CANCIÓN DE UN ESCRIBA EGIPCIO DE LA VI DINASTÍA

Cuando te conocí

eras un joven tímido y delgado

que te sentabas siempre en los peldaños de la escalinata

de la plaza de Memfis

a escuchar a los viejos artesanos y a los cinceladores

y tus ojos brillaban igual que los del zorro

cuando oías hablar de los enormes templos de Sakkara

de la hermosa pirámide que conserva los restos

del Faraón Zóser

y de Imhotep su autor hijo de Ptah y Sejmet

adorado como ellos desde el Gran Mar a Lischt.

Nos hicimos amigos y muy pronto

ya estabas explicándome tus primeros proyectos

para cambiar la forma de calles y edificios

y para ello buscaste las manos más expertas

contratando geómetras

y dibujantes suaves como cisnes

y me encargaste a mí

que tradujera en signos mis sueños y obsesiones

y te ilustrara sobre el arte antiguo.

No pasó mucho tiempo sin que audaces mastabas

y edificios insólitos y esbeltos

proclamaran muy alto en la ciudad y el valle

tu nombre hecho ya piedra

y nosotros tus ojos tus manos tu memoria

te seguimos unánimes

pues nos apasionaba la armonía.

Ahora ya han transcurrido varios años

trabajas duramente duermes mal

estás siempre nervioso y hostigándonos

gritas como una perra

te sofocas lo mismo que un esclavo

tienes prisa y temor de estar envejeciendo

porque ansias más gloria y más poder

a pesar de que el mismo Faraón te ha llamado

para que construyamos su palacio en el río.

Pero eras un artista todavía

por eso aguanté un poco quede claro.

(de Bajo tolerancia)