Capítulo 20
DESPERTÉ sola en la cama. Ethan no estaba a mi lado, ni en el suelo, donde me cuestioné por unos segundos si había pasado la noche. Pero no, no podía haber sido un sueño, era muy real. La cerveza de la noche anterior no podía causar aquella alucinación. Había pasado la noche con mi vecino, una increíble y maravillosa noche. Mis miedos habían quedado de lado y de alguna forma sentí la fuerza y las ganas de demostrarle todo mi cariño. Ethan ya estaba al tanto de lo mucho que me gustaba. Se lo repetí millones de veces durante aquella velada. Una revelación estrecha en mi pecho fue liberada sin remordimiento. Me sentía bien, feliz y tranquila de al fin decirle la verdad, casi toda la verdad. Quedé corta al decirle que solamente me gustaba y lo quería, pero era un gran avance. El resto se lo revelaría pronto, en otro momento, en otro día cuando no creyera que mis hormonas fueran las que hablaran, sino mis puros y sinceros sentimientos que atesoraba en mi corazón. Sus caricias y sus besos daban vuelta en mi cabeza como nubes dibujadas en el cielo. Eran hermosas, blancas, y se desvanecían lentamente para dar paso a las palabras que desde la noche anterior seguían volando en mi mente. Ethan no sólo era un galán, era un hombre tierno que estaba flechado por mí. Yo le gustaba, le encantaban mis besos y los exigía vehementemente. La cama, que a nuestra llegada se encontraba estirada, ordenada y decorada con almohadones, estaba hecha un verdadero desastre, lo que delataba nuestra mágica noche.
Respiré profundamente y, después de que me levanté en busca de mi pijama que había quedado tirado a metros de la cama, me volví a sentar.
Mi estómago rugió enardecido. Estaba muerta de hambre y no tenía idea adónde se había ido Ethan tan temprano.
Ordené un poco el desorden del dormitorio y luego me metí a la ducha.
Cuando estaba secándome con la toalla, sentí abrirse la puerta.
—Ethan, ¿eres tú?
—Adivina con quién me encontré.
—No sé, ¿Logan? ¿En dónde andabas?
—Fui a buscar el desayuno. Ojalá te guste el capuchino, traje pan, mermelada, jamón, cereal, yogurt y fruta. No estaba muy seguro de qué ibas a querer así es que traje de todo un poco.
Salí vestida del baño, con el pelo estilando, tratando de mantener la calma, después de lo liberada y enamorada que me comporté en privado con él.
—¡Que rico! Tengo mucha hambre. Muchas gracias —tomé un sorbo del café con chocolate y me quemé levemente los labios. En busca de alivio me colgué de los hombros de Ethan y besé sus frescos labios que sabían exquisitamente a mermelada—. Que dulces son tus labios.
—Son todos tuyos —Ethan me abrazó de la cintura y me acercó a su cuerpo.
—¿Y te encontraste con Logan? ¿También estaba buscando el desayuno para Javiera?
—No precisamente. Javiera era la que estaba preparando el desayuno para Logan. De seguro quiso regalonear a su novio como yo lo estoy haciendo contigo —me besó y luego tomamos asiento sobre la cama.
La palabra novios retumbó en mi cabeza como si lo hubiese pronunciado con un micrófono. Ethan y yo éramos novios.
Comí a toda velocidad, pues estaba ansiosa de salir a disfrutar de nuestro último día de “vacaciones”, además, quería contarle a mi amiga lo ocurrido. Ya podía decir que él y yo éramos pareja. Una muy especial, una por la cual estaba feliz por luchar para que funcionara. No tenía la intención de inventar alguna excusa, ni menos encerrarme entre mis libros para evitar verlo, como algunas veces lo hice con antiguas parejas. Esta vez, estaba dispuesta a enfrentarme a mis miedos y a avanzar en la relación, para ver a dónde me llevaba. Ethan tendría una oportunidad, o quizás era yo la que la tendría. Como fuera, estaba animada a ser audaz y valiente.
Terminamos de desayunar y salimos de nuestro dormitorio a llamar por teléfono a mi amiga para saber si ya estaban listos. No queríamos llevarnos ninguna sorpresa al interrumpir personalmente en su puerta. Así es que, desde el pasillo de recepción, llamamos a Javiera y a Logan.
Javiera tenía una voz seria, cuando contestó.
Dijo que iría enseguida, pero que tendríamos que esperar un rato a Logan, pues estaba recién saliendo de la ducha.
Al rato, con su rostro decaído y ojeras en los ojos, apareció mi amiga, tratando de disimular su cansancio, con una sonrisa falsa.
—¡Buenos días! ¿Cómo durmieron?
Javi hizo una mueca con su rostro, como diciendo que había estado bien.
—Con Allison estábamos pensando en ir a la playa. ¿Les gustaría ir?
—Sí, el día está espectacular. Además un poco de sol no me haría mal —respondió Javi.
En la playa, Logan e Ethan no aguantaron más de cinco minutos de guata al sol para invitarnos a bañarnos con ellos. Invitación que rechacé, con la intención de poder quedarme un rato a solas con mi amiga.
Apenas se marcharon, apoyé mis codos sobre la toalla para poder examinar a Javiera. Su rostro estaba tenso, al igual que sus manos que jugaban en la arena haciendo círculos. Algo le molestaba, y estaba segura de que Logan tenía algo que ver con eso, ya que, a pesar de que trataban de ocultar su mal humor, se les notaba que había algo que los incomodaba.
Javiera se acostó de estómago y ocultó su rostro con el brazo.
—¿Me quieres contar qué te pasa, Javi?
—No pasa nada —susurró, acomodando su rostro entre sus brazos.
El rompimiento de las olas se interpuso en el silencio que hubo entre nosotras. Agaché mi cabeza y, con el índice, le toqué el hombro a Javiera para ver si me miraba.
—... es sólo que. ¿Puedes creer que en la mañana, después de que tuviéramos una noche fabulosa, ya sabes...después de...?
—Ya sé —dije, adivinando lo que habían hecho.
—Bueno, que hoy en la mañana, en vez de despertar todo cariñoso y atento, despertó exigiéndome el desayuno a la cama. Cuando me pidió que si le podía llevar un café al dormitorio, pensé que había escuchado mal y que él me estaba ofreciendo a mí eso, pero no. Él me estaba pidiendo a mí que se lo trajera... y está bien, no tengo problema en atenderlo, pero... no sé, quizás es una estupidez, pero pensé que iba a ser más atento, como Ethan, que supe que te llevó el tuyo. Además, ayer tampoco fue muy tierno que digamos.
Mi primera intuición fue atacar a Logan como ella, pero su cara de decepción y pena me obligó a tragarme mis palabras para más adelante. Javi necesitaba una amiga que la tranquilizara, no que la ayudara a hacer hervir más su rabia.
—Bueno, quizás es flojo en las mañanas, pero sea un caballero en las tardes.
Hubiese querido decir algo mejor, pero la verdad es que no había nada.
—Puede que tengas razón, es una tontera ¿cierto? No debería haberme enojado con él por una estupidez. Mejor cambiemos de tema. ¿Y qué hay de ti e Ethan? ¿Cómo lo pasaron anoche?
Mi respuesta quedó en el tintero gracias a que de improvisto Ethan apareció y me levantó en sus brazos llevándome a la fuerza al agua
Javi en tanto se relajó y abrazó a Logan invitándolo a seguirnos, mientras se reía de mi griterío.
Al fin, después de rogarle a Ethan que no me fuera a tirar al mar, me dejó cuidadosamente en el suelo, dejándome libre para iniciar mi revancha. Empecé una guerra de agua entre nosotros cuatro, que ganaron injustamente Logan e Ethan.
Cansados todos, y yo, además entumida de frío, después de horas de haber estado metidos en el agua, nos marchamos al hotel, para preparar nuestras cosas para volver a Orlando.
Entre que nos demoramos en salir aquella mañana del hotel, y el almuerzo que tuvimos a base de sándwiches, gracias a un restorán que encontramos a la orilla del mar, la jornada se pasó volando. El paseo había sido grandioso. Disfruté de la hermosa ciudad, de la compañía de Javiera y, sobre todo la de Ethan.
Aquella excursión se había trasformado como un viaje a otra dimensión. Ethan y yo estábamos mejor que nunca, mientras que mi amiga y Logan, no sabía qué tanto. Javiera, a pesar de que me dijo que su problema era que Logan no le había ofrecido llevarle el desayuno a la cama, intuía que en el fondo había algo más entre ellos que no me había contado. No creía que mi amiga estuviera así por un desayuno, tenía que haber otro motivo.
En secreto, rogaba por qué Javi se hubiese decepcionado de Logan y decidiera que ya era hora de dejarlo ir. Si tenía suerte, la relación se terminaría entre ellos y todo volvería a la normalidad. Era evidente que, con lo fácil que le era a mi amiga encontrar pretendientes, le llegaría otro rápidamente.
Llegamos a nuestra casa junto al atardecer.
Cuando bajamos los bolsos, Ethan me explicó que tendría una semana muy ocupada y que quería revisar todos sus mail antes de que llegara el lunes. Así es que, sin chistar, y agradecida de tener un poco de tiempo para mí y mis cuadernos, entré a la casa en compañía de Javiera y Logan.
Incluso con la puerta de mi dormitorio cerrado para concentrarme en mis estudios, seguía escuchando los chillidos alegres que hacia Javi desde su habitación. Al parecer las cosas se habían apaciguado entre ellos y no encontraron nada mejor que juguetear, o fuera lo que fuese que estuvieran haciendo, a pocos metros mío.
En ese momento, detesté tener que estar ahí. Una casa más grande con dormitorios más alejados, o una terraza cómoda para sentarse a estudiar afuera, hubiesen sido una mucha mejor alternativa para mí. Sin embargo, en esa casa, aquellas opciones no existían. El dilema era que con esa bulla, en vez de concentrarme en mis cuadernos, estaba pensando en Logan y mi amiga, en su relación, y en si es que los debía o no interrumpir. Conociendo a Javiera, era incuestionable que su novio iba a pasar mucho tiempo bajo el mismo techo, y, lamentablemente para mí, eso significaba que, o bien iba a tener que empezar a estudiar en la calle, o me iba a tener que marchar a la biblioteca de la universidad cada vez que tuviéramos visita, si es que quería lograr concentrarme en mi trabajo.
Transcurridos unos cuantos minutos de estar oyendo la risita y el griterío que tenían en ese hogar, comencé a cuestionarme si en verdad Logan era un mala pareja para mi querida amiga. Escuchaba reír a Javiera con tantas ganas que empecé a debatir si es que aquel hombre en verdad se merecía una oportunidad, tal como le había dado una a Ethan. A lo mejor, después de que mi amiga lo retó, Logan había reaccionado y desde ese minuto la haría feliz y se comportaría como un caballero con ella. Si había terminado ganando, al confiar en Ethan, quizás pasaría los mismo si lo hacía con Logan. A lo mejor si dejaba de lado aquellos malos antecedentes, iba a poder disfrutar del cuádruple que hacíamos Logan, Javi, Ethan y yo. Si algo había aprendido ese fin de semana, era a dar oportunidades, y, al escuchar a mi amiga tan feliz desde su dormitorio, me hacía pensar que era eso mismo lo que tenía que hacer con aquel individuo, que hasta entonces me costaba tolerar.
Cerca de las once de la noche, entré al baño a lavarme los dientes, y puse atención por si escuchaba algo del pasillo. Al parecer la habitación de mi amiga había cambiado de atmósfera. El silencio inundaba el hogar. Las risas y los gritos de alegría estaban extinguidos y no tenía idea de si era porque Javiera y Logan estaban durmiendo, o si porque Logan se había marchado y yo no me había dado cuenta.
Como fuese, no me iba a meter a la pieza de mi amiga a averiguar. Ya era tarde y tenía que dormirme pronto para ir a clases al día siguiente. Durante la semana, hablaría con Javi para contarle de mí e Ethan, y para saber un poco más de ella y su novio, a quien estaba dispuesta a conocer sin juzgarlo ni hacer anotaciones negativas de cada cosa mala que hiciera. Después de todo, nadie es perfecto. Somos seres humanos y todos tienen el derecho a equivocarse. Yo me había equivocado a fondo con Ethan y quizás Logan se había equivocado con sus ex en un pasado. Pero las cosas cambian, lo tenía más que claro. Por experiencia propia, ya podía decir que las personas te pueden sorprender.
Cuando apagué la luz, acomodé mi almohada y cerré los ojos, alegre y tranquila después de tanta felicidad en poco tiempo, un grito de furia me exaltó. Javiera le gritaba a Logan que era un estúpido y que quería que se marchara de la casa. Me puse la bata y salí tras Javiera que, para entonces estaba con su rostro deshecho mirando la puerta de la salida.
—Javi, ¿qué pasó? ¿Estás bien? —Javiera me abrazó y apoyó su cabeza sobre mi hombro, mientras yo le acariciaba el cabello. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Dejé que mi amiga se desahogara un rato, para que pudiera liberar aquella profunda pena y me mantuve en silencio con mis brazos a su alrededor. De a poco se fue recuperando y calmando—. ¿Me quieres contar qué pasó?
—¡Es que Logan es un estúpido! Eso es lo que pasa.
—Tranquila —la senté en el sofá y me acerqué a la cocina, por un vaso de agua y una servilleta de papel—. ¿Quieres que hablemos?
—Es que todo comenzó el día que me dijo que tenía que ir a trabajar con él a cambio de que fuera con nosotras a ver tu auto. Tú sabes que me gusta dormir mucho y que siempre el sueño para mí es súper importante ¿cierto?
—Por supuesto que sí Javi ¿es esto culpa mía? Perdón si te pedí que...
—¡Para! Esto no tiene nada que ver contigo, de verdad, Allison, tranquila. Ese día que hablé con Logan y me dijo que iría con nosotras, pero a cambio que fuera a su tienda, acepté feliz ya que creí que Logan me había pedido que fuera a trabajar con él porque quería pasar más tiempo conmigo. Creí que era algo así como un pretexto para que pudiéramos estar juntos. Por eso, cuando me lo pidió, acepté feliz, como si fuera un cumplido. ¡Dejé a mi San Almohada por él! en fin. El sábado, apenas llegué a su tienda, me saludó y me puso a trabajar en la caja, luego tuve que recibir unas cajas con productos, después tuve que hacer de vendedora, sin entender siquiera qué estaba vendiendo. Fue un completo desastre. Estuve literalmente trabajando toda la mañana y con suerte creo que le vi la sombra a Logan. Cosa que dejé pasar, ya que, apenas hubimos salido de la tienda, me pidió disculpa y creí que debía olvidar aquella mañana para poder disfrutar de la tarde que nos esperaba. Pero bueno, allá en Saint Augustine, yo no sé si te diste cuenta o no, pero Logan parecía más interesado en el tour que en mí. ¡Que en mí! que le di mi mañana para estar con él. ¿Puedes creerlo?
Sacudí mi cabeza en señal de negativa.
—Bueno, eso no es todo. Luego, después de que nos fuimos a acostar y le hiciera un striptease al estilo Hollywood, en la mañana, en vez de él llevarme el desayuno a la cama y a amanecer todo tierno y amoroso conmigo, ¿qué hizo? Me pidió a mí, que se lo fuera a buscar. Y yo la tonta se lo llevé.
—Pucha, Javi, lo siento mucho amiga.
—Espera, si todavía no termino, todavía no llego a la parte que me enojó más.
¿Había más? Ya eso, más la lista de cosas que tenía en mi mente, eran suficiente para llenar el vaso con cosas malas. Javi tomó un sorbo de agua.
—Cuando Ethan se fue a su casa y Logan quiso quedarse un rato más conmigo, lo encontré tierno, ya sabes, tenía la idea de que quería venir para estar conmigo, conversar y hacer algo aparte de meternos entre las sabanas. Pero resulta que el muy tonto puso un video de un cómico, que era tan divertido que nos quedamos pegados viéndolo. Cuento corto, nuevamente no conversamos. ¿Te estoy aburriendo? ¿Poder de síntesis?
—No, sigue tranquila, cuéntamelo todo.
Era tarde y necesitaba irme a la cama a dormir si no quería estar muerta de sueño al día siguiente, pero mi amiga necesitaba de mí y no había duda de que me quedaría a su lado, toda la noche si es que era necesario.
—Está bien. Bueno, después del video al fin nos pusimos a conversar. ¿Y sabes lo que me dijo el muy estúpido?
—¿Qué?
—Que por qué perdíamos tiempo hablando cuando podíamos ocuparlo en algo más interesante como otro baile o algo para él. ¿Puedes creerlo? ¿Qué se cree que soy? ¡Es un imbécil! —sollozó de nuevo Javi—. De verdad creí que las cosas serían diferentes con él. Cuando lo conocí teníamos tanto tema. El sexo lo cambia todo, siempre termina arruinando las cosas. ¿Que acaso tengo que esperar a las seis o diez citas para acostarme con un hombre? No creo que alguien aguante tanto tiempo. ¿Por qué algo tan bueno, tiene que llevar a algo tan malo? ¿Que acaso las neuronas en los hombre están escasas? Quizás se les queman cuando ven a una mujer desnuda —Javi se sonó con la servilleta y me miró esperando a que le dijera algo. El problema es que estaba en blanco. Si en verdad tenía razón, quizás Ethan y yo iríamos para lo mismo. A lo mejor ya no existían hombres en la tierra que estuvieran con uno por algo fuera de lo físico.
—¿No me vas a decir nada?
—Lo siento mucho, amiga, y creo que hiciste muy bien en echarlo. La verdad es que Logan... no sé. No es para ti, Javi. Tú te mereces a alguien mucho mejor, amiga. Eres linda, inteligente, cariñosa, junto con otro montón de buenas cualidades. Ese patán está lejos de estar a tu nivel. Tienes que olvidarte de él. No me gusta... Olvídate de Logan. Ya verás que encontrarás a alguien distinto.
—Pero es que estoy aburrida de buscar, Allison. Con cada hombre que he estado ha sido lo mismo. Les doy lo mejor de mí y después se marchan o los hecho porque son unos patanes. Ya no sé qué hacer.
—Quizás lo que tienes que hacer es dejar de buscar, amiga. Deja que alguien se la juegue por ti y en vez de jugártela tú por él. Deja que el amor te encuentre a ti.
Javi se quedó en silencio, escuchando y analizando mis palabras.
Recuerdo que me había fijado cómo era Javiera con Logan, y desde un principio noté que ella se mostraba demasiado enganchada con él. Quizás, si no peco de bocona, en una de ésas Logan simplemente se había aprovechado de la situación y yo, como amiga de Javi, no había hecho nada. Nunca le comenté la inquietud que tuve cuando la vi en el auto camino a ver autos para mí. Me quedé callada con algo que, al parecer, podría haber sido una de las razones por las que Logan se comportaba así con ella. Si estaba tan confiado de que mi amiga estaba enamorada de él, tal vez Logan simplemente se sentía demasiado seguro como para imaginar que su poco tino fuera algo importante para mi amiga. Que alegría que se equivocó y que Javi lo había mandado a volar. De verdad creía que eso era lo que ella necesitaba, que un hombre realmente se enganchara de ella y la tratara como a una reina. Pero, por un tiempo, sinceramente creía que lo mejor era que aprendiera a estar sola, a valorar su independencia y su persona. A conocerse ella, a disfrutar de la soltería como yo mucho tiempo lo hice. Debía sanar sus heridas y enfocarse en otra cosa que no fueran los hombres que siempre la rodeaban. Su nueva carrera y sus nuevos amigos podían ser sus mejores aliados, además de tenerme a mí, su casi hermana y compañera de hogar que estaría ahí para recordarle su nuevo propósito, si es que aceptaba mi consejo.
—Puede que tengas razón. Pero es que no sé estar sola, Allison. Ya sabes que siempre hay alguien y así ha sido mi vida.
—Bueno, quién sabe, si me dejas, te podría ayudar.
—¿Por qué el amor tiene que ser tan complicado, amiga?
—Si lo supiera, te daría la explicación. Es una lástima que el amor no funcione como la física. Todo sería mucho más fácil si fuese así, fórmulas y listo.
Javi sonrió y me abrazó.
—Hombres, no puedes vivir con ellos, pero tampoco sin ellos. ¡Terrible!
Abrazadas como viejas amigas, nos fuimos a su dormitorio.
Javiera encendió la tele y con cara de pena, me convenció de que me recostara con ella un rato para acompañarla a ver una película.
Con un ojo abierto y el otro a medio abrir, me mantuve a su lado, consolándola y acompañándola para que pudiera pasar más rápido el mal momento que le hizo vivir Logan.