Capítulo Quince
Después de dos horas y un largo rato dedicado únicamente a maquillarse, Mary se sentó en su oficina con el fin de investigar sobre la desaparición de las jóvenes cerca del noroeste de Illinois a mediados de los ochenta. La base de datos del FBI sobre personas desaparecidas, le dieron la información que necesitaba. Había cinco niñas, incluyendo a Jessica, y ninguno de los casos había sido resuelto. Venían de pequeñas ciudades dentro de un radio de unos 50 kilómetros alrededor de Elizabeth - dos de Illinois, dos de Wisconsin y otra de Iowa.
Mary imprimió cada caso, cuatro de las pequeñas eran muy parecidas - podrían haber sido hermanas. Sólo Jessica era diferente. Jessica era la única que no estaba entre los fantasmas que el paramédico había visto.
Mary miró el reloj en la pantalla del ordenador. Eran más de las nueve - estaba segura de que su vieja amiga Gracie, la psiquiatra, estaría en el escritorio de su oficina del distrito en Chicago. Marcó el número y tras esperar dos tonos, Gracie contestó el teléfono.
—Distrito 43, Gracie Williams al habla. ¿Qué puedo hacer por usted?
—Hola, Gracie, soy Mary O'Reilly. ¿Cómo te va?
—¡Madre Mía! ¡Mary O'Reilly! ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo? No te he visto tumbada en mi sillón desde hace meses. ¿Aún ves fantasmas?
Mary se echó a reír. —Sí, sí, aún veo fantasmas y todavía estoy loca. Pero, me estoy acostumbrando a la idea... ya sabes, adaptación psiquiátrica.—
Gracie soltó una carcajada. —Chica, si tú estás loca, entonces todos deberíamos estar tan locos como tú. ¿Qué puedo hacer por ti, cariño? ¿Has encontrado un hombre y necesitas que lo analice?
Una imagen espontáneamente de Alden Bradley destelló en la mente de Mary y ella se obligó a borrar ese pensamiento de su cabeza.
—No, no, nada de hombres. Estoy trabajando en un caso de hace unos veinticuatro años. Tiene que ver con la desaparición de, al menos cuatro niñas - todas de unos ocho años de edad - y tal vez una más, pero no estoy segura de que pertenezca al mismo caso.
—¿Cuál es tu corazonada?— Le preguntó Gracie.
—Que las niñas guardan relación entre ellas —dijo Mary.
—Sé que fueron asesinadas y todas ellas llevadas al mismo lugar, pero no sé si abusaron sexualmente de ellas —agregó Mary.
—Bueno, cielo, hay un par de opciones en tu elenco de personajes —dijo Gracie. —Por la manera sistemática que el asesino tuviese de matar a sus víctimas, algunas posibilidades serían un abusador de menores que fuese un pederasta sádico o un psicópata, o un asesino en serie al que casualmente le gustasen las niñas de ocho años.
—Está bien, ¿te importaría darme una visión general de cada uno de estos perfiles para así saber qué estoy buscando?— Preguntó Mary.
—Un pederasta sádico siente placer abusando de sus víctimas - el sexo es poder y control. Estos son los pedófilos que matan a sus víctimas. Estos tipos buscan a la víctima perfecta y no les importa viajar a larga distancia para encontrar lo que andan buscando. Piensa en un puma y un territorio de caza - ese es tu pedófilo.
—Suena como un asesino inteligente —dijo Mary: —Alguien que piensa las cosas más de una vez -. No se trata de un tipo impulsivo.
—Sí, por lo general, este tipo de pedófilo es inteligente y de clase media-alta —contestó Gracie. —Algunos de ellos tienden a tener grandes egos y sienten que son imparables. Ese es el motivo principal por el que son atrapados finalmente. Actúan impulsivamente, cambiar sus patrones y cometen errores.
—Por lo tanto, la última niña, Jessica, podría haber sido un impulso, y no una víctima planificada —reflexionó Mary.
—Bueno, si ella no encajaba en su esquema habitual, puede que así sea. Él pudo haber actuado por impulso. - Lo cual era más atractivo porque era más arriesgado. Lo que podría haberle hecho cambiar su modus operandi —respondió ella. —Además, si fue un impulso, probablemente fue más bien una oportunidad que se le presentó. - Busca sobre todo personas que creas que puedan tener vínculos más estrechos con la comunidad, más que personas que hayan acudido a ella con un cometido en mente.
—Pero, ella podría haberse tropezado con él justo cuando estaba matando a otra de las niñas —añadió, —y simplemente se puso en su camino. Tienes que cubrir todos los ángulos.—
—Está bien, ¿qué hay de la otra clase de abusador de niños?— Preguntó Mary.
—Un psicópata utiliza la violencia para ejercer su poder sobre los demás - la violencia sexual no es sexo sin más, es la violencia con sexo como instrumento —explicó Gracie. —Y una vez más se trata de alguien que tiene un ego grande y al que le encanta el poder.—
—Como a los políticos —pensó Mary en voz alta.
Gracie se echó a reír. —¡Oye, me gustaría conservar mi trabajo - así que me acojo a la Quinta Enmienda!—
—Muy bien, ¿qué hay sobre un asesino en serie?— Preguntó Mary.
—Vas a encontrarte con un montón de similitudes aquí, cariño. Un asesino en serie es una persona que asesina a tres o más personas en un período de más de treinta días, con un período de —enfriamiento— entre cada asesinato —dijo Gracie. —La motivación para el asesinato se basa principalmente en la satisfacción psicológica. Pero a menudo un elemento sexual aparece también en los asesinatos. Pueden haber sido planeados o llevados a cabo de una forma similar y las víctimas pueden haber tenido algo en común.—
—Está bien, de acuerdo con los archivos del FBI - después de la última niña desaparecida, no he sido capaz de encontrar a más niñas desaparecidas que coincidan con esta misma descripción —dijo Mary, —¿Significa eso que el asesino ha parado?
—No, podría significar muchas cosas —contestó Gracie. —Podría ser que estuviese en la cárcel, detenido por algo totalmente diferente. Podría ser que esté muerto. Podría estar enfermo o lesionado, por tanto, incapacitado para seguir atacando físicamente a sus víctimas. Podría ser que se hubiese ido a vivir a otro lugar.—
—Por otra parte —continuó, —podría ser que se asustara durante su último asesinato y pusiese más cuidado las veces posteriores. Muy probablemente sigue encontrando maneras de alimentar su hambre - tal vez pornografía o abusos sexuales a mujeres adultas. Puede que ahora sepa cómo esconder mejor sus crímenes - pero todavía anda por ahí. Cariño, ten cuidado, por lo que has dicho, este asesino es inteligente y hábil. E incluso veinticuatro años después, sigue estando paranoico y al acecho. Si atrapas a este puma, asegúrate de que tienes los medios para que le pongan una inyección letal.—
Mary se estremeció. Su instinto le decía que todavía estaba suelto, en alguna parte.
—Gracias, Gracie, has sido de gran ayuda —dijo Mary.
—Para lo que necesites —dijo Gracie. —Si quieres enviarme los casos, te podría hacer un informe detallado. - En mi tiempo libre—
Mary se echó a reír: —Gracias, te debo una.—
—Querida, voy a recordar eso y cuando necesite a una cazafantasmas, será mejor que estés en mi puerta en un tiempo récord—.
Mary se echó a reír. —Voy a romper todos los récords de velocidad.
—¡Vale, pero que no te pillen!