Mi guapo:
Fui a ver a tu madre. Teniendo en cuenta las circunstancias, no está mal. Cuando entras en su casa, todavía tienes la sensación de que la besas directamente en la boca.
La cocina estaba impoluta; las contraventanas del dormitorio entornadas para mantenerlo fresco. Me pidió que le leyera una carta que le había escrito tu hermano desde Covas. De joven, dijo, no me importaba tanto ser analfabeta, porque la gente hablaba de las cosas importantes, pero hoy son muchas las cosas que suceden en silencio, y tienes que saber leer para enterarte de lo que se está decidiendo.
Le leí la carta en voz alta. Parece que a tu hermano no le va mal en Covas; está haciendo dinero y amigos. Pero probablemente diría lo mismo aunque no fuera así. Pasada una edad, muchos hombres tratan a sus madres como si fueran niñas pequeñas; y en eso se equivocan. Las madres, analfabetas o letradas, pueden con todo.
Tomamos té verde y hablamos de ti.
¿Ha adelgazado mucho?
No lo he visto, madre.
Está bien, seguro. Lo sabría si no, dice.
Se va al dormitorio. Oigo su respiración fatigosa. Vuelve a la cocina con algo envuelto en papel de seda color ciclamen. Me lo da para que lo desenvuelva, y así lo hago, lentamente. Es un anillo de lapislázuli. El lapislázuli pertenece al grupo de los silicatos. Si quieres, guapo mío, te digo su fórmula (Na, Ca)8(AlSiO4)6(SO4, S, Cl)2.
¿Brillan más las piedras preciosas de las mujeres mayores que las joyas de otras mujeres? Puede que sí. Las joyas que llevaron de jóvenes retienen el brillo que ellas mismas tuvieron. Como los destellos de ciertas flores inmediatamente después de ponerse el sol.
En la cocina de tu madre, su lapislázuli azul oscuro brilla en la palma de mi mano.
Guárdemelo usted, le digo.
A Xavier le gustaría que te lo diera hoy, me anuncia.
Han postergado nuestro derecho a casarnos, le recuerdo.
Tomando la sortija, la introduce en el anular de mi mano izquierda. Yo hago un gesto con la mano, como si acariciara la cabeza de un perro.
Y tu madre contiene la respiración, recordando en la calma inmensa de su cuerpo que hace cincuenta años hizo el mismo gesto con el mismo anillo en la mano.
A.