Epílogo

 

 

Doce años después

 

HABLA NORA:

Cuando los veo ahí abajo, en la ladera junto al rio, correr a los dos, cuando los veo jugar, ya no pienso en todo lo de atrás. Hace unos años era una joven mujer sin memoria ni recuerdos, metida en una gran ciudad; y ahora vivo en mitad de la nada con ellos dos. Pensé que nunca llegaría a acostumbrarme a sobrevivir con lo mínimo no a vivir. Aún dudaba si lo aguantaría para toda la eternidad. De todo este páramo virgen, Mert levantó cuatro paredes e hizo un hogar. Yo no necesitaba mucho más. Todo nuestro viaje está aún muy vivo en mí. Soy inmortal. Me enteré demasiado tarde, pero soy inmortal, como ellos, como Él. No tendremos que sufrir por vernos morir de vejez.

La paz reina doce años después de que El Supremo quisiera implantar su propia voluntad. No he vuelto a oír campanillas, ni oler aquel hedor, no volvimos a oír ningún tronar, no volvimos a topar con ningún otro inmortal. La Hermandad se restableció, las reglas se repusieron de nuevo en su lugar y se cumplen sin dudar. Mert logró sanar sus heridas. Debido a la perdida de energía vital tardaron mucho en cicatrizar. Y su alma…. Creo que aún sangra por dentro, pero El Rey está vivo, ya existe EL ULTIMO INMORTAL.

 

HABLA MERT:

Está preciosa ahí arriba, en la puerta de casa, en nuestro hogar. Desde que la vi hace… tantos años, me enamore de ella sin dudarlo. No sé cómo pude soportar pasar tanto espacio, estar lejos de ella, sin tocarla, sin besarla, sin dejarme amar. Sufrí, sufrí por amor como cualquier mortal, pero no lo era. Era inmortal y mi sufrimiento sería para toda mi eternidad.

Ahora todo ha cambiado, todo está en paz. Mi espada aún esta enfundada, tiene un lugar privilegiado sobre mi chimenea. Ahora las leyes se cumplen, se respetan. Intentamos convivir los unos con los otros. Estamos en Tierra Sagrada. Ya nadie osa matar. Tenemos un hijo precioso y él es también inmortal. Puro e hijo de La Elegida. Es EL ÚLTIMO INMORTAL.

 

HABLA EL HIJO:

 

Cuando miro a mi padre veo a un hombre valiente y fuerte por luchar por su amor, pero también veo a un hombre muy vulnerable por amar.

Y cuando la miro a ella, sólo veo a la mujer que hizo que El Supremo desapareciera. Yo soy El Rey. Pero soy el que no debió nacer.

De los dos que compartimos útero, Él debió de ser el nacido, así logramos averiguarlo aún en su seno. Disputamos nuestra propia batalla ahí dentro y yo gané. Él, el verdadero rey, el honesto futuro rey, se marchó de las entrañas de La Elegida y gané yo.

Ellos aún no lo saben, pero yo haré que La Hermandad vuelva a ser aquello que nunca La Elegida debió hacer desaparecer. Volveré al lema de El Genuino Supremo y a su moral.

El oráculo nunca mintió: “El hijo de la Elegida se revelará contra su padre y será su hijo quien acabe con él, para ser el Rey, para ser EL ULTIMO IMORTAL.”

 

FIN.

La elegida
titlepage.xhtml
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_000.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_001.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_002.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_003.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_004.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_005.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_006.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_007.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_008.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_009.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_010.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_011.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_012.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_013.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_014.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_015.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_016.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_017.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_018.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_019.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_020.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_021.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_022.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_023.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_024.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_025.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_026.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_027.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_028.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_029.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_030.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_031.html
CR!D031WTAS196RF0P3HZ7N12M52YV8_split_032.html