Doris Lessing: No hay nada en la historia que nos sugiera el que podamos esperar otra cosa que no sea guerra…
Entrevista de Doris Lessing por Bill Moyers.
BILL MOYERS: ¿Nunca deja de escribir?
DORIS LESSING: No, soy compulsiva. Creo profundamente que tiene que haber algo muy neurótico. Y no estoy bromeando. Tiene que ser. Porque he terminado un libro, y esa maravillosa liberación, la cual siento ahora… Está fuera, en un paquete, se ha ido con el editor. Éxtasis y felicidad.
No tengo que hacer nada. Nada. Puedo estar simplemente sentada por ahí. Pero, de repente empieza, sabe. Esa terrible sensación de que estoy perdiendo mi vida, de que no soy útil, de que no soy buena. Ahora, es un hecho de que si paso un día como un gatito, corriendo por ahí. Hago esto, hago aquello. Sin embargo no he escrito, así que es un día perdido, y no me sietna bien. ¿Cómo uno da cuentas de esas tonterías?
BM: ¿Existió… cuando llamamos… un momento Eureka… cuando supo que usted iba a pasar su vida escribiendo, ya fuera con éxito ó sin él. Existió ese momento?
DL: Bueno, estuve escribiendo durante toda mi infancia. Escribí dos novelas cuando tenía 17 años, las cuales era espantosas. Y no siento nada el haberlas tirado. Aunque, escribí. Tenía que escribir. Sabe, la cosa fue, no tuve educación.
BM: ¿Usted dejó el colegio a los 14 amos, verdad?
DL: A los 14, sí. Y no estaba formada para nada.
BM: ¿Qué hubo en una joven… sabe, 12,13,14 ó 15, que dijo “quiero escribir?
DL: Yo era entonces lo que ahora llamamos au-pair. Era una niñera. Estaba muy aburrida. Así que pensé, “Bien, intentémoslo y escribamos una novela”. Escribí dos. Volví a la granja y escribí dos novelas.
BM: ¿En África?
DL: Fue en África.
BM: ¿De dónde vino esa idea? ¿Había usted leído mucho? ¿Tuvo usted a alguien…?
DL: Nunca pare de leer. Sabe. Leo, leo y leo. Y eso fue lo que me salvó. Lo que me educó. Por eso, el escribir una novela parecía ser una salida. Pero como ve, era demasiado joven.
BM: Así que una chiquilla aburrida.
DL: Muy aburrida. Y sabe, ser niñera es muy… Muy tedioso, sabe. Los niños pequeños son muy tediosos a largo plazo. Creo que probablemente nunca he estado tan aburrida en mi vida como cuando estaba empujando un cochecito por el parque, en esas interminables tardes. Componiendo poesía en mi cabeza. Y… pensando “bueno, esto tendrá un final, en algún momento”.
BM: ¿Cómo fue que empezó a leer de muy joven? ¿Cómo pasó?
DL: Bueno, mi madre, tengo que darle las gracias por eso. Ella encargaba libros de Londres. Sabe, esto está en medio de África. Ella me encargaba libros por celemín. Cuando miro atrás, y pienso lo que ella compraba, me impresiono mucho.
BM: Como usted dice, creo en el siglo traumático en el que a usted le tocó vivir… Todos aquellos acontecimientos. Usted nació justo al final de la I Guerra Mundial. Vivió la época de la Gran Depresión. Vivió la época de la II Guerra Mundial. Vivió la época de la era nuclear, la guerra fría, el genocidio, el desplome del Imperio Británico. Es decir, ¿Queda algo del mundo que usted conoció cuando era joven?
DL: Nada, nad en absoluto. La I Guerra Mundial, soy una niña de la guerra mundial. Y realmente sé sobre niños de la guerra. Porque tanto mi padre como mi madre fueron gravemente perjudicados por la guerra. Mi padre, físicamente, y los dos mentalmente y emocionalmente. Así que, sé exactamente lo que es ser criada en una atmósfera de continua insistencia en la guerra.
BM: ¿Su padre no podía dejar de hablar de la guerra?
DL: No. Estaba obsesionado por la guerra. Él hablaba y los otros soldados de, sabe, el distrito donde me crié… habían media docena de ellos. La obsesiva conversación sobre las trincheras, sus generales, etc. Y yo solía escuchar, era terrible, ¿sabe? Estos hombres se habían quedado tan traumatizados. Aunque, claro, aparentemente, eran muy civilizados, buenos, amables y todo eso. Pero en realidad, fueron víctimas de la guerra.
BM: Me emocioné cuando le pedimos que trajera algunas fotografías, y usted trajo algunas fotografías de su padre. ¿Podría hablarme de ellas?
DL: lo miro y pienso es un hombre joven. Yo… cuando era pequeña, había un soldado. Eso fue lo que vi. Un soldado. Pero en realidad, es una cara muy vulnerable, ¿verdad?
BM: ¿Y ésta?
DL: bueno, allí, él estaba en el hospital Real gratuito de Londres… donde él… Cuando le cortaron una pierna. Y la… y… la hermana… Allí está mi madre. Ella… era una aprendiz de hermana. Y… se casaron.
BM: ¿Usted dijo que la guerra también destrozó a su madre?
DL: Bueno, mi madre se iba a casar con un médico que se hundió en un barco. Y creo que nunca lo superó. Creo que se quedó muy marcada por eso.
BM: Parece que usted ha tenido dificultades toda su vida con el idealismo y las ilusiones frente a la naturaleza humana y la realidad.
DL: Sí, supongo que sí. No olvido, fue en este período alrededor de mis 20 años cuando estaba llena de un optimismo irreal. Fui una roja.
BM: Una comunista. Ese es un término que ya no oímos mucho en América.
DL: ¿Cuál, rojo?
BM: un rojo.
DL: La razón por la que me convertí en una fue porque los rojos locales eran las únicas personas que alguna vez leían algo. Y… sabe, ellos… leían todos los libros que escribí. Era la época en que los comunistas lo leían todo. No creo que ahora lo hagan. Y… ellos también… fueron las únicas personas que he conocido nunca que sabían, como yo, que no iba a durar. Quiero decir, la idea de que nadie pudiera posiblemente decir, sabe, esto es un sistema ridículo, y no va a durar. Un puñadito de blancos sujetando a… los… los negros.
BM: ¿En Rodesia?
DL: Sí, en Rodesia. La historia blanco-negro de siempre.
BM: ¿No siguió siendo comunista mucho tiempo, verdad?
DL: No.
BM: ¿Qué pasó?
DL: Bueno, lo que pasó, le pasó a todo el mundo. Sabe… hay un viejo chiste por ahí. De que todo el mundo ha sido comunista pero que nadie es uno. Estábamos locos. Realmente creíamos que algo así como que 15 años después de la guerra, el paraíso reinaría en el mundo, sabe, Utopía. Todo lo malo sería desterrado, sabe, el capitalismo, y esa crueldad, la no amabilidad hacia los niños, la no amabilidad hacia las mujeres, y uno le ponía nombre. Creímos esa basura. Ahora, no éramos estúpidos. ¿Cómo fue que pudiéramos hacer eso?
BM: ¿Cómo… cómo fue?
DL: No lo sé.
BM: Pero los sueños no son basura.
DL: Son basura si te dirigen hacia acciones irreales. Eso fue lo malo sobre de ese pensamiento. Si estás soñando acerca de utopías maravillosas, grandes horizontes, grandes amaneceres y todo eso, no estás realmente viendo lo que en realidad es, y lo que podría hacerse.
BM: Bueno, por supuesto, usted pasó mucho tiempo intentando deshacer el Imperio Británico. Yo diría que tuvieron éxito. Usted y la historia.
DL: Sabe, cuando era adolescente, la idea de que el imperio británico pudiera alguna vez acabar era absolutamente inconcebible. Y simplemente desapareció, como todos los demás imperios. Sabe, cuando la gente habla sobre el imperio británico, todos olvidan que todos los países europeos tuvieron imperios. Sabe, los franceses, los portugueses, los holandeses, y le pones nombre, excepto para los alemanes, porque perdieron el suyo. Pero todos tuvieron imperios. Y ese es uno de los temas de el…
BM: ¿El sueño más dulce?
DL: Sí. El sueño más dulce.
BM: Estoy intrigado por este personaje… la vieja Julia. Ella es la matriarca del hogar donde están todos los jóvenes. Y ella dice: “no puedes tener dos guerras espantosas”, y entonces dice, “eso es”. y ahora, todo volverá a la normalidad. Ellos estropearon nuestros niños. Son niños de la guerra.
DL: Creo que los acontecimientos espantosos, como la guerra, deja un moretón en la psique nacional. Sabe, no puedes tener una guerra espantosa como la II Guerra Mundial y decir, “vale, ahora ya se terminó”, eso es “ahora todos nosotros vamos a ser dulces y amables”. No es así. Tienes a personas que se han formado por la guerra, que han luchado y quedan marcados. Lleva tiempo de que ese cambio funcione. Creo que la gente joven de 1960, no todos, por supuesto, obviamente no. Muchos de ellos han quedado marcados por la guerra. Muchos de ellos vinieron bien después de todo. Sabe, hemos olvidado el caro peaje de los 60. Existió una cantidad fatal de jóvenes marcados. La gente de mi casa tenía problemas con la policía, ó estaban intentando salir de las drogas, etc, etc, ellos abandonaron los estudios.
Ahora se puede ver muchas traumatizadas de los años 60 por ahí. Si mira los encuentra. Son fácilmente reconocibles por un cierto… oh, todo es maravilloso, todo va bien al final, lo cual es… lo encuentro muy irritante. A menudo están distraídos y quisquillosos… Quisquillosos. Y… Yo a menudo pienso, aguarda un minuto. ¿demasiada hierba? Aunque, la que está hablando es sólo una mujer mayor…
BM: ¿demasiada hierba?
DL: Sí
BM: Una mujer más mayor hablando.
DL: Una mujer mayor habla. Demasiada hierba, porque ellos… algunos de ellos son lanosos. Pero sabe, buenos amigos míos me han dicho que soy estrecha de mente y una vieja cascarrabias. Dicen que recuerdan los 60 con mucho placer. Descubrieron el sexo. Y sabe… porque cada generación va a tener sexo por primera vez. Y… había siempre música, estaban liberados y se fueron de casa. Y yo digo basura. Esto… me han dicho eso. Así que puede que tengan razón.
BM: Los conservadores con los que hablo desprecian profundamente de los años 60 el ser un tiempo en los que los convencionalismos y el orden se estaban desmoronando. Es decir, en un sentido, la política americana, conducida bajo la época Reagan, y por los conservadores que ahora controlan el gobierno, lo son en respuesta de los años 60, época que ellos vieron como un tiempo de anarquía, tiempo de drogas, amor libre, y rebelión contra toda tradición.
Por supuesto, son personas de las que usted escribió que lo vivieron como un tiempo de auto-descubriento y… y liberación. Así que mirando ahora hacia atrás, todos aquellos años más tarde, ¿usted lo ve como lo mejor de las épocas, ó como lo peor?
DL: Claramente no lo veo como lo mejor, ya que había demasiada gente traumatizada por ahí. Aunque existían cosas muy positivas. Quiero decir, se puede maldecir un período entero como no histórico, seguramente, no es cómo la vida es. No se puede decir que todo sea malo. En parte fue bueno y en parte fue malo.
Bueno, seguramente, muchos de estos conservadores fueron antes niños flor. Ahora son personas de mediana edad y probablemente se han convertido en personas excesivamente respetables y hayan olvidado que una vez fumaron hierba.
BM: No es los años 60 que yo viví, yo estaba en el gobierno.
DL: Iba a decir, sí, que usted no vivió esa vida en absoluto. Que usted nunca fue un niño flor. Bien, usted se lo perdió, quizá.
BM: ¿Qué me perdí?
DL: Parece que ellos se divirtieron mucho.
BM: Pero usted dijo que eran niños traumatizados.
DL: Lo eran, pero también se divirtieron mucho. Disfrutaron de toda la música, solían ir a esos festivales de rock y cosas por el estilo. Realmente par ellos fue una época buena.
BM: ¿usted se propuso recrear ese mundo en “El sueño más dulce”?
DL: Sí. Quise recrear esa sensación de “sin-problemas-todo-va-bien-no-pasa-nada ”. y… To El tipo de loca generosidad de toda esa época.
BM: Bien, me viene a la mente algo que usted dijo en un volumen de su autobiografía. Cito, nada en la historia sugiere que podamos esperar algo que no se guerra, tiranos, enfermedad, tiempos malos, calamidades. Mientras que los buenos tiempos son siempre temporales. ¿Por qué nos sorprendemos tan amargamente? Usted escribe, cuando nuestro país, el mundo, da bandazos hacia otro lío ó catástrofe más. Por qué es que tanta gente de nuestros tiempos, usted escribe, haya sentido todas las emociones de niños traicionados?
DL: Bueno, ahora eso me fascina. ¿De dónde vino? Concretamente de los niños de 1960 en adelante. ¿Todo el mundo parecía creer que se les había prometido el paraíso? Bien ¿quién a ellos se lo prometió? Te encuentras con gente, me encuentro con gente, que están de verdad apenados porque las cosas no sean perfectas, de que no hayan tenido… el paraíso.
Pero ¿por dónde… cree usted que pudo anunciarse? Es muy posible. Si se tienen… hijos que durante generaciones se estén ahora criando con todo tipo de promesas por la caja (tele) y los periódicos. Puede que sea eso.
BM: Quizá no hayan vivido lo suficiente, como usted. Quiero decir que cuando uno ha vivido mucho, uno ve los ciclos.
DL: Sí, seguro que lo ves. Y en este momento da bastante miedo. Sabe, estaba pensando esta mañana, cundo hay guerra, tenemos conmemoraciones de guerra a los muertos, y después de un año… Tenemos que arreglarnos con eso. Podríamos incluso recordad los heridos. Pero nadie piensa alguna vez sobre los heridos sicológicamente. Y hay enormes cantidades de ellos tras cada guerra.
Nadie piensa en ellos. En ese papel, cuando empiezan una guerra. Cuando ves… las caras de algunos de tus… tus líderes militares, llenos de euforia, lo cual es algo horripilante, euforia, excitación. Y piensas… ¿estás en realidad pensando sobre… Los resultados de esto? No, no lo piensan, sabe, ellos no lo piensan.
BM:… mientras la escucho, pienso en lo que para mí es quizá… para mí, lo más conmovedor y revelador… de su trabajo. “El Quinto Hijo”. Quiero decir, el bebé en el útero de Harriet. Que se convierte en una cosa salvaje. Un monstruo. No puedo leer eso, sin que se venga a la cabeza lo que usted está diciendo. La fragilidad de la felicidad. Usted crea esta familia atractiva, y después la destroza.
DL: Quise escribir una versión de esa fábula muy antigua. Sabe, las hadas ponen un… un alien en la cuna humana. Fue… sólo, en vez de un hada, él está inspirado en un ser de un nivel de evolución anterior al nuestro, de una raza del pasado, de alguien que fuera perfectamente creíble en una ladera, en una cueva de algún sitio. Lo puse dentro de una vida civilizada. Y por supuesto, la destrozarías. Por eso creé a Ben. Bueno, ¿es un libro muy horrible, verdad?
BM: Es un libro horrible. Él es un monstruo, deformado. No pude evitar pensar, sabe, en el Frankenstein de Mary Shelley, Adolf Hitler y su madre. O sea, aquí tenemos la historia de una familia de clase media alta, cuya visión benigna del mundo se hace añicos por la violencia de muerte de este niño, por lo visto un monstruo, con un hambre insaciable, con fuerza anormal, exigente y brutal. Y todo por su causa se pone patas arriba.
DL: Bueno, como ve, tú puedes haber conocido familias donde… un… niño que no encaja nace. Luego la familia entera es absorbida por él, por ella. No estaba pensando en eso cuando lo escribí. Pero es verdad.
BM: Me pregunto, ¿escribió Doris Lessing… eso como un acto de pura imaginación? ¿Pura especulación, y el juego de simplemente inventar algo? Ó ¿Es ese la forma en que ella ve el mundo? El idealismo que esperamos, se convierte en la salvaje crueldad que nos destruye.
DL: No, verá, la gente siempre interpreta mensajes y cosas, yo no lo intento. Cuando escribñi el libro, los periodistas vinieron y me dijeron, “Oh, bien, por supuesto, se trata de la situación de Palestina” “Oh, por supuesto, se trata de la investigación genética”
Yo continué diciéndoles, “No, no, es una historia, soy una narradora”. Una de las cosas que me inspiró fue, estaba sentada en la sala de espera de un dentista, leyendo revistas, como… como se suele hacer. Vi una carta de una mujer a una consejera sentimental. La carta era más ó menos así:
Decía, “sé que no puedes hacer nada para ayudarme, pero tengo que contarlo ó me volveré loca. Tenemos tres niños, y ha nacido mi cuarto hijo, la pequeña. Es una satancita. Nos ha destrozado completamente la vida. Es un pequeño demonio. Algunas veces por la noche entro en su habitación y miro su preciosa carita sobre la almohada, y deseo acunarla. Pero no me atrevo porque sé que lo que tendría en mis brazos es el vivo demonioncito”.
Esto me llegó. Me di cuenta del lenguaje religioso, del que ella probablemete no fuera consciente. Así que… Sencillamente lo escribí.
Sabe, es muy agradable escribir una historia. Tienes una idea que se apodera de ti y después pasas día y noche pensando cómo hacerlo. Y lo haces. Y mucho más tarde, piensas, “Oh, sí. Es un buena cosa”.
BM: Verá, no creo que esté tan lejos entonces, cuando digo que hay un significado. No sólo para mí, el lector, sino también para usted, la autora. Quiero decir, hacemos lo que hizo Ben con todos nuestros sueños y esperanzas muy a menudo. Dios, sea lo que sea que quieras decir con eso, pasa. Saqué esto para que fuera una metáfora de Dios.
DL: No me estaba dedicando a las metáforas, sabe, sabe, si vas a empezar a pensar a sí, nunca escribirías una palabra.
BM: ¿Por qué?
DL: porque… escribes de una parte diferente del cerebro. En realidad creo que escribes desde aquí en algún lugar. En tu plexo solar. Si vas a empezar a examinar todo lo que escribes… Quiero decir, “Dios mío, esto es el mensaje, y esto…” entonces no serías capaz de escribir nada.
BM: usted sería una comunista escribiendo un panfleto ó una cristiana escribiendo Gospel.
DL: Sí.
BM: ¿no es la… misión de los escritores el darnos una visión?
DL: No. No creo que los escritores debiéramos tener misiones… lo que olvidamos es que las novelas introducen áreas de la vida continuamente de las que no habíamos pensado antes, que no habían estado realmente en la consciencia pública hasta que aparece esa novela. Eso pasó específicamente en América. Me acuerdo de… Algunos de vuestros grandes novelistas. ¿Quién habría sabido algo del “Sur Profundo” sin vuestros grandes novelistas sureños? Es decir, conocemos todo de Rusia debido a sus novelistas. Y creo que es una función de la novela que olvidamos.
BM: Usted dice que este es un tiempo que da miedo… Estamos a semanas ó quizá días vista de la decisión del Presidente sobre si atacar Iraq. ¿Qué lo hace tan espantoso para usted?
DL: Bueno, el conjunto mental del mundo está… afectado por occidente. es el escenario que el buen sheriff entra a caballo a la ciudad, saca a los malos de la ciudad, vuelve a su buen estado del principio y el sheriff se va cabalgando bajo la puesta de sol. Vale, así es como la gente piensa, creo. Los políticos y… los líderes de guerra. Bush va entrar a Iraq con pistolas llameantes. Después todo será limpiado y recogido y él montado se irá otra vez. Pero no va a ser a sí.
La naturaleza de esto es que es tan aterrador. Verá, hemos sido espectadores de esta concentración en Europa, y es absolutamente obvio que este hombre quiere la guerra. El presidente quiere la guerra. Por cualquier razón, y lo va a aconseguir.
BM: Con la ayuda de Toni Blair.
DL: Bueno, usted sabe que no apruebo a Toni Blair. Blair es un hombrecito en un país pequeño. Es lo mismo que Bush queriendo la guerra, y yendo a por ella.
BM: Seguimos teniendo guerras a pesar del hecho de que los grandes novelistas nos cuenten la verdad de las guerras.
DL: Bien, no tenemos mucho efecto, ¿verdad? ¿sabe cuándo por primera vez reconocí la horrible verdad? Estaba en el sur de Rodesia, era joven…
y… observando las bolsas de noche de los prisioneros, los africanos que habían sido capturados sin pases, esposados, por las calles, con los… carceleros, blancos, por delante y por detrás. Miré a todo eso y pensé… bueno, vale, esto lo describe Tolstoy, Dostoyesvsky y todos los demás. Así que lo que ellos lograron es lo que yo pensé. Aunque no me paró el seguir escribiendo novelas. Creo que podríamos tener… un efecto limitado sobre un pequelo número de personas. Espero que sea un buen número.
BM: pero usted siguió escribiendo.
DL: Sí, lo hago. Tengo que hacerlo.
Traducción del inglés: Icíar.