Este libro está dedicado a las buenas gentes de Coyote Canyon, Navajo Mountain, Littlewater, Two Gray Hills, Heart Butte y Borrego Pass, y, muy especialmente, a las que están siendo arrancadas de sus hogares ancestrales en los territorios de utilización conjunta Navajo-hopi.

NOTAS DEL AUTOR: El lector debe saber que no pretendo ser una autoridad en teología hopi. Al igual que Jim Chee, de la Policía Tribal Navajo, soy un forastero en las mesetas hopi. Sólo sé lo que se aprende gracias a un prolongado y respetuoso interés, y aconsejo a quienes deseen aprender algo más sobre la compleja metafísica hopi la lectura de autores más expertos en el tema. Recomiendo, en particular, El libro de los hopi (The Book of the Hopi), de mi buen amigo Frank Waters.

El año litúrgico de la religión hopi está dividido en mitades estacionales que son más o menos imágenes idénticas con un complicado calendario de observaciones rituales. En ellas se incluyen los acontecimientos que forman parte del trasfondo de esta novela, aunque el calendario que yo utilizo no es exacto.

El tiempo ha sido mucho más cruel con la aldea de Sityatki de lo que aquí se sugiere. Fue abandonada hace tiempo y la arena ha cubierto los restos de sus ruinas.

Todos los personajes de este libro pertenecen a la ficción. Ninguno de ellos tiene nada que ver con personas reales.