Tercera parte

La vida pertenece a Dios; la actividad de la mente es vida y Él es esta actividad. La pura actividad de la razón es la más bendita y duradera vida divina. Decimos que Dios vive, eterno y perfecto; y que esa vida continua y duradera es de Dios, porque Dios es vida eterna.

ARISTÓTELES