donde el olor a simiente cava fosas
para los muertos que han de venir”.
Las ramas taladas
esperan hogueras de sumisa llama.
¡Quién no quisiera vibrar
como mariposa!
rociarse de flores,
volar los azules del firmamento
y sus nubes blancas,
eludir con imponentes giros
las oscuras siluetas
de los falsos redentores
y a sus insurgentes vasallos,
en nombre del libre albedrío.
¡Quién no es sujeto de un espejo
y un corazón solitario, tan sólo!
Llora el ave mientras vuela,
y en su vuelo va dejando crías
como lágrimas secas en yermos campos.