La industria del miedo. La semana pasada se inauguró en París el Salon du Bourget, la gran feria internacional de armamento. Uno de los artículos de mayor éxito fue el Cogito 1002, fabricado por SDS. Es una especie de quiosco blanco en el que se mete a los viajeros en los aeropuertos para interrogarlos, al tiempo que se les obliga a poner la mano en una superficie que funciona como lector de bioinformación. Las reacciones corporales a las preguntas, recogidas por Cogito 1002, indican si la persona es o no sospechosa. Ya está en uso en los aeropuertos estadounidenses. Preparado para la exportación. Si pudiéramos conseguir uno para aquí, podríamos jugar a algo con los guardias: ¡les fascinaría!