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Tom Clancy’s Splinter Cell

Thomas Leo Clancy Jr., más conocido como Tom Clancy, es un escritor estadounidense de novelas de intriga política y militar. Ha escrito gran variedad de novelas, tanto de ficción como de no ficción, algunas de las cuales han sido llevadas con éxito a la gran pantalla, como en los casos de Juego de patriotas y La caza del octubre rojo. Además, Tom Clancy cofundó en 1996 la compañía Red Storm Entertainment, con la que comenzó a crear videojuegos basados en sus libros, y en cuyos títulos siempre se le hace referencia.

En 2000 Red Storm Entertainment pasaría a formar parte de Ubisoft, una de las compañías del sector que inundó de grandes videojuegos los catálogos de las videoconsolas de 128 bits. Uno de ellos es, sin duda alguna, Tom Clancy’s Splinter Cell, un título atípico, que no apuesta por la diversión sencilla y directa, sino que hace gala de una jugabilidad exquisita y medida al milímetro que consigue que disfrutemos de un estilo de juego pausado en el que deberemos meditar cada uno de los movimientos a realizar.

Durante la aventura controlamos a Sam Fisher, uno de los mejores agentes de la NSA —Agencia Nacional de Seguridad—, al que le han asignado la complicada misión de desmantelar una célula terrorista que trabaja en el este de Europa. A partir de aquí nos sumergiremos de lleno en una historia que transcurre en tercera persona, en la que el sigilo, la oscuridad y los distintos dispositivos de espionaje con que cuenta nuestro protagonista serán nuestros mayores aliados. Dispondremos de visores de infrarrojos, ganzúas, bengalas, explosivos…, lo que, unido a la enorme variedad de movimientos que puede realizar nuestro protagonista, nos otorga gran libertad para superar las diferentes misiones, todo ello sin olvidar en ningún momento que el más mínimo descuido puede hacer saltar la voz de alarma…, deberemos movernos entre las sombras, sin ser vistos y utilizando las armas en contadas ocasiones.

Este apartado jugable consigue que nos encontremos ante un juego apasionante, mientras que su apartado gráfico cuenta con unas cuidadas animaciones, un estilo claramente cinematográfico y unos increíbles efectos de luces y sombras que resultan de gran importancia en un simulador de infiltración como Splinter Cell. Un juego tremendamente divertido y de una dificultad bastante exigente debido a la alta inteligencia artificial de los enemigos y la enorme libertad y variedad disponible a la hora de enfrentarnos a los distintos desafíos: podremos trepar, dejar inconscientes a nuestros enemigos, desactivar explosivos…

La versión de Splinter Cell para PlayStation 2 poseía una introducción que nos sumergía de lleno en la trama del juego, objetos nuevos y una fase extra que transcurría en el interior de una central nuclear, mientras que la versión de Xbox contaba con un apartado visual de mayor calidad y la posibilidad de descargarse tres fases adicionales por medio del servicio Xbox Live. En ambos casos, el éxito de esta primera aventura protagonizada por Sam Fisher fue indudable y ha continuado hasta hoy de la mano de numerosas secuelas.