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Aportes de campaña
El sol vespertino entraba a raudales por los cristales de las ventanas de las oficinas que pertenecían al estudio profesional de Alejandro Capdevila, situado en el séptimo piso del edificio Las Codornices, al norte de la ciudad. El candidato gozaba ya de seguridad proporcionada por el Estado; razón por la cual cada uno de los miembros de su equipo íntimo -incluida Beatriz que llegó al último- debieron identificarse con el jefe de la escolta, quien todavía no los conocía.
Una vez instalados todos alrededor de la mesa de reuniones, Carlos Maldonado hizo un pequeño resumen de cómo la prensa había recogido la intervención de Alejandro en la Plaza de Toros y su posterior caravana motorizada; a continuación, Rodrigo Avilés se refirió a las últimas encuestas que había contratado con la empresa “Medidas de Opinión” y las contrastó con los resultados de otras encuestas, éstas últimas, independientes. Todas le daban a “Cap” una amplísima ventaja de, aproximadamente, treinta puntos, lo que hacía prever una muy cómoda ganancia en la primera vuelta.
Alzando su taza de café, Oswaldo Rojas dijo:
―Salud, “Presidente”. Creo que esto no lo para ni el muro de Berlín.
Con seriedad, Alejandro replicó:
―Me alegra tu optimismo, y que, según veo, todos los aquí presentes comparten. Pero nosotros debemos trabajar bajo el supuesto de que Zambrano está adelante y que tenemos que superarlo.
―Alejandro tiene razón―, replicó Beatriz―. Un exceso de optimismo puede ser fatal.
Opinión que, con un gesto de cabeza, compartió Rodrigo
―Quiero, Oswaldo y Martín, que sepan que le he pedido a Beatriz que se haga cargo, obviamente con ustedes dos, del manejo y revisión de los aportes de campaña. No sólo que seis ojos ven mejor que dos, sino que mi mujer tiene una especial facilidad para el manejo de los números. A ver si se ponen de acuerdo y empiezan ese trabajo lo más pronto posible.
―Encantado de contar con la ayuda de Beatriz en ese tema. Martín, por favor, le entregas a Beatriz toda la documentación― y dirigiéndose a Beatriz, le dijo―, así tú la puedes revisar y me dices si hay algo que requiera de alguna explicación. Creo que Carlos te puede ayudar.
El procedimiento quedó, de esta manera, acordado. Martín le entregaría toda la documentación a Carlos, quien se reuniría con Beatriz al día siguiente y empezarían a revisar el tema financiero; algo que alegró enormemente a Carlos en vista de que se le presentaba la oportunidad de aprender algo más sobre el manejo de una campaña política. “En realidad”, pensó, “cuando apliqué para esta pasantía, jamás me imaginé que iba a tener tanta suerte”.
Quien no se puso para nada alegre fue Oswaldo quien, para sus adentros, buscaba alguna explicación a este pedido de Alejandro. “¿De dónde viene este súbito interés por el financiamiento de la campaña, cuando jamás quiso meterse en este tema? ¿Será que sospecha que hay algo turbio?. No, no lo creo. Además, los encargados de vigilar los aportes de campaña para los dos candidatos, en el Tribunal Electoral, han sido debidamente comprados, de forma tal que por allí no hay ningún riesgo. ¡Bah!, en definitiva, no creo que haya por qué preocuparse. Debo, más bien, tranquilizar a Rodrigo y a Martín, que les vi que pusieron cara de pocos amigos cuando Alejandro soltó esta bomba”.
Antes de finalizar la reunión se decidió, además, que Oswaldo y Rodrigo harían una revisión final de la lista de candidatos al Parlamento que tendría que ser inscrita la siguiente semana, habida cuenta de que Alejandro ya había dado su visto bueno a la lista inicial.