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Super Mario World

Comenzaba la década de los noventa y Nintendo llegaba tarde a la nueva generación de consolas de 16 bits… Sega había comercializado su Mega Drive dos años antes y empezaba a expandir su mercado, muy especialmente en Norteamérica. Ante esta complicada situación Nintendo tenía que contraatacar no solo con una consola igual de potente, sino también con un videojuego que lanzase esta nueva máquina a lo más alto en la lista de ventas. Por tanto, Nintendo, tras el enorme éxito conseguido por Super Mario Bros. 3, volvió a confiar una vez más en Shigeru Miyamoto, que, con Takashi Tezuka en la dirección, consiguió crear el que sería el juego de plataformas definitivo en dos dimensiones, y que ha vendido más de 20 millones de copias en todo el mundo: Super Mario World.

La historia de Super Mario World no es diferente a la del resto de los títulos que ha protagonizado el simpático fontanero hasta la fecha: como siempre, Mario y Luigi deben rescatar a la princesa Peach, que ha sido secuestrada por Bowser. La dinámica del juego tampoco varía demasiado respecto a las entregas anteriores: debemos avanzar por niveles de dificultad creciente sorteando todo tipo de obstáculos, contando para ello con las setas que nos hacen crecer, la flor gracias a la cual podemos disparar, y la estrella que nos hace invulnerables durante unos segundos.

Pero aquí acaban las semejanzas con las anteriores entregas protagonizadas por el fontanero italiano, ya que las novedades de Super Mario World son muchas, tantas que solo hay espacio para mencionar únicamente las más representativas: aparecen nuevos objetos, como una pluma, gracias a la cual podremos volar; nuevas habilidades, como un salto con giro que acabará con los enemigos más poderosos; y hace su aparición un nuevo compañero, el simpático dinosaurio Yoshi, que cambia de poderes dependiendo de su color y gracias al cual nos será más fácil descubrir los secretos que esconde esta maravillosa aventura.

Nada más comenzar Super Mario World, Miyamoto nos sorprende rompiendo las reglas de linealidad vigentes hasta el momento: ¿Hacia dónde comenzamos nuestro viaje?, ¿hacia la derecha o hacia la izquierda? Esta mecánica se repite a lo largo del juego, donde en más de una ocasión deberemos elegir el camino a seguir. Por ello, la primera vez que lo terminemos es muy probable que no hayamos descubierto los 96 niveles que lo componen —muchos de ellos secretos—, por lo que tendremos que volver a disfrutar de él para revelar todas las rutas, sorpresas y niveles que hay escondidos en el mundo de Mario. Este es uno de los puntos fuertes de Super Mario World, el poseer un sistema de niveles ocultos que te permiten volver a empezar el juego para descubrir todos sus secretos, sistema que se hizo muy popular desde su aparición en este videojuego y que sería utilizado en prácticamente todos los videojuegos posteriores.

Super Mario World fue un éxito desde su aparición…, castillos encantados, niveles acuáticos, subterráneos, aéreos, carreras contrarreloj, niveles de scroll (desplazamiento) automático, fortalezas, mundos estrella… Todo en él era posible… y técnicamente era insuperable.