Diez principios para la nueva familia[18]

 

Para concluir con este aporte, me gustaría compartir algunos principios que pueden ayudarte en el desarrollo del ensamblaje familiar y la apropiación de un espíritu de adopción. Estos consejos los aprendí de Jim Burns, un gran especialista en temas de familia y que tiene una capacidad como escritor y orador envidiables. Cuando conocí a Jim en una conferencia pude ver en él una persona llena de sensibilidad hacia el desafío que presentan las familias en el día a día. Pude ver en él lo que necesitamos los padrastros y madrastras para adentrarnos en este desafío: confianza y amor. Por eso, quiero cerrar este libro con diez principios que él puntualizó en uno de sus libros sobre familia (tiene decenas) y que me sirvieron en mi experiencia personal como padrastro; a cada uno le agregaré una posible interpretación para los padrastros y madrastras.

 

1. El poder de estar presente: los hijastros consideran nuestra presencia como una señal de cuidado y conexión. Los tiempos significativos con ellos pueden hacer una diferencia en la relación y el proceso vivencial que llevan a cabo juntos.

 

2. Expresa afirmación, cordialidad y aliento: la vergüenza es una de las peores armas que podemos utilizar como padrastros. Nunca tendrá el efecto positivo, sino que hundirá más su desarrollo emocional. La afirmación, la cordialidad y el aliento son las armas que permiten que nuestros hijastros crean en su potencial.

 

3. Desarrolla la moralidad y los valores saludables: las decisiones que tomen nuestros hijastros hoy repercutirán en su futuro. Tener una base o fundamento en la vida nos marca un camino seguro y es una columna sobre la cual aferrarnos en los momentos difíciles. No dejemos de enseñar valores a nuestros hijastros, no necesariamente en formato de sermón sino en formato vivencial, es decir, experimentándolo en la vida cotidiana. Enseña valores y solo si es necesario alguna vez, transmítelos oralmente.

 

4. Cumple tus compromisos y enseña a cumplirlos: cuando asumimos compromisos estamos transmitiendo que le hemos dicho que “sí” a algo y “no” a otras cosas. Para ejemplificar esto en una frase: “Que tu sí sea sí y tu no, no”. Esto también debe ser transmitido a los hijastros; además, deben saber que no cumplir los compromisos traerá consecuencias negativas.

 

5. Elimina el estrés a toda costa: cuando descuidamos alguna esfera de nuestra vida, el estrés se filtra y hace estragos. Los padrastros y madrastras debemos tomarnos tiempos de esparcimiento y desconexión familiar para poder darles oxígeno a nuestras emociones y pensamientos.

 

6. La comunicación es clave: el lenguaje del amor es uno de los mayores comunicadores para nuestros hijastros. Es más importante hacer que hablar en nuestro rol.

 

7. La recreación es necesaria para una familia bien unida: aun siendo los chicos niños o adolescentes es importante salir a divertirse. Con mi esposa llevábamos a los chicos a jugar juegos como las escondidas, fútbol o juegos de mesa a la playa o algún lugar donde hubiese espacio. Es muy importante divertirse juntos para descomprimir las posibles tensiones. Alguna vez escuché que en el juego se conoce a la persona realmente. Aprovechemos estos tiempos, y si no existen debemos crearlos.

 

8. Ama a tu pareja/cónyuge: cuando los hijastros ven un matrimonio o pareja amorosa, sienten seguridad y esperanza. Cuidar de nuestra relación de pareja es esencial para el fortalecimiento de la familia.

 

9. Las mejores cosas de la vida no son las cosas: tus hijastros van a romper cosas y esto te hará enojar, seguramente. Pero recordemos: las cosas son cosas. Muchas veces cuidamos más las cosas que las personas. Que nada pueda alejarte de las personas que ahora forman parte de tu círculo familiar. Por otro lado, enseña que el esfuerzo por conseguir las cosas es importante y que no todo es gratis. Esto les permitirá comenzar a cuidar y a ser buenos administradores.

 

10. Fortalece el crecimiento espiritual de tu familia: quizás, uno de los mayores desafíos que tenemos como padrastros y madrastras es dejarles a nuestros hijastros un legado espiritual. Un legado basado en el cuidado, el respeto y la valoración del otro, así como también en la capacidad de autovalorarse y desarrollar todo el potencial que tienen para hacer el bien.

 

18 Adaptado de Jim Burns, Diez principios esenciales para una familia feliz, Editorial Unilit, Miami, Florida, 2005.