Interludio

—¡Vaya cebollón que se pilló tu amiga Ali anoche, cariño!

—Joder, ya te digo. No sé qué le pasa últimamente, si antes ella no probaba el alcohol…

—Y el pobre de su compañero de piso cargando con ella toda la noche, vaya manera de empezar el año…

—¡Jo! Pues tú no viste la que se pilló hace un par de meses en la fiesta del festival de cine, esa también fue de ordago. Y a David también le tocó cargar con ella…

—Pero ese chico es hetero, ¿no?

—Sí, es hetero. Si lo raro de todo esto es que Ali haya pasado de «no quiero tener nada que ver con varoncitos» a vivir con tres tíos y uno de ellos hetero…

—Mujer, tampoco es tan raro…

—Eso lo dices porque no has conocido a Ali antes. Era de lo más radical que me he encontrado nunca. Y mira que a mí los tíos heteros me hacen poca gracia pero es que lo suyo ya era exageración. Desconfiaba hasta de los chicos gays…

—Bueno, la gente cambia, y como tú me has dicho muchas veces, en el fondo es una niña todavía… Ahora es cuando está empezando a vivir la vida.

—No, si al final le está viniendo bien lo de haberse ido de casa. Pero, qué quieres que te diga, si yo tuviera la familia que tiene ella habría acabado la carrera tranquilamente y aún así me habrían tenido que arrancar de casa con espátula…

—¡Qué morro tienes!

—Morro no, cariño, aquí la mayoría de las que nos fuimos de casa jovencitas fue porque con nuestros padres no hubiéramos tenido ningún tipo de libertad… Y, bueno, yo me fui también porque el panorama que tenía en mi puto pueblo era para cortarse las venas…

—Jo, Pilar, cómo te gusta exagerar…

—No son exageraciones, Pitu. ¡Pufff! Sólo imaginarme estar ahora mismo en mi pueblo ayudando a mi padre en la tienda y sin poder conocer chicas porque allí decir que eres lesbiana es echarte una cruz al hombro…

—A alguna hubieras conocido, que bollos hay en todas partes…

—Tú ya me entiendes…

—Si te entiendo pero tampoco puedes pensar en lo que hubiera pasado porque no ha pasado y ahora tienes otras cosas…

—Ya…

—Por cierto, supongo que tu amiga Ruth sigue pensando que soy producto de tu imaginación, ¿no?

—¡Ay, Ruth!

—Sí, sí, tú ríete pero a este paso cuando la vaya a conocer voy a tener arrugas…

—¡Joder! Si es que decidió largarse en el último momento. Se plantó en Barajas y pilló el primer vuelo que salía para Barcelona. Me dijo que le costó un riñon y medio… Luego dirá que Sara es sólo un rollete…

—Claro, claro, dejar a tus amigos plantados por irte a pasar la Nochevieja con un simple rollete es de lo más normal. La verdad es que también tengo ganas de conocer a la tal Sara, conseguir que alguien haga esas cosas por estar contigo tiene su mérito…

—Bueno, la verdad es que Sara está un rato buena pero Ruth está aburrida de salir con tías así…

—¡Ah! Así que está buena, ¿eh? A ver si me voy a tener que poner celosa…

—¡Anda, boba!

—Que estoy de broma, Pilar… Pero no me refería a que estuviera buena o no sino a cómo será ella para tener a tu amiga así de enganchada. Sobre todo por cómo dices que es Ruth con el tema de las relaciones.

—No sé, tampoco la he podido conocer mucho. Cuando Sara viene a Madrid sólo quedamos con ellas a cenar o tomar algo y siempre se van enseguida. Parece maja pero no te podría decir mucho más…

—Pues algo tendrá…

—Sí, supongo…

—Oye, ¿te apetece hacer algo especial este fin de semana?

—Estar contigo…

—¡Ay, mi niña, que ñoñita se pone algunas veces!

—Claaaaroooo…

—¿No quieres hacer algo diferente?

—¿Atarte a mi cama y no dejarte ir?

—Bueno, esa es una opción a tener en cuenta…

—Pues entonces eso es lo que quiero…