Epílogo
La historia de la literatura inglesa está poblada de maridos muertos. En ocasiones aparecen como fantasmas, como el Rey de Hamlet, tan atormentado por la sexualidad de su viuda como por su propio asesinato. Otras veces aparecen como hombres vivos que han simulado su muerte para espiar a sus esposas. Chapman, Moliere, Behn y Steele (por nombrar a unos pocos) crean unos maridos que salen a la luz cuando sus viudas toman nuevos amantes. Finalmente están los maridos que sólo existen en la imaginación de sus viudas, porque tanto en libros morales como en tratados didácticos se ha fomentado que las mujeres imaginen los espíritus de sus maridos como entidades siempre presentes, cuyos ojos, junto a los ojos de Dios, lo ven todo.