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Prince of Persia

Ambientado en la antigua Persia y bajo la influencia de Las mil y una noches, este videojuego cuenta la historia de un reino en guerra cuyo sultán ha partido a la batalla dejando a su visir al mando del imperio para que gobierne durante su ausencia. Aprovechándose de la situación, este malvado visir ha encerrado a la princesa bajo una terrible amenaza: o se casa con él o será asesinada en una hora. Lo que el visir no sabe es que el verdadero amor de la princesa ha escapado de la prisión en la que ha sido encerrado para intentar salvar a su amada. Ahora nos toca a nosotros sortear gran cantidad de obstáculos y trampas para acabar con los malvados planes del visir y rescatar a nuestra amada, sellando nuestro destino y convirtiéndonos en el príncipe de Persia.

Jordan Mechner es el genio que se encuentra detrás de este clásico: suyo es el diseño del juego y la idea de la utilización de la rotoscopia, una técnica utilizada en las películas de animación con la cual Mechner captó los movimientos de su hermano vestido de blanco, consiguiendo con ello dotar al protagonista del juego de una calidad de movimientos nunca vista hasta entonces. Para el desarrollo de la aventura se inspiró en los primeros minutos de la película Indiana Jones y el arca perdida, en la que el protagonista escapa de una serie de trampas mediante una sucesión de acrobacias.

Prince of Persia transcurre en un entorno de dos dimensiones con vista lateral en el que debemos superar doce niveles en el tiempo límite de una hora. Nuestra aventura comienza con nuestro personaje en la prisión del palacio y totalmente desarmado, aunque conseguiremos la espada en la primera de las fases antes de recorrer todo el palacio del sultán: desde las prisiones hasta las habitaciones reales. Nuestro protagonista está dotado de gran cantidad de movimientos diferentes, podrá correr, saltar, andar de puntillas, colgarse de los salientes o enfrentarse en un duelo de espadas con los diferentes guardianes que custodian el palacio…

Durante el juego podremos encontrar también diferentes tipos de pócimas, cada una de las cuales actuará de distinta forma en nuestro personaje: algunas nos harán aumentar o recuperar nuestra energía, mientras que otras solo serán simples venenos que disminuirán nuestro nivel de vida. Hay que hacer una mención especial al diseño de las fases, con baldosas que abren o cierran puertas, con pasadizos secretos y con diferentes tipos de trampas, cada una más sangrienta que la anterior, en las que nuestro príncipe será cortado por la mitad o agujereado si no las sorteamos con cuidado.

La facilidad de manejo del príncipe, que puede realizar una gran variedad de acciones con el uso de unos pocos botones, el soberbio diseño de los doce niveles, que conseguirá que exprimamos nuestras neuronas en más de una ocasión, y una melodía que se grabará a fuego en nuestra cabeza, completan una experiencia de juego totalmente inolvidable.