Presentación
Presentación
El Centro de Investigación y Estudios Republicanos patrocina un nuevo libro colectivo titulado Memoria de la Segunda República. Mito y realidad, que sigue la línea marcada por los anteriores, Azaña y los otros y Los grandes olvidados: enriquecer el conocimiento de lo que fue el proyecto de la Segunda República española[1], con el fin de ayudar a las nuevas generaciones de españoles en la recuperación de la memoria como medio para avanzar en el camino hacia la plenitud democrática de España.
Este libro, en el que colaboran desinteresadamente historiadores y especialistas en la materia, no es solo una aportación histórica. Es además un ejercicio de reflexión sobre una época decisiva de nuestra historia contemporánea, como lo demuestra el hecho de que todos los procesos políticos y sociales de España vividos desde entonces siguen condicionados, y a menudo lastrados, por lo sucedido hace 75 años. La Segunda República, en palabras del presidente de honor del CIERE Emilio Torres, fue un proyecto político modernizador que mereció mejor suerte, porque, en nuestra opinión, contenía la mayoría de los componentes para implantar en España un sistema democrático. Aquello no fue posible, pero el legado republicano, incuestionable, ha permitido que los españoles se hayan aproximado a la democracia en el seno del actual orden constitucional.
La sociedad española de principios del siglo XXI, una vez purgados los tiempos de la dictadura, el dolor y la desmemoria, tiene derecho a plantearse un futuro de plenitud democrática para incorporarse, esta vez de verdad, a las mejores tradiciones políticas europeas. Y en ese horizonte la República debe ser un referente legítimo e integrador. Sería la conclusión natural de la larga y agitada evolución política de España en los casi dos siglos de constitucionalismo, iniciado con la Constitución de Cádiz de 1812. Y es oportuno que recordemos que el republicanismo español fue siempre la versión más avanzada del liberalismo de Cádiz, con su visión de la nación y el Estado como los dos puntales de España para convertirse en un pueblo libre.
Ahora que tanto se habla de patriotismo constitucional, por causa del proceso político insolidario impulsado por las minorías nacionalistas, parece justificado subrayar que el republicanismo siempre ha permanecido leal a la nación y a la democracia, ya que sin ambos no es posible hablar del ejercicio de la libertad y de la consecución de la igualdad. Por eso resulta chocante que se pretenda incardinar al republicanismo en el archivo de la memoria, sin reconocer su valor como instrumento eficaz para enfrentar la revisión de la Constitución de 1978, que figura entre los propósitos del gobierno y de los diferentes partidos políticos.
El Centro de Investigación y Estudios Republicanos no tiene obediencia ni compromiso partidario alguno. Su objetivo es la transmisión, adecuación y actualización del conocimiento de los principios en que se fundó el proyecto de la Segunda República. Por eso creemos que el reconocimiento del legado republicano es el paso previo necesario para que las nuevas generaciones de españoles encuentren el referente doctrinal y esperanzado de un sistema político, la República, que conserva la vigencia y frescura de la autenticidad democrática.
El CIERE considera muy digno de agradecimiento el esfuerzo de la editora, la profesora Ángeles Egido, y de todos los colaboradores del libro al aportar un documento importante y valioso para que el 75 aniversario de la Segunda República española no sea un simple ejercicio de memoria. Los lectores dirán, y espero que así sea, si se ha conseguido el objetivo.
Manuel Muela.
Presidente del CIERE