pocos corazones, la llama sigue viva, y de ellos surgirá mañana una nueva libertad. No quiero hablarle «te la guerra, porque sería inútilmente cruel. Que la pesadilla termine; nosotros estamos despiertos, y mirando hacia la luz... (Muchas gracias por haberme confiado esos paisajes y esas cosas llenas de palpitante luz —que tanto significan para usted. Yo las guardo cuidadosamente, y no se convertirán en objetos. Acaso, algún día, §a en un poema que será solamente para Marcelle y usted. Acaso.) V Leí los versos de esa señorita. Ante todo, protesto —mais tres doucement —por una frase suya: "Le repetí que es usted “mallarméen” y que por lo tanto sus versos no pueden agradar", etc. ¡Oh, no! Je vous repéte: non! chére amie, j'aime la Poésie, avec ou saris Stéphane. Mon Dieu, je vous en prie de ne me ranger pas, de ne m'attribuer pas un partí pris! J'avoue ma prédilection pour "Mallarmé", mais si vous saviez comme j'aime d'autres Poetes! Avec la méme raison, vous pourrais —c'est bien ca? (Pardon)— m'honorer avec des titres comme "rimbaudiste", "lautréamontiste", "rilkiste"—jusqúa l'infini!44 Comprendo que lo que en realidad ocurre es un malentendido perfectamente explicable. Ustedes conocen Presenciay no mucho más, dentro de lo que yo he podido escribir. Desgraciadamente me expreso de una manera oscura (¿mea culpa?); y eso, a juicio de ustedes —amén de mi confesado cariño hacia el simbolismo— me acerca al dulce Stéphane y a su escuela. Pero (lamento hablar tanto de mí, pero tengo que hacerlo para aclarar mi situación) ocurre que lo único que me acerca al simbolismo es esa aparente oscuridad. ¿Y es ése mi parentesco? No, porque se trata de una consecuencia externa al Poema en sí, a su intención, y a los cánones que rigieron su nacimiento. El simbolismo es —ahora— un ilustre muerto. Sería falso y anacrónico pretender insistir en sus peculiares intenciones, y en las maneras con que esos poetas las llevaron a cabo. Si hay versos míos de forma y música simbolistas, es sólo resultante de la forma empleada, el soneto, que lleva a un cierto hermetismo, y al deseo de lograr resonancias eufónicas. Yo sé que en Presencia hay mucho de ello, y no niego la influencia enorme que sobre mí tuvo y tiene "Mallarmé". Pero no soy "mallarméen". ¿Sabe qué admiro esencialmente en él? Su admirable tentativa —il échoua!—45 de lograr el Poema puro, la Poesía que fuese ya esencia misma, lo que él llamaba "musique". Admiro esa sacrificada autocrítica que restringió (hélas!) de tal manera su obra; admiro más la Lección que la Obra.

Estoy muy lejos de Mallarmé. En cambio, ¡qué cerca me siento de Rimbaud! Y —por encima de ese "ravisseur du feu",46 como le llama Raïssa Maritain —amo a mis grandes contemporáneos. No al extremo de buscar su lección. Sus voces vienen a mí, y resuenan con una profundidad que despierta mis propios ecos. Es una lástima que usted no lea a Rafael Alberti, a García Lorca, a Molinari y al más grande poeta de América: Pablo Neruda. Si usted gustara de esa acre y virgen Poesía, se me ocurre que, entonces, dejaría de considerarme "mallarméen".

Pero también puede ocurrir que deje de hacerlo cuando lea un posible próximo "bouquin" —el que envié al concurso —y entonces yo me sentiré muy contento porque —debo confesárselo —no me gustan nada las etiquetas... aunque tengan el ilustre nombre de aquel que escribió:

Hyperbole! de ma mémoire

Triomphalement ne sais-tu

Te léver aujourd-hui, grimoire

Dans un livre de fer vêtu

(No vaya a creer que lo anterior es una protesta. Se trata solamente de un deseo de ser bien conocido por aquellos que, como usted; me demuestran afecto.)

Et revenons à Mademoiselle-qui-écrit-des-vers. Le genre m'est bien connu. Et, comme vous m'autorisez à étre franc —et j'aurai été franc tout de méme-VOILA!47

La autora ha escrito un poema en prosa: "Las Acacias". Era de temer, porque basta el simple hecho de que el poema en prosa sea una de las formas más difíciles de lograr poéticamente, para que todo escritor novel se lance a él con inocente desenfado. Los resultados son (helas), deplorables. Aquí, la autora nos descerraja una violenta serie de adjetivos, que se suceden infatigablemente. ¿Hizo Ud. la lista? En veintidós líneas —no pude resistir a la perversa tarea de censarlos —aparecen muchos más adjetivos de los necesarios a un poeta para todo un libro. ¿No ha notado usted que la mesura en los epítetos y calificativos es siempre un signo de estilo logrado y de clara y segura expresión? ¡Oh, cuándo comprenderán nuestros hacedores de versos que la Poesía sólo admite lo necesario, y que cada palabra de más la obliga a retroceder, vencida!

Vea que no exagero. Dice nuestra amiguita ignota:

Como las alas diáfanas de las transparentes libélulas,

como unos vividos encajes que anima un aliento misterioso,

la sombra inmaterial del follaje danza y se agita a mis pies.

Ouf! fa m'accable! Et regardez, car il y a de plus:48

¿Qué palabras ligeras podrían traducir su encanto fugaz?

¿Qué aéreo pincel podría expresar su furtivo centelleo?

¿Qué arpa interpretaría su muda melodía?

No, no y no. Si el verso es flor, el poema en prosa es bajorrelieve, y misteriosas leyes de ritmo, sonido y esencia rigen el logro de la Poesía. Vea usted: "podrían", y luego otra vez: "podría". Como si en el bajorrelieve una mano de torpe aprendiz trazara un doble perfil idéntico... ¿Sabe nuestra amiguita cómo sufría Gustave Flaubert antes de escribir su prosa? (¡Y eso que no le interesaba la Poesía!) ¿Sabe nuestra amiguita que Théophile Gautier estuvo una vez diecinueve días dudando en la elección de una palabra?

Cuando sepa todo eso, entonces comprenderá que el Poema es un largo sacrificio, y que a su flor se llega por ásperos caminos, en los cuales es preciso ir dejando vanidades, ignorancias, y hasta el nombre mismo de poeta...

Me envía usted además un poema en versos libres. Lamento decirle que no me ha consolado del anterior. La autora insiste en errores que, evidentemente, no advierte. Esto, por ejemplo, es intolerable: "potentes y nostálgicas fragancias".

¡Qué desdichada elección, qué choque íntimo resulta de ello, y cómo falta la Poesía!

El poema, por otra parte, no puede ser calificado de "bueno" o "malo". Ocurre, simplemente, que no es un poema, por cuanto falta en él ese fluido inefable que revela la existencia de la Poesía. Nuestra amiguita necesita una página para intentar decirnos las magnolias. Vea, en cambio, esta frase de... ¡perdón!... Jean Cocteau, en un libro donde no se intenta deliberadamente la Poesía:

Nous passámes pres d'un magnolier. II dressait contre le mur une généalogie de colombes.

Cartas 1937-1963
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024_split_000.xhtml
sec_0024_split_001.xhtml
sec_0025_split_000.xhtml
sec_0025_split_001.xhtml
sec_0026_split_000.xhtml
sec_0026_split_001.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080_split_000.xhtml
sec_0080_split_001.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_034.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_035.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_036.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_037.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_038.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_039.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_040.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_041.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_042.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_043.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_044.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_045.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_046.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_047.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_048.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_049.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_050.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_051.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_052.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_053.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_054.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_055.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_056.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_057.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_058.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_059.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_060.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_061.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_062.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_063.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_064.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_065.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_066.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_067.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_068.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_069.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_070.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_071.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_072.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_073.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_074.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_075.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_076.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_077.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_078.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_079.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_080.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_081.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_082.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_083.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_084.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_085.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_086.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_087.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_088.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_089.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_090.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_091.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_092.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_093.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_094.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_095.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_096.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_097.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_098.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_099.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_100.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_101.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_102.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_103.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_104.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_105.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_106.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_107.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_108.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_109.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_110.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_111.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_112.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_113.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_114.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_115.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_116.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_117.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_118.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_119.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_120.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_121.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_122.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_123.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_124.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_125.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_126.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_127.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_128.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_129.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_130.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_131.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_132.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_133.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_134.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_135.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_136.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_137.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_138.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_139.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_140.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_141.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_142.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_143.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_144.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_145.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_146.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_147.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_148.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_149.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_150.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_151.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_152.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_153.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_154.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_155.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_156.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_157.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_158.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_159.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_160.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_161.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_162.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_163.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_164.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_165.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_166.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_167.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_168.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_169.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_170.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_171.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_172.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_173.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_174.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_175.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_176.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_177.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_178.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_179.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_180.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_181.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_182.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_183.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_184.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_185.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_186.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_187.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_188.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_189.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_190.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_191.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_192.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_193.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_194.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_195.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_196.xhtml