Una vez más sobre la sección soviética[649]
Publicado en abril de 1936
En un informe público del 30 de diciembre de 1935, Jruschov, dirigente de la organización de Moscú[650], la más grande e importante del partido, se jactó del éxito con que había culminado el control de credenciales partidarias. Los enemigos del partido quedaron desenmascarados: «trotskistas, zinovievistas, espías, kulaks, oficiales blancos». ¡El orden de aparición de las categorías de expulsados es en verdad notable! En Moscú, los kulaks y guardias blancos ocupan el último puesto: fueron liquidados hace ya tiempo por las anteriores purgas en la capital. No es necesario que nos extendamos en la categoría especial de los «espías». Los blancos principales de la purga en Moscú fueron los trotskistas y zinovievistas. ¡Pero en la ciudad fueron expulsados nada más ni nada menos que 9975 militantes del partido, sin contar al distrito en su conjunto!
En Leningrado fueron expulsadas 7274 personas, Jdanov, dirigente del partido en Leningrado[651], anunció que los «zinovievistas contrarrevolucionarios ocupan un lugar destacado (!) entre los expulsados». Es sabido que en Leningrado la Oposición de Izquierda tenía tradicionalmente un tinte zinovievista, que se debe haber acentuado después del encarcelamiento de Zinoviev. Si los zinovievistas ocupan un «lugar destacado» entre más de siete mil, es evidente que no se trata de un par de decenas o de cientos. Precisamente por eso el informante se cuidó de mencionar la cifra exacta.
Además de «trotskistas» y de «zinovievistas», Jdanov se refiere vagamente a «oportunistas de todo tipo». Probablemente este rótulo abarca a los miembros del partido que resistieron los excesos burocráticos del movimiento stajanovista. No cabe duda de que los grupos de oposición obrera se han visto reanimados precisamente por las nuevas presiones ejercidas sobre los obreros, que vienen acompañadas de nuevos y monstruosos privilegios para la burocracia y la «mejor gente». Es de notar que ni Jruschov ni Jdanov mencionaron a los mencheviques ni a los socialrevolucionarios.
Anteriormente tuvimos ocasión de decir que en los últimos meses de 1935 fueron expulsados no menos de diez mil, y probablemente cerca de veinte mil, bolcheviques-leninistas del partido (Sin contar a los postulantes y a la Juventud Comunista). Los informes posteriores de Jruschov y Jdanov nos permiten concluir que en ambas capitales fueron expulsados no menos de diez mil «trotskistas» y «zinovievistas».
Las listas generales de las categorías de expulsados, los informes individuales, artículos y notas no hacen una sola mención a los grupos «Centralismo Democrático» y «Oposición Obrera». Es probable que algunos militantes aislados de estos grupos hayan sido expulsados, pero eran tan escasos que se los incluyó en la categoría general de «otros». Este hecho reviste una gran importancia política. Con el mantenimiento de la socialización de los medios de producción y la colectivización de la abrumadora mayoría del campesinado, las conquistas económicas y culturales de la Unión Soviética demuestran claramente que las bases sociales creadas por la Revolución de Octubre no están destruidas, a pesar de la amenaza de degeneración burguesa de la capa dominante, y que dichas bases pueden crear las premisas necesarias para la sociedad socialista del futuro.
Colocar a la URSS en el mismo plano que los estados capitalistas es arrojar al bebé junto con el agua de la tina. La vanguardia obrera quiere arrojar el agua burocrática, pero salvar y criar al bebé. Es por eso que, hace años, cuando la situación era mucho más difícil, el movimiento de oposición de la clase obrera se negó a seguir a los mencheviques. Por eso le vuelve la espalda hoy a la Oposición Obrera, a Centralismo Democrático y a todos los que tratan de presentar las viejas posiciones mencheviques desde la «izquierda». En ello encontramos la confirmación irrefutable de nuestro programa, avalado tanto por la teoría como por la práctica. La lucha contra la casta burocrática y el régimen de privilegios, la lucha por el futuro socialista del país, la lucha por la revolución mundial, se realiza en la URSS bajo la bandera bolchevique-leninista, solamente bajo esa bandera.