APÉNDICE 2

ESTRUCTURA GENERAL DEL UNIVERSO BIRTHRIGHT

La sección más poblada (en términos de estrellas y de habitantes) del universo Birthright recibe siempre el nombre de la organización política que la gobierne en cada momento: primero República, y luego Democracia, Oligarquía y finalmente Monarquía. Abarca millones de mundos habitados y habitables. La Tierra es demasiado pequeña y está demasiado lejos de las rutas principales del comercio galáctico para seguir siendo la capital de los humanos, y así, al cabo de unos dos mil años, la capitalidad se traslada con todos sus pertrechos a Deluros VIII, un mundo gigantesco con una superficie que decuplica la de la Tierra y es casi idéntico en atmósfera y fuerza gravitatoria. Hacia la mitad del período democrático, quizás cuatro mil años a partir de nuestro presente, el planeta entero está cubierto por una gigantesca ciudad. En tiempos de la Oligarquía, ni siquiera Deluros VIII es suficiente para dar cabida a los miles de millones de burócratas que dirigen el Imperio, y Deluros VI, otro enorme planeta, es despedazado en cuarenta y ocho asteroides, cada uno de los cuales alberga uno de los principales departamentos del Gobierno (y cuatro de los asteroides quedan en manos del Ejército).

La Tierra se halla en una zona remota y primitiva, en el Brazo Espiral. Creo que en el Brazo Espiral tan sólo transcurren algunas de las partes de dos de las historias que he escrito.

En los bordes exteriores de la galaxia se halla la Periferia, donde los mundos están muy separados y apenas poblados. Los emplazamientos de interés económico o militar son tan escasos que basta con una sola nave, como la Theodore Roosevelt, para patrullar por los doscientos planetas del sector. En épocas posteriores, la Periferia caerá en manos de caciques locales que lucharán entre ellos. Pero se encuentra tan lejos de los centros neurálgicos de la galaxia que los diversos gobiernos harán caso omiso de la situación.

Otras dos zonas significativas son la Frontera Interior y la Frontera Exterior. Esta última es un área escasamente poblada que se halla entre los confines exteriores de la República/Democracia/Oligarquía/Monarquía y la Periferia. La Frontera Interior es un área algo menos extensa (pero igualmente vasta) entre los confines interiores de la República/etc. y el agujero negro que se encuentra en el centro de la galaxia.

Más de la mitad de mis novelas transcurren en la Frontera Interior. Hace años, el brillante escritor R. A. Lafferty escribió: «¿Habrá una mitología en el futuro, solían preguntar, cuando todo se haya transformado en ciencia? ¿Las grandes hazañas se narrarán en forma épica, o tan sólo en códigos informáticos?» Yo llegué a la conclusión de que me gustaría pasar por lo menos una parte de mi carrera tratando de crear esos mitos del futuro, y me parece que los mitos, con sus personajes desmesurados y sus abigarrados escenarios, funcionan mejor en las fronteras, donde no son muchos los que pueden escribir una crónica precisa de lo sucedido, ni tampoco se encuentran demasiadas figuras de autoridad que les impidan desarrollarse hasta su inevitable conclusión. Por ello, de manera arbitraria, decidí que mis mitos transcurrirían en la Frontera Interior, y la poblé con personajes que llevaban nombres como Catastrophe Baker, Widowmaker, el Cyborg de Milo, el eternamente joven Forever Kid, y otros semejantes. Ese escenario me permitía, no sólo narrar mis mitos heroicos (en algunos casos, antiheroicos), sino, también, contar historias más realistas que tenían lugar al mismo tiempo a pocos años luz de allí, en la República, o la Democracia, o lo que existiera en aquel momento.

Con el paso de los años he dado forma a la galaxia. Existen varios cúmulos de estrellas —el Cúmulo de Albión, el Cúmulo de Quinellus y varios otros, y un par que aparecen por primera vez en este libro, los Cúmulos del Fénix y el de Casio—. Existen planetas individuales, algunos lo bastante importantes como para aparecer en el título de un libro, como Walpurgis III; algunos que reaparecen en historias y períodos diferentes, como Deluros VIII, Antares III, Binder X, Keepsake, Spica II y algunos otros, y cientos (quizás ya sean millares) de mundos (y también de razas, ahora que lo pienso) que son mencionados en una sola ocasión y no se vuelve a saber de ellos.

Y además tenemos que contar con unos señores que, si no son los malos, al menos podemos llamarlos la Desleal Oposición. Algunos de ellos, como el Imperio Sett, emprenden una única guerra contra la Humanidad y ahí termina todo. Otros, como los Gemelos Canphor (Canphor VI y Canphor VII) han sido una espina en el corazón de los humanos durante casi diez milenios. También los hay como Lodin XI, que cambian de bando casi a diario, de acuerdo con la situación política.

Llevo un cuarto de siglo empeñado en la construcción de este universo, y cada vez que sale un nuevo libro, o un nuevo relato, lo siento más real. Si me dais otros treinta años, acabaré por creerme todo lo que he escrito sobre él.