HUMMUS
10 raciones
3 dientes de ajo
1 frasco de garbanzos en conserva (unos 400 g, peso escurrido)
El zumo de medio limón
3 cucharadas de tahini
½ vasito escaso de aceite de oliva
Pon los garbanzos en un escurridor y enjuágalos bien. Un consejo: si tienes paciencia y un ratito, pélalos de uno en uno. Es muy fácil, basta con apretarlos entre los dedos y la piel sale sola; si te tomas la molestia el humus quedará mucho más fino. Con piel o sin ella, pon los garbanzos y el resto de los ingredientes en el vaso de la batidora, añade la mitad del aceite y tritura bien. Tendrás que parar de cuando en cuando para raspar las paredes, porque la pasta puede quedar demasiado espesa. En caso de necesidad agrega el resto del aceite. Rectifica de sal, transfiere a una fiambrera y refrigera; se conserva una semana sin problemas. Puedes utilizarlo para hacer sándwiches, untado en crackers o como relleno para verduras frías.
El tahini es una pasta de semillas de sésamo que encontrarás en grandes superficies y en las tiendas de dietética. Una vez abierto el frasco se conserva mucho tiempo en la nevera. La mala noticia es que es bastante calórico (100 g de nada son un chute de 600 calorías); la buena es que aporta cero colesterol y montones de calcio y potasio. No sólo sirve para este plato, claro: prueba a utilizarlo también como salsa para verduras (al calentarlo adquiere una consistencia cremosa) o como parte de un aliño para ensaladas.
necesita refrigeración
necesita microondas/ termo
se puede congelar
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se puede preparar con antelación
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requiere fiambrera