Notas

[1] «Fue un craso error tener hoy, incluso en el programa de las escuelas de grado medio, reservadas a la gimnasia solamente dos horas por semana, y esto incluso sin carácter obligatorio. No debería transcurrir un sólo día sin que el adolescente deje de consagrarse, por lo menos durante una hora por la mañana y durante otra por la tarde, al entrenamiento de su cuerpo mediante deportes y ejercicios gimnásticos». (Adolfo Hitler, Mi lucha, 1925-1928, capítulo II, «El Estado»). «El Estado procurará elevar el nivel general de la salud de la nación amparando a las madres e infantes, prohibiendo el trabajo de los niños, aumentando la eficiencia corporal mediante la gimnasia obligatoria y los deportes y apoyando sin restricciones a los clubes fundados con el objeto de promover el mejoramiento físico de la juventud». (Adolf Hitler, Mi lucha, 1925-1928, punto 21 del programa). <<

[2] Benedetto Croce, La letteratura della nuova Italia, I, pág. 164. <<