¿PERMITE QUE META LAS NARICES EN SUS ASUNTOS?

Un elefante macho aparta la cola de «su» hembra y… No, no, empecemos de nuevo. Un elefante macho levanta la trompa, aparta la cola de su hembra y… Tampoco. Lo intentaré otra vez: un elefante macho levanta la trompa, echa hacia atrás las orejotas, aparta la cola de su hembra y… Vamos a ver, vamos a ver… Una última vez: un elefante macho levanta la trompa, echa hacia atrás los chuletones, encaja bien los colmillos, aparta la cola de su hembra, ésta levanta una de sus patas traseras y…

Oigan, que no me salen las cuentas: la mayoría de los mamíferos practican el sexo oral, es decir, que acarician, huelen o lamen los genitales de sus compañeros. Pero, a pesar de que las elefantas tienen una vagina importante y un clítoris de 40 centímetros, no consigo imaginar cómo lo hacen. Así que, por favor, ayúdenme ¿vale?: yo pongo el palabrerío y Uds. la imagen.

¿Verdad que la mayoría hemos creído que cunnilingus y fellatio eran declaraciones de amor espetadas en los juegos reproductivos humanos? Je, je. Pues no. Monos, ratas, musarañas, jirafas, hienas y hasta perezosos los practican y no les concedemos romanticismo alguno.

Cuando los hombres hociquean los genitales femeninos o introducen los dedos en la vagina de las mujeres oliéndolos y lamiéndolos después, no están averiguando de dónde viene el viento: están recogiendo información sexual, igual que los simios o los marsupiales.

Generalmente nos gusta creer que un hombre lame a una mujer por lubricante generosidad. Pero no hay una razón intrínseca que haga que una mujer se excite más cuando la lamen que cuando la pisan. En algún momento de nuestros antepasados, hocicar y dejarse hocicar significó interés por fusionar cromosomas, esto es, por fornicar, y simplemente se corporizó excitantemente.

Olor y tacto tienen papeles principales en el comportamiento sexual de los mamíferos. Los olores de uno u otro género, provocados por las hormonas, actúan como estimulantes directos en la localización de pareja, en la elección, en el cortejo, en el apareamiento y en el funcionamiento de los sistemas reproductores.

Los flujos odoríferos son imprescindibles para muchos grupos de mamíferos, aunque el nuestro no goce ya de buen olfato. Quizá por eso los machos humanos hayan de acercarse tanto a nuestros genitales… y nos ha parecido que era amor. Ja.

Aviso, chicas: cuando los hombres nos hacen un cunnilingus, básica y biológicamente están buscando respuesta a tres preguntas: 1) ¿Está esta hembra sana?; 2) ¿Es o está fértil?; y 3) ¿Ha tenido relaciones sexuales con otro macho hace poco?

En relación a la primera pregunta, las enfermedades vienen y van —más con los incontables intercambios de fluidos que la gente practica— por lo que es comprensible hacer de vez en cuando una inspección sanitaria, tanto si se está tramando tener relaciones con una mujer nueva como con una compañera estable.

En relación a la segunda, el olor de todas las hembras es claramente diferente según las fases del ciclo menstrual. Les ahorro, por guarros, los detalles de un estudio hecho con tampones que varias mujeres llevaron puestos durante las distintas fases del ciclo y que fueron olfateados, a modo de cata ciega, por una comisión de «expertos». El estudio concluye que el olor que resulta más agradable a los hombres es el del periodo fértil; el más desagradable, el del periodo de menstruación. ¿Adivinan por qué? Bien.

Una vez que el macho obtiene pruebas de salud y fertilidad, necesita saber si la hembra ha estado con otro macho recientemente, pues de ello depende: a) la cantidad de espermatozoides que debe producir: sí, sí, los hombres «ajustan» la cantidad de esperma que eyaculan en cada ocasión, pues en el caso de que la hembra haya tenido relaciones sexuales con otro, estará metido de glande en una «guerra» espermática, de la que quiere salir, lógicamente, vencedor; y b) en caso de esposa, saber si ha sido astado, que no es moco socialmente.

Aun cuando el hombre no logre lamer consciente e inmediatamente la infidelidad de su pareja, su cuerpo está obteniendo información. De ser muy sensible, estaría siendo condicionado para comportamientos posteriores. A medio plazo podría valorar la necesidad de vigilar más a su hembra o de buscar otra compañera: «Tener la mosca detrás de la oreja», vaya. A largo plazo, juzgar la conveniencia de abandonarla. Pero en realidad no suele haber sensib… estooo, peligro. Todavía siguen creyendo que el sexo oral es sólo para penetrarnos mejor después.

Perdón, suena el teléfono…

Lo lamento, quería extenderme un poquito más pero ha llamado mi novio, que hace tiempo que no nos vemos y que viene, así que lo dejaré aquí. Compréndanlo, tenemos asuntos en los que meter las narices.