Capítulo 27
Una figura fantasmal

 

26 de septiembre de 2015

Lugar desconocido. Cerca de Hidden Springs

 

Los pasos sobre la gravilla y las hojas secas resonaron como graznidos entre los árboles. La figura había dejado el coche junto al sendero, y había caminado durante casi media hora a través del bosque hasta llegar al claro en el que se encontraba la cabaña de madera. Estaba anocheciendo y el aire se había enfriado tanto que, cuando respiraba, el vaho salía de su boca con fuerza para desaparecer al instante como un fantasma con miedo a ser visto. Las ventanas emitían una tenue luz amarillenta y el sonido de una televisión se entremezclaba con el de la brisa gélida que le golpeaba la cara. La figura llevaba un abrigo de plumón gris con la capucha puesta, y desvió la vista hacia los lados cerciorándose de que nadie la había seguido.

Subió el par de peldaños de madera con agilidad y llamó a la puerta con dos golpes delicados. Unos instantes después se escucharon unos pasos al otro lado y una sombra se movió junto a la ventana.

—Abre de una vez. Me estoy helando —dijo una voz masculina.

De repente, frente a él, sonó el ruido metálico del pestillo abriéndose bruscamente, seguido del de unos pasos que se alejaban hacia el interior. La figura empujó la puerta y una voz femenina le gritó desde el fondo de la cabaña:

—Has tardado demasiado. ¿Pudiste hacerlo?

El hombre se detuvo en silencio frente a ella, que se había puesto en cuclillas con un paño húmedo en la mano, junto a un camastro en el que había un anciano dormido.

—Ya está todo hecho, Miranda.