Principales puntos de interés
De este mercado se ha dicho mucho: que sus 8160 metros cuadrados de superficie techada lo convierten en el más grande de España, que es uno de los máximos exponentes del modernismo valenciano, que su belleza no tiene igual. De lo que no se habla es de sus vendedores, que siguen manteniendo el gusto por el producto de la tierra y no escatiman ni en palabras ni en amabilidad con los clientes. Y este es uno de sus mejores ganchos.
Indispensable
Estructura irregular
Si uno viese este edificio desde las alturas, se daría cuenta de la irregularidad de la parcela en la que está ubicado y apreciaría, más aún, la forma en que sus arquitectos resolvieron temas como la estructura y la cubierta del mismo: lo dividieron en dos zonas –una irregular y otra octogonal– y lo cubrieron con cúpulas y techumbres inclinadas.
Cúpulas
Son justamente las cúpulas que diseñaron en 1914 los arquitectos Alexandre Soler i March y Francesc Guàrdia i Vial las que más miradas atraen. Se trata de dos bóvedas con forma circular y elíptica que, como la cubierta del mercado, están elaboradas en hierro y que tienen el vidrio y la cerámica como elementos principales.
Entrada principal
También resultan significativos los pabellones que flanquean la entrada principal, la que da a la plaza del Mercado. Ambos, idénticos en tamaño y forma, están realizados en ladrillo visto y con aplicaciones en piedra y cerámica decorada. Y, aunque el mercado es de estilo modernista, esta fachada y la trasera presentan trazos historicistas y novecentistas respectivamente.
Distribución racionalista
Además de regionalista –en sus mosaicos y vidrieras son constantes las referencias a la huerta–, este edificio es racionalista. Su distribución está pensada de tal forma que las 959 paradas de su interior se sitúan en calles rectilíneas atravesadas por dos vías anchas, lo que da como resultado dos tipos de tiendas diferentes y adaptadas al alimento que se comercializa.