Sé para ella, Perséfone,
lo que yo no puedo ser.
Pon su cabeza en tu regazo.
Ella, tan orgullosa y salvaje,
descarada, arrogante y libre,
ella, que no me necesitaba,
no es más que una niña solitaria
perdida en el infierno. —Perséfone,
pon su cabeza en tu regazo
y dile: «Querida mía,
no se está tan mal aquí».
Edna St. Vincent Millay, Oración a Perséfone
Caer al fondo del abismo, infierno o cielo, ¿qué importa?
¡Al fondo de lo desconocido con tal de encontrar lo nuevo!
Charles Baudelaire, El viaje
Los viajes concluyen con el reencuentro de los amantes.
William Shakespeare, Noche de Reyes