XXI
Luis entra en el baño y se echa agua en la cara. Necesita relajarse de todo cuanto está pasando. De pronto, en el reflejo del espejo, observa a Verónica que lo mira fijamente.
—Déjame— le dijo muy serio.
—Di mi nombre— dijo Verónica con su característica voz.
Automáticamente, Verónica desaparece y Luis respira hondo. Cierra los ojos, y espera unos segundos. Empieza a entender que esa situación debe terminar y puede que sea la única solución para ayudar a Dafne.
—Verónica…— Respiró hondo y esperó unos segundos—. Verónica—. Volvió a decir, pero nada pasó—. ¡Verónica! — Gritó con furia.