PRIMERAS NOTICIAS SOBRE MIGUEL DE CERVANTES

Tras un breve período en la ciudad cordobesa de Cabra, donde era alcalde el tío de Miguel, Andrés, quien había heredado la alcaldía de su padre, Rodrigo vuelve a Alcalá junto a su esposa, quien acaba de recibir una herencia por la muerte de su madre. En 1566, vemos a la familia Cervantes ya al completo instalada en Madrid, cuya capitalidad había sido proclamada por el nuevo monarca Felipe II en 1561, y donde por primera vez los Cervantes van a vivir con cierto desahogo económico.

A partir de este momento empezamos a encontrar los primeros indicios documentales del paso de Miguel de Cervantes por este mundo. Hasta ahora, toda la documentación encontrada se refería solamente a sus familiares, especialmente al padre y al abuelo. Pero en 1567, cuando Miguel tiene veinte años, nos encontramos por primera vez con algo que nos habla de él, y esos primitivos indicios son, como no podía ser de otra manera, literarios. Con ocasión del feliz alumbramiento de la reina Isabel de Valois de su segunda hija, la infanta Catalina Micaela, existe un soneto encabezado con el nombre de Miguel de Cervantes dedicado a este nacimiento real; suponemos que el soneto debió significar el debut de este joven aprendiz de escritor y poeta en el escenario literario de la nueva villa y corte.

En este momento entra en escena un personaje que va a ejercer cierta influencia en la vida de los Cervantes y de Miguel en particular: Alonso Getino de Guzmán. Antiguo bailarín y músico que trabajó en la compañía teatral de Lope de Rueda y viejo amigo del padre de Miguel desde los infortunados tiempos vallisoletanos. Getino, que también se trasladará como Rodrigo de Sevilla a Madrid, consigue un puesto importante como organizador de fiestas y espectáculos, de las que a partir de este momento disfrutarán los madrileños con toda la pompa que requería ser la sede de la Corte del rey Felipe II. Uno de estos actos que se organizaron para agasajar a los monarcas y de cuya organización se encargó Getino, fue precisamente la celebración del nacimiento de la infanta antes citada. Como se solía hacer en este tipo de acontecimientos, se levantaron por toda la ciudad arcos triunfales de arquitectura efímera sobre los cuales se dispusieron tondos con versos laudatorios, entre los cuales estaba el soneto compuesto por Cervantes antes aludido. Alonso Getino de Guzmán se va a convertir en un asiduo visitante de la casa de los Cervantes y en gran amigo de Miguel, a quien posiblemente introdujo en los círculos literarios cortesanos.

Isabel de Valois fue una de las reinas más queridas de la historia de España. Hija del monarca francés Enrique II y de Catalina de Medicis, fue la tercera esposa de Felipe II. El pueblo la lloró mucho cuando murió y Miguel de Cervantes le dedicará cuatro poemas funerarios, unas de sus primeras obras escritas de las que tengamos noticia. PANTOJA DE LA CRUZ, Juan. La reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II (h. 1605). Museo del Prado, Madrid.

Sabemos que Miguel estudió en el colegio fundado por el humanista Juan López de Hoyos, a quien se le ha atribuido una filiación de tipo erasmista que pudo influir en el espíritu del joven Miguel, a quien le trata de «muy caro y amado discípulo».

Más tarde, Cervantes escribirá cuatro poemas laudatorios, pero esta vez funerarios, por la muerte de la joven y muy amada reina Isabel de Valois, acaecida el 3 de octubre de 1568, al dar a luz un hijo también muerto. Estos cuatro poemas iban incluidos en una relación oficial de las exequias a cargo precisamente del profesor de Miguel, Juan López de Hoyos, que serán publicados justo un año más tarde, cuando Miguel ya no se encuentre en Madrid.