Epílogo
Una semana más tarde, Larry Savage fue despedido de los estudios Empire. Llegó una mañana y, sin explicación alguna, le dijeron que despejara su mesa y lo acompañaron hasta la puerta. El pan de cada día si eres directivo cinematográfico, dicen. El guión de Emily languidece en una estantería de Empire y parece que la historia de Chip el perro jamás será contada. Lo cual habría sido una bendición, dijo Emily, si eso no hubiera significado que solo iban a pagarle la mitad de lo acordado.
Tanto miedo le daba convertirse en el hombre harapiento del supermercado que decidió abandonar por completo la profesión de guionista. Troy, no obstante, puso fin a esa decisión al obtener dinero para una producción independiente del guión más reciente de Emily. Al parecer es brillante y muy tenebroso. Emily dice que se debe al hecho de que estuviera tan deprimida y asustada mientras lo escribía. Un productor de otro estudio pequeño está interesado en resucitar ¡Rehén! Así pues, de una forma u otra, la hambruna todavía no ha entrado en su casa, a pesar de que la madre de Emily aún no ha tenido la oportunidad de lucir su vestido azul de lentejuelas en ningún estreno. No obstante, quizá pueda ponérselo en el futuro. No para un estreno, sino para una boda, la de Emily y Troy. Debo admitir que tenía mis dudas sobre la fidelidad de Troy, pero desde que está con Emily es un modelo de buena conducta.
Lou persiguió a Emily durante un par de semanas y luego se rindió, pero cuando Kirsty se enteró de que Troy y Emily estaban juntos, le dio por comer. Al parecer engordó ocho kilos en igual número de días. Me reiría, pero sería una crueldad.
Lara sigue siendo una enorme pelota radiante de vida y todavía no ha encontrado a la chica adecuada, pero se lo pasa bomba buscándola. Justin todavía lleva una vida dedicada a Desiree, pero últimamente las cosas le van mejor porque el otro gordo prescindible contrajo una mononucleosis infecciosa y adelgazó un montón de kilos.
Reza echó a su marido de casa y le dijo que se fuera a vivir con su «fulana». El hombre volvió en menos de una semana, doblegado de arrepentimiento.
El pobre guionista chiflado sigue en la puerta del supermercado, gritando órdenes de plató a la gente que entra a comprar.
El problemilla de Luis desapareció con una segunda ronda de antibióticos. Él, Ethan y Curtis terminaron el college, se afeitaron las perillas, se dejaron crecer el pelo (quienes tenían la costumbre de afeitarse la cabeza) y se volvieron respetables. El Duques de Hazzardmóvil acabó en el desguace.
Charmaine y Mike siguen siendo Charmaine y Mike. Antes de irme, Charmaine me dijo que mi aura estaba menos tóxica. De tanto en tanto, el grupo de las fábulas telefonea a mamá y le pide que vuelva. Ella les ha enviado un ejemplar de Los cuentos de Finn McCool, con la esperanza de que la dejen en paz.
Connie se casó y no la secuestraron durante su luna de miel.
Helen, para asombro de todos, creó una agencia de detectives privados tras su regreso a Irlanda. Se ha especializado en casos «domésticos» —a saber, pillar a esposas infieles— y tiene mucho trabajo. A Anna le fue tan bien en su nuevo trabajo que la ascendieron de las entrañas del departamento de correspondencia a la claridad de recepción. Ya no menciona a Shane y, por lo visto, de vez en cuando recibe e-mails de Ethan. A veces, para angustiar a mamá, dice que vendrá a verla en cuanto tenga tiempo.
El cuello de papá está mejor. Y también mi relación con él. Hizo falta tiempo, y más aún con mamá.
Dark Star Productions se fue a pique, pero Shay ya tiene un nuevo trabajo de altos vuelos en otra compañía cinematográfica. Como dijo Claire casi con admiración cuando se enteró: «Una vez más, Shay cae en un pozo de mierda y sale oliendo a Paloma Picasso».
El otro día estaba viendo la tele cuando anunciaron una nueva serie norteamericana y vi a alguien cuya cara me era familiar. Tardé un momento en reaccionar. Estaba mucho más guapo y radiante que la última vez que lo vi.
—¡Es Rudy! —exclamé—. El vendedor de helados de la playa de Santa Mónica. Yo le compraba polos y cucuruchos. —Naturalmente, nadie me creyó.
¿Me he dejado a alguien? Ah, a mí. Me encuentro en la cama y no puedo moverme porque estoy embarazada de ocho meses y enorme. Hace semanas que no me veo los dedos de los pies y una vez que me recuesto, no puedo volverme ni levantarme sin que Garv deslice un palo por debajo de mi cuerpo en el que apoyarme. He prometido a Helen que le contaré lo doloroso que es el parto y que no trataré de engañarla hablándole de milagros.
Garv y yo estamos muy unidos. No siempre ha sido fácil. Hemos tenido algunas broncas mientras superábamos las dificultades pasadas, pero a estas alturas sabemos que nuestro vínculo es lo bastante fuerte para vencer los baches. Hasta cuando estuvimos separados y enfadados seguíamos unidos.
Como él dice, las estrellas siempre están ahí, incluso de día. A veces simplemente no podemos verlas.