«Chocolate que no tiñe claro está»

El bueno de Bastús, en su libro ya citado y refiriéndose al desayuno habitual de los hombres de su época, escribe citando el refrán, hoy desconocido, que figura en el título:

«Modismo jocoso, usado familiarmente, que equivale a decir: cosa que apenas da muestras de su esencia, valdrá poco, será bien insignificante.

»¿Qué se tomaba para desayuno antes que se conociera el chocolate?

»Una taza de caldo o cazuela de sopa los unos, un vaso de leche los otros, mojando tal vez en ella un bollo o pedazo de torta o pan pintado, uno o dos huevos frescos pasados por agua, un poco de vino o aguardiente, con una rosca o zoquete de pan otras gentes; y una tostada o fruta de sartén, unas migas o unos torreznos con alguna fruta, ciertas clases acomodadas.

»Hemos leído que el fecundo Lope de Vega, antes de comer los torreznos, que era como si dijéramos ahora tomar chocolate, había compuesto ya algunas veces un acto de sus comedias.

»Los torreznos son unos pedazos de tocino de la nalga o pernil, fritos. Se llamó torrezno, o torrendo, porque se tuesta y se asa en el fuego, etc.

»En cuanto a las migas, todo el mundo sabe que son pedacitos o migas de pan, fritas con aceite o manteca, más o menos condimentadas.

»Los griegos daban el nombre de acratismo a su desayuno, seguramente porque consistía en comer un poco de pan mojado en vino puro, que esto viene a significar aquel nombre.

»Los romanos llamaban a esta ligera comida ientaculum. Surgite, iam vendit pueris ientacula pistos. Cristatoeque sonant undique Iucis avis. (Marcial, Epigrama 223, libro 14).

»Y San Isidoro, en el libro 20, capítulo 2, dice: Ientaculum est primus cibus, quo ieiunium solvitur, unde et nuncupatum.

»Del ientaculum nació el cantar castellano, que en lenguaje antiguo era lo mismo que desayunarse, almorzar, comer.

»También llamaban los romanos morsus al desayuno, nombre que en la baja latinidad equivalía a bocado o corta comida, porque a la verdad no se comía más que un bocado, y este nombre latino se dijo luego en castellano muerzo, y después muesso, hasta que más adelante se le añadió el artículo árabe o morisco al y se hizo el sustantivo almuerzo, y de éste el verbo almorzar.

»Descubrióse la América, conquistó Cortés a Méjico, y por primera vez tomaron chocolate los españoles en la corte de Moctezuma el año 1520, y en la que se usaba por el emperador y demás señores de ella de tiempo inmemorial.

»Aquel chocolate, sin embargo, distaba mucho de ser como el que nosotros tomamos. Aunque tenía también por base la almendra tostada y molida o machacada del cacao, el chocolate mejicano no era más que una fuerte infusión teiforme de dicha almendra, batida hasta el extremo, en una especie de chocolateras, y servida enseguida, trasformada casi en espuma, en unas grandes tazas o vasos al final de la comida.

»El árbol del cacao, privativo un día de América, a cuyo fruto daban aquellos naturales el nombre de cacahoalt, y del cual hicieron nuestros españoles el de cacao, era un signo monetario de que se servían muchos pueblos del Nuevo-Mundo en sus transacciones mercantiles, uso que no se halla aún del todo desterrado en algunos países.

»Pertenece este árbol, parecido a un cerezo, a la clase poliadelfia decandria del sistema sexual de Linneo, y a la familia de las malváceas del sistema natural de Jussieu.

»Dio Linneo al cacao el nombre más pomposo que pudiera aplicársele; llamóle theobroma o theoboroma; es decir, comida de los dioses, que esto significa este nombre de composición griega.

»Conocido el chocolate por Hernán Cortés y sus compañeros, hicieron en un principio sólo uso de él los españoles, hasta que luego le fueron propagando; y esta bebida mejicana, perfeccionada y variada hasta cierto punto con la adición de la canela, de la vainilla y del azúcar, era ya común en nuestro continente a últimos del siglo XVI.

»Se supone que el nombre chocolat, que daban los mejicanos a la bebida o infusión del cacao, del cual hicimos nosotros el de chocolate, se formó de choco, que en antiguo dialecto mejicano significaba cacao, y de late, agua, es decir, cacao disuelto en agua, o agua de cacao.

»Con el conocimiento de este precioso fruto y propagación del chocolate fueron cambiando insensiblemente las costumbres en Europa, y ya en el día el desayuno general es el chocolate, como que para su fabricación se consumen anualmente de veinte a treinta millones de libras de cacao, de ese manjar divino de Linneo».