Agradecimientos
No es fácil transformar las aspiraciones de una autora novel en el maravilloso libro que tienes entre manos. Aun a riesgo de olvidarme de personas que merecerían una mención, empezaré diciendo que me gustaría darle las gracias a mi editora, Deb Werksman, por su paciencia y su apoyo desde el primer momento, y a mi agente, Kevan Lyon, por su aguante con una autora que posee más entusiasmo que experiencia en la industria (por el momento). Al departamento de Arte, al de Marketing y al de Corrección y Edición, sin olvidar a los asistentes editoriales y a muchas otras personas que también han colaborado.
También quiero darle las gracias a mi familia, ahora y siempre, porque gracias a la importancia que dan a la educación y a la imaginación he desarrollado la suficiente como para escribir El heredero. ¡Espero que lo disfrutéis!
Dedicado al difunto Norman H. Lampman,
la primera persona que de verdad me ayudó a escribir.
Y a todas las familias, sean del tipo que sean, que saben quererse.
Pero, sobre todo, a la familia que me quiere a mí.