Otros métodos para favorecer la movilidad

El balanceo es importante para restablecer el funcionamiento visual correcto, y se practicará lo más posible.

Existen, sin embargo, otros mecanismos para cultivar la costumbre de la movilidad, e indirectamente, de la fijación central. Veamos algunos de ellos.

Lanzar hacia arriba una pelota con la mano derecha y tomarla al caer con la izquierda. Un ejercicio mejor, es tener una pelota en cada mano y lanzar la de la mano derecha y, mientras está en el aire, pasar la pelota de la mano izquierda a la derecha recogiendo la que cae con la izquierda. Gracias a este malabarismo, podemos imprimir a la pelota un ritmo fácil y continuo que no hay cuando se usa una sola pelota. Los ojos deben seguir la pelota lanzada al aire por la mano derecha en todo su trayecto, hasta que cae y es recogida por la otra mano (no debemos fijar la vista en el cielo esperando que la pelota entre en el campo visual).

Después de practicar este ejercicio, un receso provocará un enorme descanso y relajación de los ojos.

También puede hacerse este ejercicio al aire libre, no sólo para favorecer el movimiento de los ojos, sino también para fijar hábitos dé tolerancia a la luz.

Se recomienda empezar lanzando la pelota sobre un fondo oscuro, un árbol, por ejemplo. Luego, se cambia de lugar y se observa el recorrido de la pelota sobre zonas de cielo poco iluminadas. Pensando en cosas vagas, observemos el ascenso y la caída, parpadeando continuamente. Luego, cuando los ojos y la mente se han acostumbrado a la luz, iremos a otro lugar para que la pelota se mueva en un fondo más brillante. Las últimas veces podemos lanzar la pelota casi frente al sol.

Los dados también pueden ser útiles para restablecer la movilidad de los ojos y de la mente, sin la cual es imposible la fijación central y, en consecuencia, la visión normal. Tirar tres o cuatro dados sobre la mesa, dirigir velozmente la mirada de uno a otro y, luego de un segundo, cerrar los ojos y decir los números que aparecían en las caras superiores. Si el ejercicio se realiza entre dos personas (como debe ser cuando se trata de niños), un instructor lanzará los dados, le dará al niño un segundo para que los mire, los cubrirá con su mano y preguntará cuáles fueron los números aparecieron. Este mecanismo facilita el rápido desplazamiento de la atención y de los ojos, estimulando la interpretación mental, como se describirá al ocuparnos del "centelleo".

También el dominó puede ser utilizado para destruir el hábito de fijar la mirada y para poner los ojos y la mente en estado de movilidad. Preferentemente se necesita un juego de dominó que llegue al nueve doble o hasta el doce doble. Debemos ubicar al azar las fichas del dominó en tres filas de 8 a 10 sobre la tapa de una caja de cartón, pegándolas sobre éste para que la tapa se pueda mover sin miedo a que se caigan las fichas. Después, colocaremos la tapa sobre el borde de una mesa, de manera que el grupo de fichas quede frente a nosotros, y sentémonos a una distancia adecuada. Si la visión lejana está más allá de nuestras posibilidades, moveremos la tapa hasta que las fichas se puedan ver sin ningún problema, aumentando la distancia a medida que la visión mejora. Ahora, tan rápidamente como se pueda, diremos los números de las mitades superiores de la primera hilera de fichas y después los de las mitades inferiores. Más tarde, los de las mitades superiores e inferiores de las otras hileras, y así sucesivamente. Esto se realiza sin tener un pensamiento concreto, con la mente relajada, y los ojos en movimiento desde una ficha a la otra parpadeando con frecuencia. Debemos cerrar los ojos un momento entre cada fila. Luego, volver a empezar diciendo el números de puntos, primero en cada línea horizontal de cada figura en las mitades superior e inferior de las fichas, después, en cada línea vertical, luego en las diagonales. Más tarde se complica un poco el procedimiento, ya que debemos sumar el número total de puntos en las líneas verticales de las figuras superior e inferior de cada ficha, considerada en su conjunto.

Estos procedimientos con el dominó, que tienen valor en todos los casos de visión defectuosa relacionado con el esfuerzo y la fijación de la mirada, son muy útiles en los casos de astigmatismo, junto con otros ejercicios que se describirán en el capítulo sobre "ojeada".

Hay astigmatismo cuando el radio de curvatura de la córnea no es idéntico en todos los meridianos. Los rayos luminosos se concentran y pasan por este medio deformado en forma irregular. En muchas personas, este proceso muestra bastantes variables. Los anteojos fijan la córnea en el estado en que se encontraba la deformación cuando se realizó el examen oftalmológico. Por esto, existen pocas esperanzas de mejoría cuando se usan lentes.

Pero si la gente que padece de astigmatismo elimina sus lentes, aprendiendo el arte de la relajación pasiva y dinámica, además de cultivar los hábitos de movilidad mental y ocular, puede hacer mucho para disminuir o eliminar su incapacidad. Las fichas del dominó son muy fáciles de ver, y por esto, el veloz desplazamiento de los ojos mentales, auxiliado por los ejercicios con estas fichas, se realiza casi sin trabajo. La tensión baja, y al mismo tiempo, como los ojos se mueven de un lugar a otro, se produce un gran número de actos de sensación relajada a través de todas las partes de la córnea. Este ejercicio, parece actuar como un "planchado" sobre las deformaciones de la córnea. No se sabe cómo ocurre, pero si la incapacidad se originó en tensiones mentales y musculares, no es de extrañarse que la incapacidad desaparezca cuando el paciente haya aprendido el arte de la visión y de la percepción. De cualquier manera, no hay duda de que las personas con astigmatismo ven mejor luego de los ejercicios con las fichas de dominó. Como los viejos hábitos de funcionamiento visual son reemplazados por otros mejores y nuevos, la mejoría tiende a ser permanente.

El "planchado" puede acelerarse por medio de un procedimiento que podemos considerarlo como una forma concentrada de los ejercicios con las fichas de dominó. Tomar la tapa en que están fijadas las hileras de fichas, teniéndola con ambas manos a 8 o 10 centímetros de distancia, y moverla de un lado a otro horizontalmente. Este movimiento no superará los 20 centímetros, e irá acompañada por un movimiento equivalente de la cabeza pero en dirección contraria. Así, cuando la tapa se mueva hacia la izquierda, la cabeza se llevará ligeramente hacia la derecha y viceversa. No se hará ningún esfuerzo para ver los números de cada ficha. El movimiento conjunto de la tapa y de la cabeza serán suficientes para crear la ilusión de que no se trata de puntos separados, sino de líneas continuas y creadas por el ficticio movimiento de los puntos. Después de un par de minutos, este desplazamiento horizontal puede cambiarse de dirección, haciéndolo ahora en un plano vertical. Mantener la tapa con su eje largo en ángulo recto con el suelo, y moverla de arriba hacia abajo, acompañando este movimiento con uno de la cabeza en la dirección opuesta, igual que en el caso de la oscilación horizontal.

Estos ejercicios podrán parecer extraños y sin razón, pero es un hecho que (unido con los otros procedimientos descritos), ayudan a mejorar la visión de los individuos con astigmatismo, primero, temporalmente,y luego, en forma permanente.