Agradecimientos
A Maria Teresa y Remei, de Ca l’Orelleta, que con entusiasmo y generosidad me relataron vivencias de su infancia sin las cuales habría sido imposible inventar los primeros pasos en la vida de Biel.
A Andreu Parera, un amantísimo hijo de El Prat de Llobregat, quien me aclaró todas las dudas que iban surgiendo sobre espacios y costumbres antiguos de los agricultores.
A Tata Dany, una encantadora cotlliurenca que evocó para mí, con emoción contenida, el paso de los españoles por su pueblo francés un helado febrero del treinta y nueve.
A todo el equipo de la agencia Sandra Bruna, por su dedicación y por cuidar mi obra, y en especial a Berta, por responderme siempre con rapidez.
A todo el equipo de Ediciones B, en especial a mi editora, Rosa Moya, por su trabajo y por las alentadoras palabras con que siempre me acoge.
A Francesc Miralles, que una vez más se ha convertido en la mirada profesional y amiga a la que he confiado plenamente la revisión de la novela, y sin el cual todo el proceso creativo me habría resultado mucho más solitario.
A todos vosotros, lectores, que con vuestra imaginación dotaréis de una segunda vida a mis personajes.
A Marc y Tanit, una sola palabra: SIEMPRE.