CÁMARA DE SEGURIDAD: SALA DE
INTERROGATORIOS.
POLICÍA DEL ESTADO DE VIRGINIA-COMISARÍA DEL ÁREA 35, EMPORIA
22/12/1995 20:14
Un rebaño de vasos de papel y envoltorios de chocolatinas pace por el extremo de la mesa donde NIAMH espera de brazos cruzados a que el detective MORGAN Summers (de pie, apoyado en la mesa) termine de leer su declaración. Un banco de colillas ha quedado varado en el cenicero.
[Morgan aplasta el último cigarrillo (no en el cenicero, sino en la mesa, un palmo más allá, pero no se da cuenta) mientras recorre las últimas líneas.]
[Inconmovible, comprueba de nuevo el grosor de la declaración y la deja caer sobre la mesa.]
[Solo entonces se dirige a la testigo.]
MORGAN: No está mal. Me ha gustado el desarrollo de los personajes.
[Entra a escena el ayudante TED Miller con un puñado de papeles en la mano, para demostrar que tiene algo que decir.]
TED: Acabo de hablar con el sheriff de Franklin, Carolina del Norte. Tienen a un tal Hank S. Blagowitz, alias Scar Bee. Al parecer, sus amigos le abandonaron en un hospital, donde le arrestaron. [A Niamh.] Tu perro le arrancó la nariz. Al menos tendrá una buena historia que contar tras esa cicatriz.
MORGAN: [Leyendo por encima los papeles que traía Ted.] Siempre que omita que el perro era un collie.
TED: Hay otra cosa. Las cintas de seguridad de anoche muestran a dos hombres y una mujer en pasamontañas cruzando la cocina a las doce y cuarenta y cuatro de la madrugada; entonces uno dispara a la cámara. Según los CSI, se escondieron en la carbonera durante la noche.
NIAMH: [Chasca los dedos pidiendo atención, luego traza una letra P en el aire.]
MORGAN: ¿Qué?
NIAMH: [Otra vez.]
MORGAN: Pe, ¿qué? Ah, pis. Perdón. [Hacia la puerta.] ¿Anderson? Acompañe a la testigo al lavabo, por favor.
[UNA AGENTE ha aparecido en el umbral; Niamh se va con ella.]
[Morgan le cede la declaración al ayudante, pero el grosor del mamotreto le echa para atrás.]
TED: Así, ¿está limpia?
MORGAN: [Suspira.] Hombre, es buena. Mataron a todo el mundo salvo a ella porque dio la casualidad de que echó el pestillo de su habitación, y disparó a uno de ellos.
TED: [Se encoge de hombros.] Vale. El caso está claro, ¿no?
MORGAN: Tal vez.
TED: [Menos reflexivo.] Tenemos imágenes de la banda de Kraus entrando por la fuerza en la casa.
MORGAN: Circunstancial.
TED: Tenemos el arma de Hank. Podremos conectarla con la mitad de los cuerpos por lo menos.
MORGAN: Ya, y las huellas de ella en un revólver explicarán por lo menos uno más.
TED: En defensa propia.
MORGAN: A bocajarro en la cabeza.
TED: En su propiedad.
MORGAN: En realidad, le empujó por la ventana y luego bajó y le disparó.
TED: [Sin ver adónde quiere llegar.] ¿Y qué? Venga ya, ¿«menor blanca discapacitada dispara a un mercenario y pederasta ex convicto»? ¡El jurado le pondrá un altar!
MORGAN: [Ríe.] Espera, que ahora viene lo bueno: el tema es que no pisará un juzgado. Es una menor con nacionalidad irlandesa.
TED: ¿Y? Es residente en Estados Unidos.
MORGAN: No, no lo es.
TED: [Perplejo.] ¡Tiene un permiso de residencia!
MORGAN: [Sonríe.] No, no lo tiene. Él sí. Ella le acompañó con un visado de turista que expira en enero.
TED: Entonces su tutor es el responsable.
MORGAN: Esto te va a encantar. [Consulta otro papel.] El padre está muerto, la madre no es apta, así que la custodia recae sobre una tal tía Liza, que ya está moviendo hilos para hacerla volver. Y cuando el abogado de menores oyó eso, llamó a la embajada tan fuerte que casi se esguinza el dedo de marcar.
TED: Eh, eh, eh, para el carro. Si no puede hablar por teléfono, ¿cómo se ha enterado su tía de Irlanda de todo esto?
MORGAN: [Añadiendo la guinda, satisfecho.] Le envió un *email* antes de acudir a la policía.
[Ovación silenciosa.]
TED: [Cruzándose de brazos.] Guao. Sí que es buena, sí.
[Aún de pie, se reclina en la mesa, imitando al detective.]
Así pues, ¿qué tenemos?
MORGAN: Oh, muchas cosas. Un montón de preguntas sin responder, para empezar. Por ejemplo, quién iba a contratar mercenarios para robar cuatro joyas, o cómo puede una chica de cuarenta kilos lanzar a Hulk Hogan por la ventana. Más un sospechoso sin nariz, un criminal muerto buscado en seis estados, un fugitivo, un abogado desaparecido, diecisiete personas en la morgue, dos en el quirófano y mucho papeleo.
[Ted se enciende un cigarrillo, le ofrece uno a Morgan.]
TED: ¿Se salvarán los que están en el quirófano?
[Una calada.]
MORGAN: Si Dios quiere.