8 DE DICIEMBRE

LIBRETA DE NIAMH

(En Gordon’s.)

—Quizá le estemos pidiendo peras al olmo.

(Se queda mirando mi frase.)

—No tengo ni idea de qué significa eso, pero creo que estamos intentando sacar una respuesta de algo que no puede dárnosla.

—Quizá había un mensaje de verdad y alguien se lo llevó.

—Pero ¿por qué esconderlo en un vulgar cajón sin llave?

—Doble fondo?

—No, ya lo miramos. No tengo hambre; cómete mi tostada si quieres. Ah, ya te la has comido. Bien por ti.

—Quizá Ambrose no es tan listo.

—Si había un mensaje de verdad y lo cogieron, ¿qué hacía allí la hoja en blanco?

—Dónde más guardarías una hoja en blanco?

GRABACIÓN DE VÍDEO

COCINA VIE 8-DIC-1995 09:39:25

[RING.]

[HELP trota diligente hacia el teléfono de la pared.]

[RING.]

[Se queda mirando el aparato, ladeando la cabeza.]

[RING.]

[Pasa del teléfono, se acerca a su bol de agua.]

[RING.]

[Slurp, slurp, slurp.]

[No hay ring.]

*

SALA DE MÚSICA VIE 8-DIC-1995 16:24:53

Lluvia salpicando las ventanas, y el suave sonido de naipes patinando sobre la mesa mientras NIAMH prepara una partida de solitario.

[A. entra desde el sur, pasa por su lado sin mediar palabra, se tumba en el sofá al fondo de la habitación, al lado de donde Help descansa acurrucado junto al fuego.]

[El juego sigue.]

16:25:30

[A. reubica las manos enlazadas, de su estómago a detrás de la cabeza.]

[NIAMH coloca el último as que le quedaba en el mazo.]

16:26:04

[La Tierra sigue rotando.]

16:26:05

[A. se catapulta desde el sofá, salta por encima de HELP, cruza la habitación en tres zancadas y colisiona contra la mesa, deteniendo a Niamh con una mano extendida, generadora de gran expectación.]

A.: Dime. Que. No. Has. Barajado. Esas. Cartas.

NIAMH: [Aterrorizada, niega con la cabeza.]

A.: [Jacknicholsonianamente tranquilo.] Bien. Ahora, ponlas exactamente en el mismo orden en el que estaban.

[Niamh contempla los naipes sobre la mesa. Coge un as de la primera pila, duda… lo devuelve a una de las columnas. Coge otro as…]

[Consulta a A., impotente.]

A.: [Hundiendo la cara en la mano.] Mmmierda.

[Niamh le mira a él, luego a los naipes, preocupada. Luego, por casualidad, a la cámara.]

[Agita el brazo de su compañero.]

6:44:48

[NIAMH termina de reagrupar la baraja. A. está ahora de pie.]

A.: Vale, ahora escucha. El papel en blanco era una pista falsa. Tiene sentido. Es una progresión. Cada código es más difícil que el anterior. El primero fue el mensaje de Aeschylus: nivel básico, pensado para que Strückner lo entendiera. Luego vino el acertijo de «tumbado a la sombra de un árbol», un código personalizado. El tercero fue el Playfair: código profesional usado en la Segunda Guerra Mundial. Y por último, el código invisible, uno que ni siquiera puedes ver. El Playfair solo decía: «Tercer cajón de la derecha.» Y el manual dice que «hay infinitos patrones de escritura a nuestro alrededor». Como una baraja de cartas. Una baraja sin comodines tiene cincuenta y dos cartas, veintiséis negras y veintiséis rojas. Hay veintiséis letras en el alfabeto; ese es el patrón: ¡una baraja contiene dos alfabetos, suficiente para ocultar un mensaje corto!

NIAMH: [Libreteando.]

—Me pones TANTO cuando haces eso.

A.: [Después de leer, divertido.] Lo sé. Pégate una ducha larga después; ahora escucha.

[Con una risita, coge un papel en blanco (EL papel en blanco, muy probablemente), mientras A. va pasando las cartas.]

Vale, estaba pensando en alfabeto negro y alfabeto rojo, pero eso requeriría demasiadas conjeturas si no se ha establecido el orden de los palos. Así que probablemente sea negro para una mitad del alfabeto, y rojo para la otra. Y… el as de picas normalmente es la primera carta en una baraja nueva, así que digamos que las negras son la primera mitad, de la A a la M, y las rojas van de la N a la Z.

[Niamh ya está componiendo una tabla de equivalencias.]

Bien, la primera carta en la baraja tal como la encontramos es la reina de picas. Eso es… la letra L. Luego viene el tres de corazones, que es la N, O… P. «L-P.» Luego, el nueve de tréboles, que es la… ¿J?

NIAMH: [Doble silbido de advertencia mientras sigue escribiendo.]

A.: No, la I. Luego, el rey de corazones: Z. «L-P-I-Z.»

[Niamh le consulta, suspicaz.]

No pasa nada; son cartas que sobran; no vas a tirar los naipes que no necesitas. Diez de tréboles… Tres de tréboles… Rey de picas…

*

*

[Ambos centrados en el ex papel en blanco; incluso Help parece involucrado.]

A.: Aquí está; los comodines marcan dónde empieza y acaba el mensaje. Es la única parte que tiene sentido. [Frunce el ceño.] Más o menos.

[Agarra el papel para un zoom in.]

James, sacred, fount… B-Q-V. ¿Qué significa?

[Niamh explota de repente, y su silla piafa en el suelo como un caballo loco; escribe frenéticamente en su libreta; lo muestra.]

A.: [Lee.] «La fontana sagrada, de Henry James.» ¿Eso es un libro?

NIAMH: [Asiente.]

A.: ¿Cómo sabes eso?

NIAMH: [Ni pestañea.]

A.: [De vuelta al papel.] Vale, entonces quizá B-Q-V no son letras; deben de ser los propios números de las cartas. Dos, cuatro, nueve. ¡Eso será la página!

[Niamh brinca sobre la mesa y sale disparada, esparciendo papeles a su paso.]

A.: [Voz de locutor de tráiler.] ¡JUMANJI!

[Todos corren a la biblioteca.]

PÁGINA 249 DE LA FONTANA SAGRADA, DE HENRY JAMES

Querido Caleb,

Siempre encuentro gran consuelo en las palabras de aquel shifu de Yunnan que nos contó que el mejor sitio para esconder una hoja es un bosque. Y cuanto más repaso estas páginas en particular más convencido estoy de que esta carta está bien escondida, pues ningún lector en su sano juicio pasaría de la página cien de esta locura momentánea que escribió James. Aquí podemos hablar sin ser oídos. También, dicho sea de paso, con excesivo dramatismo, pero para eso fue creada la Sociedad: para hacer más novelescas nuestras vidas.

Desgraciadamente, en toda historia hay personajes que han de caer por el camino. Si estás leyendo estas líneas, amigo mío, tú eres el protagonista de nuestro relato y yo soy el secundario cuya muerte servirá de ejemplo. Con suerte, no ignoraréis este como hice yo con los de Spears, Dagenais o Wells padre.

No me arrepiento de mucho. Hemos tenido vidas fascinantes, todos. Los lugares que visitamos, la gente que conocimos, las cosas que vimos, todo ello está muy por encima de lo que el hombre medio atestiguará jamás. También pagamos el precio: todos sufrimos trastornos del sueño; diecisiete nos sometimos a terapia en algún momento; muchos sufren ataques de ansiedad; algunos han tenido ataques de epilepsia. Esas cicatrices no se irán con el tiempo, pero tampoco la experiencia.

No estoy recomendándoos que lo olvidéis todo. Solo os pido esto: no dejéis que consuma el resto de vuestras vidas. Ya las ha enriquecido y consumido bastante. ¿Qué más iluminación podéis esperar? Durante tres generaciones, mi familia ha participado en este ritual mágico, lo ha contemplado con asombro y miedo, y yo, con cincuenta años, no estoy una pulgada más cerca de entenderlo que mi abuelo cuando le cayó este regalo del cielo. Jamás dejará de sorprenderos, aunque vivierais mil años. Jamás reparará en vosotros. No hay meta en esta carrera. Podríais parar ahora mismo, descansar; reuniros antes de Navidad y compartir buenos recuerdos. Ojalá nuestra Sociedad viva en paz muchos años.

La reliquia de los Wells es tuya; dispón de ella libremente. Estrabón guarda el año pasado y la llave del corriente. El pasado es competencia de nuestro Historiador; el presente, solo tú sabes dónde encontrarlo.

No hay instrucciones para ti, Caleb. Solo estas palabras de mi parte, escritas con buena fe. Los muertos no pueden dar órdenes; solo susurran.

Ha sido un placer vivir esta aventura contigo. Adiós, amigo mío.

Ambrose G. Wells

LIBRETA DE NIAMH

(Tras unos 5 minutos.)

—Qué ES Estrabón?

—Un geógrafo griego del siglo uno. El libro de la biblioteca del que tiras para abrir la puerta secreta era un volumen de la Geografía de Estrabón, pero eso ya lo sabíamos.

—Y?!

—Y… nada. Eso es todo.

*

GALERÍA VIE 8-DIC-1995 17:30:23

Las muchas ventanas lloran gotas de lluvia. HELP, NIAMH y A. están sentados en el suelo playfaireado, esperando a que la página 249 de La fontana sagrada de Henry James les diga algo más.

*

—Todas estas pistas conducían a NADA?

—Bueno, conducían a la habitación secreta de la biblioteca, pero ya reventamos esa sorpresa. No seguimos los pasos en el orden que tocaba.

—Quién es Historiador?

—Curtis Knox. Esos son los rangos de la Sociedad: Ambrose es el anfitrión; Caleb, el secretario; Knox, el historiador.

—«Pasado y presente»?

—Cuando el anfitrión murió, dividió el legado entre secretario e historiador. Lo hizo porque quería acabar con la Sociedad: un imperio dividido es más difícil de perpetuar. «El año pasado» es la bola de cristal que encontramos en la habitación secreta. Pertenece a los archivos, es decir la cámara acorazada del sótano, donde están las demás bolas de cristal, las cuales son el pasado, el cual es para Knox. Pero ya hemos estado allí también. No sirve de nada; es un catálogo de pesadillas. La llave al presente debe de ser aquella especie de llave Allen que encontramos en la habitación secreta, pero no sabemos qué abre. Caleb lo sabe.

—Entonces esperamos a Caleb?

—Empiezo a pensar que Knox tenía razón, Niamh. Caleb no salió de África.

CARTA

Axton House

Axton Rd. 1

Point Bless, VA 26969

Querida tía Liza,

[…] En resumen, volvemos a estar jodidos.

Como siempre, estoy abierto a tus sugerencias. Si por un casual estuvieras interesada, digo. No es que todo esto te concierna ni nada.

Besos, A.

GRABACIÓN DE VÍDEO

GALERÍA VIE 8-DIC-1995 18:06:29

HELP apoya la cabeza en la pantorrilla de su ama, compartiendo la depresión. Una ociosa mano derecha de NIAMH le rasca suavemente, mientras la izquierda mantiene La fontana sagrada abierta para que uno de sus ojos lo lea por enésima vez. (El otro está escondido tras el mechón de cabello que se derrama sobre su cara.)

Mientras, la línea visual de A. hace tiempo que ha descendido en espiral cual F-16 tocado hacia la ciénaga de papel malgastado que cubre el ancho entero de la galería: docenas y docenas de hojas con cuadrículas de cinco por cinco, párrafos infestados de consonantes y mapas especulativos de un laberinto. Las gotas de lluvia espían a través de las ventanas góticas.

[A. pesca un papel. Uno de los mapas.]

A.: Niamh… ¿Has dibujado tú este laberinto?

NIAMH: [Asiente.]

A.: [Su dedo apuñala el dibujo.] ¿Cómo llega uno aquí?