El maestro (a quien uno de los guardias le rompió el otro día las gafas) nos citó esto: «Entre las cosas más bonitas que ya no vemos están la luz del sol, las estrellas rutilantes en una noche oscura, la luna llena y las frutas del verano: las peras, las manzanas, los pepinos maduros». Escrito ayer mismo, como si dijéramos, añadió el maestro, hace tan solo dos mil quinientos años.