Nació como barrio burgués y hoy, más de un siglo después, sigue siéndolo. Se nota en sus múltiples tiendas –algunas, verdaderos escaparates de exclusividad y distinción–, pero también en sus numerosos restaurantes y coctelerías de diseño. Y justamente es eso, las compras y el ocio nocturno, lo que principalmente atrae a valencianos y foráneos a esta céntrica zona.
Lo mejor en un día
Si se va a este barrio como turista, las prisas no existen, tan
sólo las de los residentes que acuden al Eixample a trabajar o a
hacer gestiones. Por eso, y para evitar masificaciones
innecesarias, el Palacio de
Correos y Telégrafos (Clicar),
la Casa Consistorial
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y la Estación del Norte
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aparecerán como primeras citas del día. Después, vendrán el
Mercado de Colón
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y las tiendas de alrededor.
Tras el
paseo, una merecida comida en Vuelve Carolina (Clicar)
y un no menos necesario café en el Ático Ateneo Lounge (Clicar).
De allí, se puede emprender camino hacia el final de la
Gran Vía Marqués del
Turia y, antes de eso, echarle un vistazo a la Casa Egipcia (Clicar)
y probar uno de los cócteles de Aquarium (Clicar).
Para disfrutar al máximo de esta zona, es necesario conocer sus
restaurantes de siempre y Cervecería Zacarías (Clicar)
y El Albero (Clicar)
son algunos de ellos. También son históricos los mojitos de la
coctelería Bagoas
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y el ambiente de la discoteca la Posada de las Ánimas (Clicar).