A Paul Blackburn
PARÍS, 27 de marzo de 1960
Estarás pensando que me ahogué en el deep blue sea, o que me olvido de los amigos. Ni lo uno ni lo otro. En Buenos Aires había una huelga en el puerto, y salimos de allá con tres semanas de retraso. Hace muy poco que estamos en París (y tan contentos, después de tres meses aburridos y penosos en la Argentina, que está hecha una mierda) Pero nada de esto importa. Lo que sí importa es que al llegar entregamos el paquete, primero, y después el otro paquete. Ahora vamos a hablar del paquete, y después nos ocuparemos del otro paquete. Bueno, el paquete con los tubos de stripes, ¡eso sí que es un regalo! The double-barreled tooth paste!179 Inmediatamente abrimos la ventana y empezamos a limpiarnos los dientes y a cantar, pero por suerte los famas no se juntaron en la calle. Nunca he visto nada más surrealista que esa pasta con el corazón blanco y los hilitos rojos. Si a uno le sangran las encías, no se da cuenta. STRIPES hace olvidar todo, STRIPES es la ÚNICA PASTA PARA CRONOPIOS. Si miras el recorte que te mando, verás que tengo razón: en el Toothpaste Derby de Inglaterra, STRIPES no llega ni siquiera séptimo: delante van Sr. Pepsodent, Colgate, etc., que son las pastas para los famas. Si STRIPES hubiera ganado el Derby, yo habría sufrido muchísimo, porque me habría dado cuenta de que no era una pasta para cronopios.
Y ahora EL OTRO PAQUETE, la cinta parlante, el regalo de los galos. En serio, Paul, no te puedes imaginar con qué emoción, con qué alegría he escuchado tus grabaciones. Yo no tengo magnetófono, tuve que ir a una oficina donde los venden. Me metieron en un rincón y me dejaron a solas con tu voz y con los ruidos de Nueva York, tira una sensación extraordinaria, al principio no entendía bien porque me hablabas desde lejos y había otros sonidos de fondo. Después empezaste a leer los Cronopios, y fue tan perfecto como un milagro. Yo metido en una oficina del Champ de Mars, y tú hablando junto a una Ventana por donde se oyen los sonidos de Nueva York... Yo creo que él tiempo de la magia ha empezado ahora, no en la época de Hermes Trismegisto. Todo es magia, es increíble que ese rollo de cinta marrón tenga dos horas de tu voz, de tu respiración, y de golpe un speaker que grita: "¡Automóviles nuevos, usados, en lo de Leonardo Rodríguez!", y Miles Davis, y otra vez tu, con tu poesía. Porque yo te quiero hablar de tus poemas sobre todo, pero antes te diré que la lectura de los Cronopios me sirvió para sentir cómo están de bien traducidos, cómo siguen tan vivos en inglés como en español. Ahora tengo que conseguir un magnetófono en casa para reunir a los amigos que saben inglés hacer que te escuchen toda una noche. Se van a quedar como locos.
Pero tus poemas son lo importante. Mira, Paul, yo leo perfectamente el inglés, pero por falta de práctica, no siempre lo comprendo a fondo cuando lo oigo hablar, y máxime si se trata de poemas (aunque los tuyos se ve que son muy difíciles, muy compactos, tremendamente concentrados). De modo que mi impresión no es completa, porque tendré que escucharlos muchas otras veces, retroceder, ponerlos de nuevo, empaparme en cada verso como si anduviera caminando despacio debajo de una llovizna neoyorquina muy sutil y compleja. Lo que sé, lo único que sé, es que una gran parte de esos poemas no me han entrado solamente por los oídos, ha sido como una invasión total, una presencia tuya extraordinaria, la presencia del poeta que transmite su mensaje, que lee algo que es un pedazo de su cuerpo y su alma, un gran poeta metido en su ciudad, rodeado de un inmenso mundo terrible y hermoso, y que le hace llegar a un amigo lejano ese resumen de toda su vida. "Meditation on the BMT", por ejemplo, me produjo una impresión tan fuerte que tuve que cerrar el aparato, fumarme un cigarrillo, y después volver a pasarlo y tratar de objetivarlo, recibirlo de otra manera. Me parece (junto con el que sigue, "The Franklin Avenue Line") uno de los más hermosos, quizá porque lo comprendí —creo —muy bien, muy claramente, con toda su tremenda hermosura y su fuerza. Te podría nombrar todos los poemas que me gustaron, pero sería injusto, porque probablemente los que me gustaron menos es simplemente que los entendí menos, y que tendría que escucharlos varias veces. De todos modos ahí va mi choice: "Plaza Real With Palm Trees", admirable. "Book of Numbers", a world in a nutshell!180 "Venus", "The Lark...", "How To Get Through Reality", "Depth Perceptions", "El día viene como una promesa de calor", donde tu mención de las Cicladas me devolvió por un minuto a la maravillosa paz de Mikonos, donde fui tan feliz hace dos años, "Wall at Sundown" y "Puesto del Día", que me parecen hermosos y perfectos. Pero te repito, Paul, cuando tenga un magnetófono y haya podido escucharlos cinco o seis veces cada uno, se que también entenderé y sentiré mucho mejor los otros. Si alguna vez tienes copias por escrito de esos poemas (y de otros, claro), ¿me los vas a mandar? Yo te prometo desde ahora que el día que tenga un grabador, te enviaré un tape de poemas míos, que creo te gustarán, aunque son completamente diferentes de lo que conoces de mí (no tiene nada que ver, ¿verdad?).
Tu regalo de esos poemas ha sido para mí lo mejor que me esperaba en París. Es tan admirable oír al poeta diciendo sus versos. Tú sabes que tengo aquí muchos discos de poesía, Dylan Thomas diciendo "And death shall have no dominion" y otras cosas, el viejo Eliot.
En Viena escuché a Joyce leyendo un fragmento de "Finnegan's Wake” éra algo sobrenatural. Te imaginas que Rimbaud hubiera podido escuchar "Bateau Ivre". Mais il aurait fini par un merde! qui aurait crevé le phonographe...181
Bueno, ahora paso a las noticias profesionales. Pero antes: cronopio Paul Blackburn, prívate firstclass,182 tu collectiong The q está muy bien. Sólo un cronopio puede escribir así de los crocos, y hablar de uno de ellos diciendo "the dismayed cronopio", me parece perfecto. Veo que mis bichos verdes y húmedos se han íi matado en Nueva York, y que se pasean alegremente y entran en bares de Christopher Street. Ahora me parece que también se van aclimatar en Buenos Aires —y paso a las noticias profesionales, now iti speaking to my, ejem!, Literary AAAgent. Salam, Sahib. Allah ibn Allah. Ciao!183
Las noticias son que un editor de Buenos Aires parece que se va a decidir a publicar un bonito volumen con los "Cronopios", "Material plástico", "Manual de instrucciones", y unos últimos textos que he escrito en estos tiempos y que se llaman "Ocupaciones raras". Tú me decías en tu última carta que te disgusta la idea de publicar juntos los "Cronopios" y "Material plástico", pero en el fondo son textos bastante afines. Yo estoy contento de que se publiquen en español, y pero que salgan este año mismo.
Entretanto firmé contrato para la edición de una novela, Los premios, que saldrá en septiembre en Buenos Aires. Y casi enseguida la Maison Arthéme Fayard compró los derechos para publicarla en francés. Me parece muy bien, porque esa novela no está mal. No sé si te dije que Las armas secretas ha tenido un éxito increíble en América del Sur. El cuento sobre Charlie Parker ("El perseguidor") los ha dejado locos a todos. ¿Ya lo has leído? Me interesa ver como reaccionas tú, americano, frente a un tema que se refiere al jazz y a cosas que te tocan muy de cerca.
By the way, mi editor en la Argentina se ofreció para converse en mi agente literario en el mundo entero. Acepté, con la excep —pón de los Estados Unidos, y les di tu nombre para que sepan que eres ttu agente allá. (Te paso un dato, I mean Eli give you a hint: mis editores me dijeron que Knopf andaba buscando autores argentinos que valieran la pena. ¿No crees que quizá Las armas secretas les interesaran?)
Bueno, Paul, ¿qué planes tienes? ¿No vas a venir a Europa? Yo por el momento no puedo salir de Francia, mi viaje a la Argentina me arruinó completamente (ese maldito país queda por el culo del mundo, ¡carajo!). Ahora hay que juntar de nuevo dinero para vivir y para estar en paz. Pero a lo mejor el año que viene puedo ir. Escríbeme pronto con noticias. Te mando Bestiario por paquete marítimo certificado. En ese librito están quizá mis mejores cuentos (junto con “El perseguidor"). Tal vez alguna vez se podría hacer una edición en inglés sacando las cosas que más puedan interesar al público americano decir sacando algún cuento de cada uno de los tomos. Tú verás. Bueno, Paul, gracias de nuevo por STRIPES, gracias por todo Eres tan bueno y tan macanudo y tu voz es tan la voz de un amigo de verdad (y esos gorriones que cantaban en tu ventana, y el ruido de la lluvia), que me cuesta cerrar esta carta. Seguiría escribiéndote tonterías toda la noche. Pero tengo que seguir con una novela que creo me va a salir bien... algún día.
Aurora te manda muchos cariños, y yo un abrazo,
Julio