Agradecimientos
Agradezco profundamente el amor y el apoyo de mis padres, que no se parecen en nada a los de Anna. Mi padre, Alan Harnisch, es uno de los hombres más buenos del mundo, y mi madre, Diane Harnisch, es una especie de leyenda local por su energía, sus agallas, y sus habilidades de organización. Todo éxito que yo haya podido tener se ha construido sobre los cimientos que ellos me han dado.
Muchas gracias a mis preciosas hermanas, Kerry Hughes y Tracey Fitzgerald, mis dos mejores amigas. Mucho amor para mis increíbles abuelas, Bertl Reis y Gertrude Breidenbach. Gracias a Laurie Harnisch por su consideración y su entusiasmo.
El enorme, enérgico e incondicionalmente afectuoso clan Leotta es una fuerza de la naturaleza, y soy afortunada de formar para de él. Gracias a John, Carol, y Barbara por ser mi segunda familia. Con frecuencia, tanto si estoy escribiendo como educando a mis hijos, intento dejarme guiar por lo que habría hecho mamá Eileen.
Me siento increíblemente agradecida por el consejo y apoyo de Diana Amsterdam, escritora de gran talento y mi hada madrina literaria. Su temprana orientación dio impulso a esta historia y la hizo publicable.
Gracias a mis buenos amigos y primeros lectores, Jenny McIntyre, Jeff Cook, Eric Gallun y Lynn Haaland. Vuestros ánimos, vuestros consejos y vuestras risas (tanto conmigo como a mi costa) han sido cruciales. Y gracias a Michelle Zamarin, a Steve Spiegelhalter y a Meg McCoy por hacerme quedar bien.
Gracias al doctor Edward Uthman por compartir su pericia en procedimientos forenses. Gracias a Long Nguyen por su talento y por su extraordinaria generosidad. Gracias a Julie Buxbaum, autora de The Opposite of Love, por su inspirador estilo y su amabilidad para con los extraños… Continuaré con esa cadena de favores.
Los hombres y mujeres que trabajan en la Oficina del Fiscal Federal de D. C. y en la Policía Metropolitana son héroes de carne y hueso. Me siento orgullosa y honrada de formar parte de ese equipo. Gracias a Kelly Higashi, jefa de la Sección de Abusos Sexuales y Violencia Doméstica de la Oficina del Fiscal Federal. Las víctimas de estos crímenes no podrían pedir una abogada más entregada, ni yo una jefa más generosa. Igualmente, le estoy muy agradecida a Channing Phillips por su ecuanimidad y su paciencia.
Mi historia presenta a un abogado defensor ficticio, pero el Distrito de Columbia tiene suerte de contar con dos excelentes Oficinas del Abogado de Oficio. Algunos de los mejores abogados de Estados Unidos renuncian a lucrativos sueldos de bufetes para trabajar ahí representando a clientes indigentes. Su labor es un auténtico servicio público.
Gracias a mi fabulosa agente, Elaine Koster, y a su infatigable colega, Stephanie Lehmann. Vuestra inagotable entrega ha hecho de esta una novela mejor, y de mí una escritora mejor. Gracias también por ponerme en las talentosas manos editoriales de Lauren Spiegel, de Touchstone Fireside, que combina una afilada perspicacia literaria con una calidez efervescente y genuina. Lauren, has pulido este libro a la vez que me has hecho sonreír, y he adorado cada minuto que he trabajado contigo. También me emociona estar trabajando con Stacy Creamer, la mujer que hace que todo sea posible.
Esta novela no existiría sin la participación del hombre más inteligente y honesto que conozco: mi marido, Michael Leotta. Su constante apoyo, su insistencia en la excelencia, y sus sabias correcciones han transformado mi sueño en este libro. Mike, has hecho muchísimas cosas, y de muchas formas, para darle vida a esto. No tengo suficientes palabras para agradecértelo, así que simplemente te diré: «Has hecho realidad todos y cada uno de mis sueños. No podría haber hecho esto sin ti. Te quiero».